"Lo que tus hijos ven en ti, no lo ven en nadie más". Con esta sentencia acaba el nuevo vídeo que emitió El Hormiguero la noche del martes que, una vez más, está firmado por Dulcinea Estudios y tiene como propósito que el espectador se emocione y lo comparta. En esta ocasión, Paola Calasanz, ideadora y responsable de la productora, ha conseguido en menos de 12 horas más de medio millón de reproducciones (y subiendo) en el perfil de Facebook del programa de Pablo Motos al retratar cómo un grupo de padres reacciona hasta la lágrima al escuchar lo que sus hijos e hijas piensan de ellos.
No olvides nunca que para tus hijos eres el centro de su pequeño mundo. Habla, siente, besa, ama, abraza CADA DÍA
Posted by El Hormiguero on Martes, 7 de julio de 2015
"Siempre hablamos de las madres y de los hijos, pero esta vez son padres", anunciaba Motos antes de emitir el vídeo. "Ellos también sienten que no son suficiente, que querrían darles algo que no son capaces". Para ejemplicar estas sensaciones, Dulcinea recurre a una estructura de similar a la que ha usado en otras ocasiones: separar a los protagonistas para que el reencuentro sea más vibrante. En primer lugar aparecen en un salón hombres que explican qué es para ellos la paternidad. En la mayoría de los casos se culpan de ser demasiado exigentes. Mientras cuentan a cámara sus experiencias y miedos, sus hijos, aislados en otra sala, dibujan a sus padres.
La emoción va creciendo, no solo por el uso de la música dramática, sino porque después de escuchar las vivencias de padres de distintas razas, con hijos adoptados, con trabajos duros, con tatuajes... se produce el momento del clímax. Los pequeños aparecen en escena, en concreto en una pantalla y responden a la pregunta: "¿Cómo es tu padre?". Y todo son palabras de amor, cariño y admiración: "Eres un papá que nunca me podía imaginar, nunca me abandonaría", "mi papá está loco porque juega conmigo y hace payasadas", "es muy fuerte y muy guapo", "siempre me defiende y me protege mucho".
En este preciso instante, la melodía se acelera al mismo ritmo que las lágrimas de los hombres que miran a sus hijos sin poder controlar las emociones al descubrir que lo que piensan es muy diferente de cómo sus hijos los perciben. Al final, padres e hijos se reencuentran, se abrazan y sonríen. "A los hombres nos cuesta mucho expresar las emociones, pero hoy vamos a abrir esta puerta", conluyó el presentador.
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