La senadora y exatleta olímpica Ana Guevara fue atacada por cuatro hombres mientras conducía su moto en la carretera México-Toluca el pasado domingo. Ella narró lo ocurrido en su cuenta de Twitter, donde compartió fotografías de su rostro inflamado y con moretones. El pasado martes Guevara dio una conferencia en el Senado en la que pidió a los testigos entregar videos de la agresión a las autoridades y pidió un alto a la violencia.
Aunque muchos han expresado su indignación ante la agresión y su apoyo a la política, Guevara ha recibido una serie de tuits que justifican el ataque o incluso lo celebran. “Pues algo has de haber hecho para merecerlo”, se lee en uno. “Eso también nos pasa a los hombres y no andamos llorando, quieren igualdad, ¿no?”, dice otro. La mayoría de los comentarios critican la apariencia y la sexualidad de la senadora. Anel Flores, la autora del blog Apunte Feminista, publicó en Facebook los pantallazos de estos comentarios. “Esto es la misoginia, esto es el tipo de sociedad que tenemos, donde se violenta y se mata a las mujeres por ser mujeres”, escribió en la publicación que registra más de 4.000 compartidos en dos días.
Estos tuits tienen una conexión con la agresión física hacia Guevara, opina Laura García, directora de la organización civil feminista Fondo Semillas. “No son manifestaciones aisladas, son producto de la misma cultura que fomenta la violencia hacia las mujeres que no caben en el molde porque manejan una moto o porque son musculosas o porque alzan la voz”, dice a Verne vía telefónica.
Otras mujeres que han denunciado alguna agresión o acoso en redes sociales han recibido respuestas similares a las que se ven en la cuenta de Twitter de Guevara. En marzo de este año, la periodista Andrea Noel recibió comentarios amenazantes después de publicar un video de seguridad en el que se ve a un hombre levantar su vestido y bajar sus pantaletas mientras caminaba por la calle. Este tipo de mensajes también surgieron cuando decenas de mujeres compartieron sus testimonios de su primer acoso sexual en Twitter el pasado abril.
García asegura que esto seguirá siendo una respuesta común hacia las mujeres. “Detrás de este impulso de hacer comentarios extremadamente hirientes existe una sociedad que ve normal castigar a una mujer por no quedarse callada”, comenta. “Las cuatro personas que la atacaron y los que hicieron los comentarios no se pusieron de acuerdo, es una actitud generalizada”.
La directora de Semillas agrega: “Encarcelar a los agresores servirá para que ellos no vuelvan a cometer un acto así, pero no soluciona el problema. Debemos combatir las causas y no las consecuencias. Un primer paso es reconocer que vivimos en una sociedad donde se considera a la mujer como ciudadana de segunda clase y en la que la violencia hacia ella se ha normalizado y que no son unas cuantas personas las responsables de esa violencia”.
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