'Kingsman: servicio secreto', que patrocina este artículo, se estrena el 27 de febrero en cines. Puedes saber más de la película protagonizada por Colin Firth, Samuel L. Jackson y Michael Caine en su web, Facebook y Twitter. Copyright © 2014 Twentieth Century Fox Film Corporation. All Rights Reserved.
Casi desde el primer momento en el que el espionaje internacional de altos vuelos pasó a formar parte indiscutible de la mitología pop con James Bond Contra el Dr. No, los gadgets disparatados entraron a formar parte indisoluble del arsenal de cualquier agente secreto que se preciara.
Los famosos gadgets de M encuentran su más claro heredero en los juguetitos del protagonista de Kingsman: Servicio Secreto, una película de Mathew Vaughn, el director de X-Men: Primera Generación y Kick-ass, inspirada en un comic de Mark Millar. El comic original de Kingsman era mucho más serio, pero la película ha optado por la acción loca. Lo celebramos con un repaso a los mejores gadgets del mundo del espionaje:
1. Jetpack
Dónde aparece: Operación Trueno
Año: 1965
Uno de los gadgets más populares de James Bond, cuyo nombre exacto es Bell Rocket Belt. Aparece en la secuencia pre-créditos de Operación Trueno y está inspirado en un cacharro real que en esos momentos desarrollaba el ejército de los Estados Unidos y cuyo empleo acabó siendo desechado por razones prácticas. La secuencia en la que aparece en la película incluye planos trucados con cables y unos segundos de vuelo real a cargo de un piloto del ejército norteamericano como doble de Sean Connery. En algunas imágenes promocionales Bond aparece sin casco, pero finalmente hubo que rodar la secuencia con uno porque el piloto se negó a utilizar el aparato de vuelo sin la protección pertinente. No se fiaba de su propio gadget.
2. Zapatófono
Dónde aparece: Superagente 86
Año: 1965-1970
Nuestros Mortadelo y Filemon también tuvieron su calzado telefónico, pero el primero con uno fue el catastrófico Maxwell Smart, el Superagente 86 que puso en solfa las ridiculeces de James Bond gracias al ingenio del mago de la parodia Mel Brooks. El zapatófono, cuidado con el zapatófono: igual ahora es muy gracioso ver cómo el tacón se desplazaba para dejar a la vista un dial de números como los de los teléfonos de mesa, pero es escalofriante pensar en que no hace tantos años se pensara que la conexión continua vía dispositivo portátil sería algo que solo interesaría a un agente secreto.
3. Mechero con 83 funciones
Dónde aparece: Flint, agente secreto
Año: 1966
Aunque Flint Peligro Supremo, el título argentino de Our man Flint, nos gusta más que el español, sea en el idioma que sea esta parodia de James Bond está entre las más divertidas y tronadas que se han rodado. Es un precedente muy claro de Austin Powers (que no está en esta lista, pero que si lo estuviera aparecería con uno de los mejores gadgets de todos los tiempos, el Mini-yo) y cuenta entre sus gadgets con un utilísimo mechero que “tiene 82 funciones, 83 si cuentas el de encendedor”). Por supuesto, no llegamos a verlas todas en la película, pero sí las más útiles: láser y explosivos (y encendedor).
4. La máquina del cambiazo
Dónde aparece: Mortadelo y Filemón – La máquina del cambiazo
Año: 1971
Este invento de nuestro más ilustre mad doctor patrio, el Profesor Bacterio, fue publicado en un tebeo perteneciente a la época más gloriosa de Mortadelo y Filemón (entre Chapeau el Esmirriau y La caja de diez cerrojos, nada menos), y tiene un funcionamiento que garantiza el caos y el despiporre: es una cabina en la que alguien entra para sustituir por teletransportación a otra persona en unas coordenadas determinadas, que a su vez aparece en la máquina sin saber muy bien cómo ha sucedido. Por supuesto, los dos merluzos calvos de Ibáñez serán los responsables de ir intercambiándose con peligrosos criminales.
5. Lotus Sprit S1
Dónde aparece: La espía que me amó
Año: 1977
Aunque el venerable Aston Martin (y sus radáres, ametralladoras y asientos eyectables) es el coche-gadget por excelencia de James Bond, no hay que olvidar las virtudes de este deportivo británico. Equipado con carrocería antibalas y un tanque de cemento que ciega a los perseguidores, su auténtica utilidad llega al transformarse en submarino (deportivo, eso sí), equipado con tinta para confundir a los rivales, todo tipo de armamento acuático e incluso un misil mar-aire, porque quién no necesitaba uno en los setenta.
