En la madrugada del 21 de mayo, un bólido (fragmento de roca o metal proveniente del espacio) se vio cerca de Puebla, en el centro de México. Decenas de residentes de la zona reportaron ver el objeto resplandeciente en el cielo y escuchar un estruendo similar al de una explosión. Algunos lo captaron con las cámaras de sus teléfonos, otros lo detectaron al ver los vídeos en línea del servicio Webcams de México o la información facilitada en Twitter por la Sociedad Astronómica de Puebla. Así se registró el fenómeno, por ejemplo, desde el Zócalo de la Ciudad de México:
El resplandor del #meteorito esta madrugada en #Tlaxcala Capital vía @SECTURTlaxcala pic.twitter.com/hIE96nHKIf
— Webcams de México (@webcamsdemexico) 21 de mayo de 2016
Ciudad de México. El #Meteorito (!!!) de esta madrugada visto desde la Torre Latinoamericana. pic.twitter.com/hZT9z6STxD
— Webcams de México (@webcamsdemexico) 21 de mayo de 2016
"Un bólido es un remanente del sistema solar", explica a Verne Raúl Mújica, astrónomo del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE). “El sistema solar se formó de una gran nube de gas que se fue condensando. En las zonas más densas se formaron los planetas y alrededor de ellas hay materiales o remanentes dando vueltas”, agrega. De vez en cuando estos materiales viajan a la atmósfera de la Tierra.
A diferencia de un meteorito, un bólido es un fragmento incandescente que explota en el cielo, es decir, no llega a la superficie terrestre. El INAOE aún no ha determinado el tamaño o la composición de este bólido, que puede ser metálico (férreo) o de piedra (pétreo). “Los férreos son más resistentes y sus remanentes son más fáciles de encontrar, en cambio, los de los pétreos pueden confundirse con otras piedras”, dice Mújica. “Es muy difícil encontrar remanentes en general porque es difícil diferenciarlos.”
La razón por la que estos fragmentos son resplandecientes y explotan es por la fricción que causa su contacto con la atmósfera. “La cola que se forma detrás de ellos es aire caliente que está presionando al objeto. La intensidad de este efecto depende de la forma del bólido y la manera en la que entra a la atmósfera,” dice Mújica. En este caso, al entrar de forma rasante o de forma angular - atravesando el cielo - provocó un gran resplandor. Cuando estos fragmentos entran de forma vertical, la intensidad casi siempre es menor, explica el especialista.
El astrónomo asegura que este fenómeno es común. “En esta ocasión sucedió en una zona poblada, donde hubo testigos, pero muchas veces ocurren y son reportados”, dice Mújica. Sin embargo, advierte que “no había visto un evento igual de brillante y con una onda expansiva - explosión- que se haya sentido así en varios años”. Un fenómeno de características similares sucedió en Veracruz en 2012, agrega.
Otro ejemplo notorio de un bólido fue el que se vio en Cheliábinsk, Rusia, en 2013. “Por su gran intensidad a ese se le llama un súper bólido, en esa ocasión si pudieran encontrarse remanentes en la zona donde se presenció”, comenta Mújica.
Este tipo de fenómenos tienen mucha importancia científica, asegura el astrónomo. “Son pistas del origen del sistema solar, por eso las estudiamos”, comenta. En este caso, sin embargo, será difícil que exista una expedición para encontrar fragmentos del bólido ya que su tamaño - aunque este no ha sido calculado con certeza - se estima que no fue lo suficientemente grande como para dejar remanentes detectables, explica Mújica.
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