La carta en la que Roald Dahl explicó por qué hay que vacunar a los niños de sarampión

La misiva del escritor recordando a su hija fallecida por este virus se convierte en un fenómeno viral

Un brote en Disneyland convierte esta enfermedad en una cuestión de estado por el resurgimiento de los movimientos antivacuna

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El escritor Roald Dahl y su mujer Patricia Neal con sus hijos Theo y Olivia
El escritor Roald Dahl y su mujer Patricia Neal con sus hijos Theo y Olivia. GETTY IMAGES

Olivia, mi hija mayor, cogió el sarampión cuando tenía siete años. Mientras la enfermedad seguía su curso natural, recuerdo que le leía cuentos en la cama sin sentirme especialmente alarmado por su estado. Entonces, una mañana, cuando ya estaba en el camino de la recuperación, yo estaba sentado en su cama enseñándole cómo crear animalitos a partir de tubos de colores, y cuando le tocó a ella hacer uno me di cuenta de que sus dedos y su mente no trabajaban a la vez y no podía hacer nada.

"¿Te encuentras bien?", le pregunté.


"Tengo sueño", dijo.


En una hora estaba inconsciente. En 12 horas estaba muerta.


El sarampión se ha convertido en una cosa terrible llamada encefalitis por sarampión y no hay nada que los doctores puedan hacer por ella. Esto ocurrió hace 24 años, en 1962, pero aún ahora si un niño con sarampión por alguna casualidad desarrollara la misma reacción mortal al sarampión que Olivia, no habría nada que los médicos pudieran hacer.


Por otra parte, hay algo que hoy los padres pueden hacer para asegurarse que este tipo de tragedia no le pase a uno de sus hijos. Pueden insistir en que su hijo se vacune contra el sarampión. Yo no pude hacer esto por Olivia en 1962 porque en aquellos días no había sido descubierta una vacuna fiable contra el sarampión. Hoy existe una vacuna segura y accesible para todas las familias y lo único que tienes que hacer es preguntar a tu médico cómo administrarla.


Aún no está muy aceptado que el sarampión sea una enfermedad peligrosa. Creedme, lo es. En mi opinión los padres que se niegan a vacunar a sus hijos están poniendo las vidas de sus hijos en peligro. En América, donde la vacunación es obligatoria, el sarampión como la varicela han sido erradicados.


Aquí en Gran Bretaña, como hay tantos padres que se niegan por obstinación o ignorancia o miedo a que sus hijos se vacunen, todavía tenemos 100.000 casos de sarampión al año. De esos, más de 10.000 sufrirán efectos colaterales de algún tipo. Al menos, 10.000 desarrollarán infecciones de oído o de pecho. Unos 20 morirán.


ASÚMELO.


Cada año unos 20 niños morirán en Gran Bretaña a causa del sarampión.

Entonces, ¿cuáles son los riesgos a los que sus hijos se enfrentarán si se vacunan?


No hay casi ninguno. Escucha esto. En un distrito de unas 300.000 personas, ¡un niño desarrollará serios efectos colaterales por la vacuna cada 250 años! Una oportunidad entre un millón. Creo que habría más posibilidades de que tu hijo se muriera por asfixia al comerse una chocolatina que se pusiera enfermo de verdad por la vacuna del sarampión.


Entonces, ¿de qué te preocupas? Es casi un crimen no vacunar a tus hijos.

El mejor momento para la vacuna es a los 13 meses, pero nunca es tarde. Todos los niños en edad escolar que todavía no han sido vacunados deberían rogar a sus padres que les compraran una cuanto antes.


Casualmente le dediqué dos de mis libros a Olivia, el primero fue James y el melocotón gigante. Ese fue cuando aún estaba viva. El segundo fue El gran gigante bonachón, dedicado a su memoria después de que muriera de sarampión. Verás su nombre al comienzo de cada uno de estos libros. Y sé lo feliz que sería si solo pudiera saber que su muerte ha servido para ahorrar una gran cantidad de enfermedades y muertes de otros niños.

