Mónica B. Brozon es autora de más de 20 libros para niños y jóvenes, y acaba de publicar el primero sobre homosexualidad. La mexicana recuerda bien el momento en el que decidió que quería abordar el tema en un cuento para los que comienzan a leer: “Fue a raíz de una nota que vi sobre Ricky Martin y sus dos hijos”, narra la escritora a Verne. Ella cuenta que le emocionó mucho la noticia hasta que llegó a los comentarios de los lectores, donde encontró múltiples mensajes de odio e incluso deseos de muerte. “Me pareció horrible; me dio vergüenza vivir en un país como este”, afirma.
Ese fue el origen de Sombras en el arcoiris (2017), el último libro de Brozon y el primero que aborda la diversidad sexual en las colecciones infantiles del Fondo de Cultura Económica (FCE), la editorial del Estado mexicano. Constanza, la protagonista, es una niña que sabe que su hermano mayor es diferente a los demás chicos. Él y su novio, ambos de 16 años, han decidido contarle a sus padres que están enamorados. Constanza está muy orgullosa de su hermano Jero, pero no tardará en darse cuenta que no todos piensan de la misma forma.
La historia deja claro que la homosexualidad no es un problema, pero la homofobia sí. Brozon confiesa que en el proceso de creación se cuestionó sobre la pertinencia de escribir sobre algo que ella consideraba tan obvio. Por esas fechas, sin embargo, el Frente Nacional por la Familia organizó movilizaciones conservadoras en distintas ciudades mexicanas, con el fin de revertir la legalización del matrimonio gay y defender lo que ellos consideran una familia natural: un hombre, una mujer y los hijos.
La dos veces ganadora del premio de literatura infantil El Barco de Vapor confirmó entonces que “era indispensable” hablar de diversidad sexual a los niños. “Quería contribuir a que las nuevas generaciones vean una realidad que ha existido siempre con más naturalidad, lejos del prejuicio y el odio”, dice. La mejor forma de hacerlo, en su experiencia, es a través de una historia: “Si tú como autor encariñas al lector con un personaje y le muestras las consecuencias que tiene la cerrazón, estás provocando sentimientos, y los sentimientos son más formativos que la información”.
Para Socorro Venegas, Coordinadora de Obras para Niños y Jóvenes del FCE, Sombras en el arcoiris llegó en un momento muy oportuno. “Hablar a los niños del respeto a la diversidad sexual es quizá más urgente en un mundo en el que estamos tan expuestos a los medios de comunicación y en el que existen las redes sociales”, opina. El primer libro para niños que trata la homosexualidad en la editorial pública coincide con el lanzamiento de los primeros videos gubernamentales, para televisión e internet, que reconocen la diversidad sexual.
Una familia como cualquiera
En las grandes editoriales privadas hay algunos ejemplos de libros para niños sobre diversidad sexual, pero tampoco son abundantes. Una representante de Océano Travesía confirmó a Verne que cuentan con un solo título en su colección. Se llama Rey y Rey, y es una traducción que está descatalogada. La encargada de prensa en Planeta de Libros citó seis títulos, pero todos ellos están dirigidos a un público adolescente.
Ediciones SM México publicó en 2013 el libro-álbum Esta familia que ves, escrito en verso por Alfonso Ochoa e ilustrado por su pareja, Valeria Gallo. El tema central no es la diversidad sexual per se, pero sí la diversidad en las familias. “Partimos de que cada vez es menos común ser parte de una familia como las de anuncio de cereal, donde están el papá, la mamá y dos hijos sonrientes”, explica Ochoa. En el libro hay historias de familias con dos papás y con dos mamás, pero también con padres solteros, padrastros y viudos. “La constante en estas familias es la no constante", afirma Ochoa. "Es la diversidad”.
En opinión del autor, la literatura pierde terreno cuando trata de catequizar. “Lo importante es estimular el diálogo en todos los niveles. Nunca intentamos decir ‘estas son familias tan buenas como la tuya’. Solo ponemos retratos de esas familias. Los niños, por supuesto, son cien por ciento capaces de establecer un razonamiento alrededor de ello”, dice. Estos son dos fragmentos de su libro:
¿Dos papás?”, dice la gente
con un ataque de tos,
y Beca dice: “¿Perdón?
Si somos inteligentes
es una gran colección
tener un par de papás:
tienes más que los demás
aunque tengas solo dos.
Esta familia que ves
es de una mujer más otra (...)
Ambas se cuidan la tos.
Una cocina, otra canta
y una, cuando se levanta,
prepara té para dos.
Según el último censo de INEGI, en 2010 existían 229.773 hogares conformados por parejas del mismo sexo, de los cuales 172.433 tenían hijos o hijas. En ese momento, sin embargo, los matrimonios igualitarios apenas comenzaban a celebrarse en la Ciudad de México. Hoy se puede ejercer este derecho en 11 de 32 Estados sin necesidad de interponer amparos. Además, un fallo de la Suprema Corte establece que es ilegal impedir el matrimonio entre personas del mismo sexo en todo el territorio nacional.
Antonio Medina es padre en una familia homoparental, y en su opinión, “hay un déficit” de historias escritas para niños que contribuyan a educar en la diversidad. “Los libros son importantes porque son el espacio simbólico en el que los niños van entendiendo las representaciones sociales y culturales de su país, sociedad, colonia y escuela”, expresa el profesor universitario y activista político. “Si siempre se muestra la heteronormatividad, se traduce en que eso es el deber ser. Y si yo como niño no tengo una familia como las que aparecen en las revistas o en los libros de la escuela, entonces algo está pasando mal conmigo”.
Medina cree que las editoriales mexicanas no han considerado que hay una población que demanda este tipo de contenidos. Él suele buscar libros de otros países en librerías especializadas en literatura LGBTI, como El armario abierto y Voces en tinta. El activista cuenta que acaba de comprar en internet Tres con tango, un libro ilustrado sobre dos pingüinos machos que adoptan un pequeño pingüino en el zoológico. La historia escrita por una pareja homosexual estadounidense se publicó en 2005 y ha ganado múltiples premios.
Además de buscar este tipo de alternativas, Medina participa activamente en redes de familias homoparentales, lo que ha permitido que su hijo Mateo, de seis años, convivia con la diversidad. Sin embargo, él no cree que la mayoría de las familias cuenten con estas herramientas. Medina insiste en que en México hacen falta historias literarias para los más chicos que ocurran en familias diversas.
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