A los millennials se les acusa de muchas cosas: de ser apáticos sobre los problemas del mundo, de no saber socializar más que a través de una pantalla y también de no tener un plan para su futuro. Bernard Salt, un afamado columnista australiano comparte esta última creencia, según una de su reciente columna en el diario Australian. El comentarista está particularmente sorprendido por el hábito de los jóvenes australianos de comer pan tostado con aguacate por 22 dólares: “¿Cómo pueden gastar en esto? Esos 22 dólares bien podrían ahorrarlos para el enganche [entrada] de una casa". Estas afirmaciones han despertado un debate en Australia sobre qué tan responsables son los jóvenes de su propia precariedad económica.
En Twitter, los jóvenes no tardaron en responder con un toque de sarcasmo al comentario.
Bernard is right. If the youngens want to own property they should quit eating smashed avocado and start eating the rich
— Michael Roddan (@MichaelRoddan) 16 de octubre de 2016
Bernard tiene razón. Si los jovenes quieren una propiedad deben dejar de comer aguacate machacado y comerse a los ricos.
I go out for breakfast because *even if I didn't* I couldn't come close to a house deposit. so just shut up & take my rent money
— Lucy Valentine (@LucyXIV) 16 de octubre de 2016
Si salgo a desayunar es porque ni siquiera estoy cerca de poder dar un enganche para una casa, incluso si no fuera a desayunar. Así que cállate y toma mi dinero de la renta.
Even you go from drinking coffee daily to never again, and never eat the $20 smashed avo, it'll take you 30+ years to save an $80K depost.
— Osman Faruqi (@oz_f) 16 de octubre de 2016
Incluso si dejara de tomar café y jamás ordenara un pan tostado con aguacate, me tomaría 30 años ahorrar para un enganche de 80.000 dólares.
Avocado on toast is better than home ownership anyway. 💵🏠
— Ben Cubby (@bencubby) 16 de octubre de 2016
El pan tostado con aguacate es mucho mejor que se propietario de un inmueble de todas formas.
Skipped smashed avocado for breakfast this morning. Excited to buy a house next week.
— Tony Broderick 🙃 (@brod) 16 de octubre de 2016
Esta mañana me salté el desayuno de pan tostado con aguacate. Estoy emocionado de que podré comprar una casa la próxima semana.
I Stopped Eating Smashed Avocado And Now I Own A Castle https://t.co/4rGEPMXpH8
— Amy Corderoy (@AmyCorderoy) 18 de octubre de 2016
Dejé de comer aguacate machacado y ahora soy dueña de un castillo.
I just heard there are some people who have houses AND eat smashed avocado #hottakecomingsoon
— Wil Anderson (@Wil_Anderson) 17 de octubre de 2016
Acabo de escuchar que hay gente que es dueña de una casa Y come aguacate machacado.
A one bedroom apartment in Sydney has doubled in value in three years. Of course. Of course. via @MelanieTait pic.twitter.com/XuAiD83cFo
— Mark Di Stefano (@MarkDiStef) 15 de octubre de 2016
Un departamente de una habitación en Sydney ha duplicado su precio en tres años. Claro, claro, claro.
is smashed avo to blame for housing crisis
— Aus Gov Just Googled (@GovGoogles) 17 de octubre de 2016
¿Acaso el aguacate machacado es el culpable de la crisis inmobiliaria?
El debate incluso llegó al parlamento australiano, donde un senador preguntó su opinión al Secretario del Tesoro mientras sostenía un aguacate. El funcionario solo bromeó: “Lo que me gustaría discutir es el precio exorbitante del café en Melbourne”.
When a real fresh avocado is held up in economics estimates to highlight the #smashedavo debate @abcnews pic.twitter.com/qFWBzMlJiv
— Anna Henderson (@annajhenderson) 19 de octubre de 2016
No todos lo tomaron a broma. La abogada y comentarista australiana Brigid Delaney argumentó en su columna en The Guardian que la situación económica actual hace casi imposible que un joven pueda adquirir una propiedad:
Los precios de las casas en Sydney se han catapultado mucho más allá de lo que han aumentado los precios del aguacate, el queso feta (que también va en el pan tostado) y el pan. El precio promedio de una residencia es de un millón de dólares australianos (770.000 dólares estadounidenses). Tendrías que ahorrar 200.000 dólares australianos (equivalente a unas 10.000 panes tostados con aguacate) para dar un enganche del 20% de un lugar no muy grande, ni muy bonito. Por esta razón, el brunch se ha vuelto el opio de las masas. No comemos brunch en lugar de comprar casas, lo hacemos porque no nos alcanza para comprar una.
Los jóvenes australianos no son los únicos que se ven obstaculizados por la situación económica de sus países. Según una encuesta de la plataforma de asesoría financiera Credit Karma, las personas de entre 18 y 34 años en Estados Unidos tienen ambiciones muy similares a las de los baby boomers (aquellos nacidos entre 1946 y 1964). Al 88% le gustaría ser dueño de su departamento en lugar de rentar, al 83% les gustaría casarse y el 75% tener hijos. ¿Por qué no lo han hecho aún? La gran mayoría dijo que no podía costear ninguna de estas cosas por el momento.
Salt, quien inició la polémica, no se ha tomado muy en serio los argumentos de los jóvenes en su país. En su Twitter ha compartido una foto de él disfrutando de un pan tostado con aguacate y otra de una gorra con la leyenda Haz que el aguacate aplastado vuelva a ser costeable, en alusión al eslogan de campaña de Donald Trump Haz que Estados Unidos vuelva a ser grandioso.
Smashed avocado w crumbled feta on toasted sourdough at Raw Energy cafe Brisbane $14.50 for breakfast. I can do this too! pic.twitter.com/oQp7hvqumA
— Bernard Salt (@BernardSalt) 18 de octubre de 2016
Aguacate machacado con queso feta en pan tostado en el café Raw Energy por 14,50 dólares. ¡Yo también puedo hacer esto!
I'm running for president of the hipster nation pic.twitter.com/d4k7SK2qz9
— Bernard Salt (@BernardSalt) 19 de octubre de 2016
Me postularé como candidato a la presidencia de la nación hipster.
¿Por qué el pan tostado con aguacate?
Este platillo se popularizó en San Francisco desde 2014 como alternativa al pan con mermelada o mantequilla como desayuno o almuerzo, según un artículo de la revista Pacific Standard. Es una de las variantes preferidas en el boom de los panes tostados en esa región de California, en la que en vez de un emparedado completo, los restaurantes y cafés sirven una rebanada de pan con algo encima, casi siempre muy gourmet.
Esta moda se esparció a otras partes de Estados Unidos, especialmente en Nueva York, donde el restaurante Café Gitane de Manhattan y la actriz Gwyneth Paltrow (a través de su libro de cocina) la colocaron en los reflectores culinarios, según un artículo de la revista New Yorker. A partir de entonces se consume en otros países como Reino Unido y Australia. El trend aún no llega a México, pero desde hace mucho tiempo disfrutamos de nuestra versión: la torta de aguacate embarrado.
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