¿Cuándo lo pongo? ¿Lleva sábana encimera? Las dudas vitales del edredón nórdico

¿De verdad es tan difícil meter la funda? Dos expertos nos ayudan a desvelar uno de los mayores misterios del entretiempo

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Heidi, entre la calma y el gustito de dormir bajo el nórdico
Heidi, entre la calma y el gustito de dormir bajo el nórdico

El entretiempo trae aparejado varios dramas: ¿Saco ya el abrigo?, ¿con un jersey basta?, ¿puedo empezar a comprar los apaños para el cocido, el botillo o cualquier otro guiso? Pero hay uno en concreto que abre un debate especialmente encarnizado entre la población española: ¿Puedo poner ya el nórdico? El drama del edredón no solo se basa en la fecha recomendable para sacarlo de la funda, hay otra serie de cuestiones que persiguen a esta prenda de cama. En Verne nos hemos propuesta resolverlas (o por lo menos intentarlo) con la ayuda de Jordi Millaruelo, director de ventas de la empresa Velamen que lleva más de 30 años dedicada a este sector; y Carmen Pacheco, escritora y líder del movimiento en Twitter #edredoff (Disclaimer: también es la autora de nuestra newsletter).

"Hace unos cinco años, en Madrid vivimos un verano muy engañoso. Tras unos cuantos días de calor, el frío volvió y se quedó hasta bien entrado junio. Alguna gente que seguía en Twitter se quejaba de que habían quitado demasiado pronto el edredón y yo les dije que eran unos flojos, que el verano en Madrid hace siempre algunas fintas y ellos habían caído engañados a las primeras de cambio", explica Pacheco. "A partir de ahí, se creó una especie de broma privada recurrente entre mis seguidores y yo, y se me ocurrió el hashtag #edredOFF para nombrar el día del verano en el que quitas el edredón nórdico y ya no hay marcha atrás".

- ¿Cuándo hay que poner el edredón o nórdico?

"Todo es relativo", empieza diciendo Millaruelo, aunque rápido da unas cuantas pistas para evitar sembrar más dudas. "Depende del tipo de vivienda, si es una casa aislada a cuatro vientos, un piso en un bloque del centro de una ciudad, una casa en el campo o una en la costa". Una vez que cada usuario haya identificado su hogar, el experto lo que recomienda son nórdicos para cada estación, incluso combinar varios. "El de gramaje más fino [es decir, el grosor] se recomienda para otoño y primavera; el más grueso para invierno, y en zonas de montaña o ciudades de interior como Burgos o Vitoria, se pueden usar ambos a la vez".

Carmen Pacheco recurre a una metáfora de cartas para explicarlo: "Es como jugar al Blackjack, tienes que esperar al momento adecuado pero no pasarte. Todos los años, en cuanto hacía un poco de calor, alguien me preguntaba en Twitter si ya era hora de quitar el edredón y yo les decía que aguantaran, que si se precipitaban lo lamentarían. Les ponía la escena de Hold! de Braveheart para que entendieran el concepto (hay que darle algo de épica a la vida cotidiana)".

La escritora no solo creó una etiqueta, hace un par de años creó una web de consulta. "Ese año acerté con el día adecuado", asegura, "pero este último verano fallé de pleno. Fue un #edredOFFAIL. Todos los que quitamos el edredón el día que proclamé el #edreOFF nos arrepentimos y tuvimos que pasar por la humillación de volver a sacar el edredón de su sitio (con el rollo que es guardarlo) y ponerlo de nuevo. ¿Pero qué culpa tengo yo del cambio climático?".

"Sobre el momento del #edredON ahora en otoño, no me pronuncio porque no tiene emoción. Si lo pones antes de tiempo, duermes medio destapado unos cuantos días y listo. Sin algo de riesgo, no hay épica posible. Personalmente, llevo dos semanas durmiendo ya con edredón porque lo puso mi novio y después de mi fracaso en verano no tenía ningún argumento para protestar", aclara Pacheco.

- ¿Nórdico con sábana encimera o solo la bajera?

En este punto hay que plantear dos aspectos. Por un lado, como apunta Millaruelo, la tradición española se basa en el juego de ambas sábanas por lo que es habitual que muchas personas usen el nórdico con su funda y además la encimera. "El edredón se usan en Europa desde la Edad Media, a España llegó un poco más tarde, por lo que culturalmente hacemos un uso distinto", dice el director de ventas. No solo usamos más prendas de cama, además intentamos que la funda del nórdico vaya a juego con las cortinas, por ejemplo. Es decir, cambia el tejido, es más complicado lavarlo y se opta por la encimera.

Este es un asunto que a Pacheco le "horroriza", literalmente. En su caso, la tradición no es excusa. "Hay gente que odia cambiar la funda del nórdico porque de primeras puede parecer complicado, pero es igual que resolver un juego de lógica o hacer un puzzle. Cada uno tiene que encontrar su método para hacerlo lo más rápido posible y no recurrir a esa indignidad de la sábana encimera. Para eso, usa mantas, una colcha o un edredón normal, que los hay muy bonitos. Pero no destruyas la pura esencia del diseño del edredón nórdico, con un apaño chapucero mediterráneo. Acabo de de leer en Wikipedia, que el edredón nórdico lo inventaron los vikingos. Es que no hay más qué decir".

"Si las fundas de nórdico se lavan tan fácilmente como las sábanas normales y el propio edredón se puede meter en la lavadora sin problema, ¿qué sentido tiene poner una sábana en medio?", se plantea. Entonces, el segundo drama que persigue al edredón debería quedar descartado. Hasta que se plantea la siguiente duda.

- ¿Por qué parece tan difícil poner la funda? Algunos trucos

En YouTube hay varios tutoriales que prometen un sencillo trámite. Este asegura que una sola persona puede hacerlo en dos minutos simplemente colocando la funda al revés. En este otro vídeo optan por aliarse con las pinzas de la ropa. Y para asegurar que quede bien estirado se puede recurrir a la pared como explican en esta guía.

- ¿Qué diferencia hay entre los tipos de relleno?

Millaruelo distingue entre pluma y fibra. Y una vez más, depende del gusto de cada cual. "Las plumas hacen de aislante térmico y aprovechan el calor corporal, pero son más complicadas de lavar en casa", apunta. "La fibra tiene el mismo efecto que la manta tradicional y se puede meter en la lavadora".

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