"Creo en ti, confío en ti": el aplaudido gesto de un entrenador que arrancó el tanto decisivo

"Respira y no te preocupes", le dijo al niño al que también le dio un beso

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La escena es de un partido de minibasket entre dos equipos italianos, la Juve Pontedera y Basket Calcinaia. Van empatados a 51 puntos y faltan 10 segundos para el final del partido. Gabriele Poltronieri, un niño de 10 años, recibe un golpe. Tiene derecho a dos tiros libres. Falla el primero y los fans de sus adversarios aplauden. Él llora y quiere salir de la cancha. Entonces se acerca a él su entrenador, Matteo Bruni, y se produce la magia. Le susurra "creo en ti, confío en ti, respira y no te preocupes", y le da un beso. Gabriele vuelve a tirar y esta vez, sí, la pelota entra en el aro. Su equipo gana 52 a 51. "Solo necesitaba sentirse seguro, saber que estamos todos juntos, en la victoria y en la derrota", cuenta Bruni a Verne.

El usuario de Facebook la Giornata Tipo compartió el impulso que el entrenador transmitió al niño con ternura y confianza el pasado 25 de abril. En algo más de tres semanas la imagen, tomada por Marco Bruni, ha recibido 12.000 likes y se ha compartido más de 1.300 veces.

El propio Matteo Bruni ha compartido la foto en su perfil de Facebook. Gabriele, cuenta a Verne el entrenador, es el más joven del grupo, y al fin y al cabo, es un niño con "emociones, miedos y debilidades". "Esa foto representa no solo una muestra de amor por mi parte, sino de todo el equipo", dice. "Se lo merece, porque es de los más pequeños pero también de los más fuertes".

Este es el segundo año que Bruni entrena al club de Calcinaia, cerca de Pisa, tras varios años lejos de la cancha por razones personales. Al principio fue duro volver a entrenar, pero ahora sabe que "es una de las mejores cosas" que le ha pasado en la vida. "Este gran equipo de niños me empujaron de vuelta a la vida".

El deporte como diversión, no sufrimiento

El entrenador prueba con ellos distintos métodos para "integrar el baloncesto con otras influencias y construir un enfoque más positivo para que los niños hagan deporte". Por ejemplo, mezclan baloncesto y música siguiendo el método de Massimo Antonelli, que el año pasado les visitó. "Con un pequeño equipo de música y un USB te lo puedes pasar muy bien".

"Yo quiero que mis niños se diviertan", dice. Para él, eso significa "ser capaz de hacer algo y disfrutarlo". La idea es que el deporte no tiene que ser sufrimiento, al contrario. El esfuerzo al final tiene recompensa, y no solo en forma de trofeos.

Junto a la instantánea que compartió en su perfil, Bruni escribió una cita: "Antes de pedirle a tus jugadores que crean en sí mismos, cree tú en ellos". La firma un tal Coach Browns, que es el apodo por el que le conocen los chavales. Se inspiró en el legendario entrenador de Volley Ball Julio Velasco. "Hay muchos vídeos suyos que me impactaron, pero en uno en particular decía que para conseguir grandes jugadores tienes que conseguir que crean que son buenos jugadores", recuerda. También les enseña que además de ser un grupo, se tienen que convertir en un equipo. Lo hace con ayuda de este vídeo:

"No es fácil, pero tienes que darles esa confianza, ayudarles cuando cometan errores, decirles que mejorar cada día es lo más importante". Como solía decirle a John Wooden -"el mejor entrenador de basket de toda la historia de la NCCA"- su padre: "Nunca intentes ser mejor que nadie, pero trata siempre de mejorar tú".

A Bruni le ha impresionado mucho que su gesto se haya hecho viral, porque cree que debería ser lo normal. "He visto que la foto ha llevado a muchos a preguntarse: '¡Oye, ¿y si los Beatles tenían razón y todo lo que necesitas es amor?' Pues sí, hay que hacer las cosas con amor y pasión", insiste.

"Estoy seguro que muchos entrenadores también lo hacen así, pero me he encontrado con padres y jugadores mayores que tienen malos recuerdos de episodios con entrenadores que les marcaron con métodos terribles", dice.

"Cuando eres pequeño, lo más importante del deporte es que es saludable y una forma de aprendizaje, y no el resultado", recuerda. A menudo, sin embargo, a los adultos se les olvida esto y la cancha, "en lugar de ser un lugar para divertirse, relajarse y dejar a los niños disfrutar de este momento emocional de jugar juntos, se convierte en una reunión de hooligans con pitidos y otras cosas".

Además de valores del juego como respetar las reglas, ser educado con el otro, qué significa el juego limpio y el respeto a los compañeros, también les trasmite a sus jugadores que si no consiguen dedicarse profesionalmente al baloncesto, pueden verter ese amor y esa pasión siendo entrenadores o árbitros.

De esta época con él, si los niños van a recordar algo en el futuro, Bruni espera que sea que "todo es posible si realmente queremos".

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