Este es la carta que Roald Dahl escribió en 1988 para concienciar a los padres de que vacunaran a sus hijos contra el sarampión y que puede ser leída en su página web. Su hija había muerto en 1962 a causa de una encefalitis provocada por el virus. El autor de Charly y la fábrica de chocolate escondió el texto y su dolor en el cajón de un mueble en su cabaña en Great Missenden, Gran Bretaña. Esta cruda y directa misiva apareció poco después de su muerte. Pero ha sido hace un par de días cuando se ha vuelto a recordar hasta convertirse en un fenómeno viral en las redes sociales.

Buzzfeed, la publicación estadounidense especializada en contenidos que se comparte en Internet, recordó la carta y la publicó este lunes. El diario The Telegraph ha añadido que fue encontrada en un cajón tiempo después de la muerte del escritor. La viralidad que ha conseguido la misiva tanto tiempo después, se debe a que coincide con el brote de sarampión que el pasado diciembre comenzó en el parque de atracciones de Disneyland. El contagio afecta ya a siete estados, en especial al de California, con 67 casos registrados hasta el momento.

¿Por qué este brote ha revolucionado el país?

Al mismo tiempo que el sarampión se expande  afectando especialmente a niños, resurge el movimiento antivacunación en Estados Unidos. En 1998, la revista The Lancet publicó un estudio del médico británico Andrew Wakefield en el que se vinculaba a la vacuna triple vírica -para la inmunización contra el sarampión, la parotiditis y la rubeola- con el autismo. Más de una década después, en 2010, la publicación decidió retirar de su archivo el artículo ante la presión del sector sanitario y tras descubrir que las conclusiones eran falsas. Para entonces, el daño ya estaba hecho.

A los padres estadounidenses que aún creen en esta vinculación entre autismo y sarampión, se une la comunidad Amish, otros colectivos con convicciones religiosas férreas, sobre todo en los estados del sur, y una comunidad residente en la zona de Los Ángeles y San Francisco: familias ricas y bien educadas que optan por un estilo de vida natural y se oponen a que a sus hijos "les inyecten toxinas", según se explica en un reportaje de The New York Times.

Aunque el sarampión se erradicó en el año 2000 en este país, solo entre 2013 y 2014 se registraron más de 600 casos, según el Centro para el control y la prevención de enfermedades de EE UU (CDC por sus siglas en inglés). La mayoría de los brotes producidos están causados por turistas. Es decir, los focos se suelen encontrar en extranjeros que visitan el país como en el caso del visitante de Disneyland.

Brendan Nyham, analista político y colaborador de The New York Times, ofrece respuestas a esta repentina alarma social ante una cifra importante, pero no epidémica: "El debate política y social generado [en referencia a los movimientos antivacuna] terminan polarizando la cuestión en términos políticos y no consiguiendo un verdadero conseso sobre la necesidad o no de vacunarse".

En esta ocasión el debate se ha trasladado de manera natural de la prensa tradicional a las redes sociales. Desde que el pasado diciembre se informara del primer caso, se han compartido casi 300.000 mensajes en Twitter, según datos de Topsy, la herramienta de medición de esta red social.

La revista semanal The New Yorker le ha puesto un poco de humor a la epidemia ante la alarma que estaban alcanzando los portavoces antivacunas. "Si conectas los puntos del sarampión dice: 'Mis padres son idiotas", ha escrito Emily Flake en su viñeta, otra de las imágenes más compartidas sobre el tema.

Este virus se ha convertido en una cuestión casi de Estado en la que se ha visto involucrado el presidente Obama quien, horas antes de la final de la Super Bowl, alentó a los padres a que vacunaran a sus hijos en una entrevista en el canal de televisión NBC. Hillary Clinton, ex secretaria de Estado, no tardó en lanzar un mensaje similar en su cuenta de Twitter: "La ciencia es clara: la tierra es redonda, el cielo es azul y las vacunas funcionan. Protejamos a nuestros hijos". En menos de 11 horas, más de 18.000 personas han compartido este tuit, hasta el momento.

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