Carmen Escalona y Belén Martí Junco aglutinan desde 2009 los consejos de madres para madres que se pierden en la maraña de internet y de la memoria. El contenedor tiene forma de red social y se llama Charhadas. A este espacio acuden cada mes dos millones de usuarios en busca de la solución a los piojos, la tienda donde comprar leotardos aunque haya empezado la primavera o el mejor lugar para celebrar el cumpleaños de un bebé, entre otras muchas dudas que surgen con la maternidad. "Es una comunidad para mujeres, no para niños", especifica Escalona, y se organiza en foros, grupos y blogs autogestionados por algunas de las 200.000 personas registradas, una mayoría de mujeres.
Charhadas apareció en la red cuando el fenómeno de las madres contando sus buenas o malas experiencias de primerizas en formato blog comenzaba. Seis años después, creen que la clave para la que han sobrevivido al boom está en haber acompañado a las mujeres en la siguiente etapa de la maternidad: "Nos dimos cuenta de que había mucha información sobre el recién nacido, pero nadie hablaba del resto de la infancia hasta la adolescencia".
Dosificación de #medicamentos con #paracetamol. #fiebreniños #consejosbebes http://t.co/ICotIxXgBj pic.twitter.com/j7CfHQMFnf
— CharHadas (@CharHadas) abril 15, 2015
Algunas #madres sufren para q sus hijos coman #verduras. Prueba con estas croquetas de verdura http://t.co/kXwdPmD7Hq pic.twitter.com/96mJ2FjOyj
— CharHadas (@CharHadas) abril 11, 2015
La plataforma se financia con la inversión personal de las fundadoras, ingresos publicitarios, pequeñas cuotas que pagan emprendedores por aparecer en Charhadas y colaboraciones editoriales con medios como la revista Hola, el periódico ABC o Terra. "Cuando una marca se acerca a nosotras, nos encargamos personalmente de gestionar y realizar el contenido promocional ya sea con vídeos [tienen una pequeña productora y un canal en YouTube con más de 34.000 suscriptores] o con eventos", cuenta. A falta de otras inversiones privadas y públicas, expanden sus dominios a través de las redes sociales. "A veces la creatividad femenina se pierde en internet", opina Escalona. Para intentar contrarrestar lo que consideran una carencia, han creado una comunidad de casi 400.000 personas en Facebook, más de 10.000 seguidores en Twitter y más de 16.000 en Instagram, que también gestiona el equipo de 10 personas que ya compone Charhadas. Perfiles que se identifican con las mujeres por el tipo de imágenes que se comparten más propios de un canal de belleza o de gastronomía que infantil
Esta red social, que replica, con algunas diferencias, exitosos modelos estadounidenses como cafemom o workingmom -"allí las inversiones a proyectos emprendedores no bajan de los tres millones de dólares"-, participa el sábado en el congreso Puntomom de madres blogueras y mujeres emprendedoras que se organiza por segundo año consecutivo en Oviedo. "El encuentro está dedicado a analizar y debate este fenómeno emergente y cómo consiguen crear tendencia", explican desde la organización. La multiplicación de estos blogs parece demostrada, su futuro sigue siendo una incógnita. "Hay muchas madres que emprenden, crean microempresas y consiguen un pequeño salario", relata Escalona. "Aunque lo cierto es que solo una decena de blogueras son las que de verdad lideran este movimiento".
En el caso de Charhadas, al abrir el foco, conquistaron a un público mayor y pudieron diversificar los temas: decoración, manualidades, fiestas de cumpleaños, comuniones y demás efemérides, consejos de salud, educación, planes para viajar... Las ideas se comparten en foros, blogs o grupos, pero también en una sección con formato de revista. "Nos encargamos de la parte editorial, pero por el momento no hemos necesitado controlar los espacios de comunidad", asegura. "Las mujeres son capaces de autorregularse, si una hace un comentario que pudiera provocar tensión o polémica, otras le responden sin salirse de tono". Esta opción, aunque implique que el usuario tenga que registrarse, afianza al público al convertirse en un lugar de consulta habitual, no un sitio donde simplemente ir a leer.
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