Entre las 9:04 y las 11:16 del viernes podremos observar un eclipse parcial de Sol desde España. Tal y como explica el Observatorio Astronómico Nacional, el momento máximo tendrá lugar a las 10:08, cuando la Luna cubrirá el 72% de la estrella. Merece la pena aprovechar la oportunidad: el siguiente eclipse solar visible como parcial desde España tendrá lugar el 21 de agosto de 2017, pero en malas condiciones porque coincidirá con la puesta de Sol. El próximo eclipse solar total visible desde España no ocurrirá hasta el 12 de agosto de 2026 y el 2 de agosto de 2027.
No afecta a las embarazadas
Los temores infundados sobre los efectos de los eclipses son más numerosos en el caso de los lunares, pero los solares también tienen los suyos. Sobre todo en el caso de las mujeres embarazadas. En México incluso se asociaban los eclipses al labio leporino, al ser un mordisco en el Sol o en la Luna, y las mujeres debían proteger su vientre con un listón o ropa de color rojo. El director del Observatorio Griffith, E. C. Krupp, explicaba a National Geographic que este mito de que un eclipse puede afectar a los embarazos es uno de los más persistentes y que con cada eclipse recibe docenas de llamadas. Pero no hay por qué preocuparse: nunca se ha documentado ninguna prueba de que los eclipses tengan ningún efecto en las personas, embarazadas o no.
Tampoco nos causará una indigestión
Una tradición india recomienda no comer durante un eclipse, bajo riesgo de sufrir indigestión. Se trata de una costumbre anclada en la religión hindú: el demonio Rajú intentó conseguir la inmortalidad con engaños, pero fue delatado, por lo que se venga intentando devorar el Sol o la Luna de vez en cuando. También se intenta razonar que los gérmenes campan más a sus anchas cuando no hay luz y por eso hay que tirar la comida cocinada antes del eclipse. No hay base para estas creencias. El viernes de 9 a 11 podemos acompañar el eclipse con un buen desayuno, por ejemplo.
Pero cuidado con los ojos
Decíamos que los eclipses no tienen ninguna consecuencia, pero hay una excepción obvia: nuestra vista. No podemos mirar directamente al sol. Hacen falta gafas de eclipse y filtros o proyecciones para los telescopios y prismáticos. En este documento del Planetario de Madrid hay más información.
Quizás afecte a los alemanes
El eclipse podría tener consecuencias en Alemania, ya que este es el país que más utiliza la energía solar. Esta fuente supone un 7% del suministro del país, según Mother Jones, que añade que las empresas eléctricas alemanas "llevan meses preparándose para lo que en esencia es una prueba sin precedentes de la red". España también ha preparado sus redes eléctricas para este viernes. En 2014 la energía solar suponía aproximadamente el 3% del suministro.
Y a los animales
Hay debate al respecto, ya que resulta difícil hacer una observación adecuada, pero parece que los animales notan los eclipses solares y reaccionan ante ellos. Un estudio llevado a cabo en Zimbabwe observó que muchos, como los hipopótamos, confunden el eclipse con la puesta de sol y se retiran a dormir. Eso sí, los leones, elefantes y cocodrilos no mostraron actitudes diferentes. Otros animales, como las abejas y las ardillas, actúan con más nerviosismo, en lugar de responder al patrón habitual de confundir el eclipse con el anochecer y retirarse. Y en otro estudio se vio cómo unos chimpancés en cautividad simplemente se limitaron a observar el fenómeno.
No se va a acabar el mundo
11 de agosto de 1999. Eclipse total de sol. El diseñador de moda Paco Rabanne predice que la estación espacial Mir se desplomará sobre París por culpa del acontecimiento y decide dejar la ciudad. Por si alguien tiene recuerdos muy borrosos de esa época, aclararemos que eso no ocurrió.
Las profecías sobre el apocalipsis y los eclipses no son nuevas y para este viernes ya hay algunas circulando. Por ejemplo, el diario Independent recoge los temores del cofundador de la web Root Source, Bob O’Dell, según el cual el eclipse supone un mensaje de advertencia sobre todo a los europeos. El fenómeno cobra importancia para los agoreros ya que estamos en plena tétrada de lunas rojas, que son cuatro eclipses lunares separados por seis lunas llenas. Este fenómeno se ha asociado al fin del mundo, a pesar de que no es la primera vez que ocurre (excepto entre 1600 y 1900).
El truco de Colón que usaron Mark Twain y Tintín
Los eclipses se suelen ver como sucesos negativos o que anticipan desastres, pero resulta más acertado desechar estas supersticiones, sobre todo si recordamos lo que le pasó a los indios arahuacos de Jamaica. Tal y como narra Joe Rao en Space, en 1503, estos indios acogieron las dos carabelas de Colón, que estaba pasando por dificultades en su cuarto viaje por América.
Tras seis meses, la mitad de la tripulación de Colón se amotinó, robó y asesinó a algunos arahuacos, que estaban cansados de ofrecer comida a cambio de baratijas. Para conseguir volver a lo que Colón consideraba “comercio justo”, amenazó al jefe con borrar la Luna si no se reestablecía el flujo adecuado de víveres. Cosa que ocurrió: esa noche hubo un eclipse, como Colón sabía al disponer de un almanaque con tablas astronómicas.
Mark Twain recuperó esta treta de forma más amable en Un yanqui en la corte del rey Arturo, con un eclipse solar, tal y como haría también Tintín en El templo del Sol.
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