Una joven de Guanajuato ha captado la atención de los mexicanos en internet desde el 22 de abril. Ese día apareció en Youtube un video en el que, después de tener un accidente de auto por conducir alcoholizada, la chica ofrece dinero a un policía de tránsito para evitar su arresto. En las redes la sido apodada como #Lady100pesos, en línea con esa tendencia de apodar lady o gentleman a todos aquellos cuya prepotencia se hace viral. Tan solo una de las versiones del video registra 3 millones de reproducciones en una semana.
Aunque no tan virales como éste, existen cientos de videos en Youtube que muestran a conductores ofreciendo mordida a policías para salir de algún problema con la ley. El youtuber Ryan Hoffman (DebRyanShow), por ejemplo, grabó el momento en el que soborna a un oficial en la Ciudad de México para evitar una infracción por conducir sobre el carril del Metrobús.
En el video titulado Lady Doctora, una mujer a la que la policía obligó a detener su auto en Tijuana le dice a uno de los oficiales que no respeta a los agentes porque extorsionan. Acto seguido, ella misma saca billetes de su cartera y se los entrega al policía para intentar evitar ser sancionada. Él acepta el dinero solo para decirle que será arrestada por cohecho.
Los tres videos propiciarion discusiones en la sección de comentarios sobre esta práctica y sus causas. “El lado positivo de estos videos es que abren un debate, es lo que hemos detectado”, comenta a Verne vía telefónica Octavio Arroyo, coordinador del programa Cultura de la Legalidad de la organización civil México Unido contra la Delincuencia. “Una vez que pasa la euforia de lo viral, la gente comienza a desmenuzar la información y a reflexionar sobre lo que está viendo”.
Arroyo también ha notado que la práctica de grabar actos ilegales también ha creado un efecto inhibidor entre los mexicanos, especialmente entre figuras públicas. “Existe un miedo a que alguien te pueda grabar en cualquier momento y la gente piensa dos veces antes de hacer las cosas. Nos hemos autorregulado a la fuerza”, explica.
Esto es una reacción que se ha visto en otros países, dice a Verne vía telefónica Francisco Rivas, director de Observatorio Nacional Ciudadano, dedicado a analizar el sistema de justicia mexicano. “En el caso de Estados Unidos, la instalación de cámaras en las patrullas y uniformes de la policía ha sido un elemento disuasorio del exceso de la fuerza”, explica. “En México aún no hay evidencia concreta de que los videos virales tengan este efecto en la policía o en la población”.
Para Eduardo Bohórquez, director de la organización civil Transparencia Mexicana, esta clase de videos, más que crear un efecto es el resultado de un cambio de actitud ante la corrupción. “El hecho de que estas conductas reciban una sanción social es muy sano”, comenta a Verne vía telefónica. “Cuando tienes la capacidad de tomar distancia respecto a un evento que todos toleramos por años, quiere decir que estas empezando que otras realidades posibles”.
Los reportes del Índice Nacional de corrupción y buen gobierno, los cuales estudian la incidencia de ilegalidad en los trámites y procesos de las instituciones públicas, reflejan una disminución de nuestra tolerancia a la corrupción, asegura Bohórquez. “Los índices muestran, por ejemplo, que si hace 15 años, un cartero te pedía que le pagaras para entregarte un paquete, lo hacías”, explica. “Ahora eso no sucede o es mucho menos frecuente, así hay muchos ejemplos”.
El acceso a la información y a otras culturas son algunos de los factores que han contribuido a este cambio de percepción, agrega Bohórquez. “Somos ciudadanos más globales, tenemos un mayor contacto con otros países”, dice. “El internet y las redes sociales también ayudan a que haya una mayor conversación sobre estos temas, lo cual antes era imposible por el control de los medios masivos”.
Las seis excusas para la mordida
Uno de cada tres mexicanos reportó haber pagado sobornos en un año, según los datos más recientes del Barómetro Global de la Corrupción, realizado por Transparencia Internacional. “Los mexicanos mantienen la idea de que los servidores públicos son la fuente de la corrupción en el país y es una percepción que se han ganado a pulso”, comenta Arroyo. “Pero cuando ellos son los que cometan actos ilegales siempre encuentran una justificación”.
El programa Cultura de la Legalidad ha detectado los seis pretextos más comunes para cometer actos como la mordida: "Llevo mucha prisa", "Tengo influencias y las voy a usar", "Nadie se va a dar cuenta", "Gano muy poco en mi trabajo", "Todos lo hacen y solucionar el problema no depende de mí". “Los mexicanos deben entender que para que exista una solución, debe haber una sinergia entre el gobierno y los ciudadanos”.
Por esta razón, opina Rivas, del Observatorio Nacional Ciudadano, hacer y divulgar un video que exponga un acto de corrupción no es suficiente. “Lo que necesitamos es un debido proceso e instituciones capaces de investigar y eventualmente sancionar a quien tiene una conducta inadecuada. Para eso aún se requiere fortalecer más a las instituciones de justicia”, comenta.
Bohórquez coincide con esto y agrega: “Estos videos continúan siendo un tema delicado. El gran reto es que al mismo tiempo que se denuncia la corrupción, se respeten los derechos humanos. Todavía no existe ese filtro, lo que puede ocasionar que se cometan excesos contra una persona por la crítica social”.
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