6. Gadgetocóptero
Dónde aparece: Inspector Gadget
Año: 1983-1986
Un dato que no sabes: en su versión original, al mítico Inspector Gadget que marcó a toda una generación de tardotreintañeros le ponía voz Don Adams, el mítico Superagente 86 que también anda por esta lista. El gadgetocóptero en realidad era solo uno más de la ingente cantidad de gadgets que el Inspector Ídem atesoraba en el interior de su sombrero. El nombre le viene al pelo, y cuidado con infravalorarlo: en aquella época los cyborgs no estaban tan de moda como ahora.
7. Falso cocodrilo
Dónde aparece: Octopussy
Año: 1983
Cuando las películas de James Bond eran más absurdas que nunca, los gadgets de 007 también lo eran, y Octopussy inflamó nuestra imaginación y nuestros corazones con este disfraz de cocodrilo, parabrisitas incluido, que Roger Moore emplea para llegar a una fiesta. Y el peluquín no se le mueve ni un milímetro.
8. Ghettoblaster
Dónde aparece: Alta Tensión
Año: 1987
Conforme los años fueron pasando, los gadgets de las películas de James Bond fueron siendo más y más conscientes de su potencial para la comedia, más que como genuinos inventos creíbles. En la primera película de Timothy Dalton como 007 (de nuevo no nos resistimos a mencionar el título hispanoamericano: Su nombre es peligro) aparece este gadget cuyo nombre original es un chiste intraducible acerca de su capacidad destructiva y su origen norteamericano, tal y como cuenta M. Un auténtico revienta-ghettos.
9. Chicle explosivo bicolor
Dónde aparece: Mission: Impossible
Año: 1996
Las películas inspiradas en la clásica serie televisiva de espionaje Mission: Impossible siempre han estado plagadas de gadgets de un nivel que dejan los laboratorios del M de James Bond convertidos en el taller de pretecnología de un parvulario. Aunque en la primera película se hicieron muy populares las sofisticadas caretas que imitaban cualquier rostro, nosotros nos quedamos con el chicle explosivo de dos colores: por separado, menta y fresa sin azúcar. Masticados en conjunto, pura dinamita.
10. Neuralizador
Dónde aparece: Men in Black
Año: 1997
De acuerdo, no son exactamente espías, pero qué demonios: una organización gubernamental que opera al margen de los canales oficiales y que cuenta con tecnología punta aún no al alcance del gran público nos vale como espías. El neuralizador es el famoso dispositivo reposicionador antisináptico neurotransmisor electro-biomecánico, es decir, el bastoncillo que borra la memoria de un flashazo. Ideal para eliminar todo rastro del paso de los Hombres de Negro tras una situación de crisis o para salir inadvertidamente de la boda de un primo al que no ves desde los ocho años.
11. Pontiac GTO
Dónde aparece: xXx
Año: 2002
xXx fue un curioso intento de llevar a James Bond a la generación de los dosmiles, aquella que podía considerar los deportes de riesgo, los tatuajes tribales y el tuning como algo intrínsecamente cool. El resultado se saldó de forma moderadamente positiva, con una de las películas más divertidas de Vin Diesel y la introducción en la memoria de los gadgetófilos del espectacular Pontiac GTO del protagonista, un auténtico tanque equipado con lanzacohetes, tapacubos explosivos, lanzallamas, paracaídas y asientos eyectables. Luego hicieron una secuela protagonizada por Ice Cube y se nos olvidaron todos estos portentos.
12. Paraguas multiusos
Dónde aparece: Kingsman: Servicio Secreto
Año: 2015
Como buena continuadora de la tradición Bond, Kingsman rebosa gadgets de todo tipo: desde una pluma con un veneno indetectable que se activa a discreción al plan último del villano, un gadget-traca que proporciona un momento excesivo y brillante que posiblemente te hará aplaudir muy fuerte y muy lento. Pero nuestro gadget favorito de la película es el paraguas que distingue a un auténtico gentleman: antibalas, con una pantalla interactiva que se controla por el mango y capaz de disparar proyectiles que van desde los explosivos a los útiles aturdidores. A ver cuando los fabrican, que esto en el metro viene fenomenal.
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