Timocracia: el libro que denuncia 300 tomaduras de pelo a los consumidores

Rubén Sánchez, portavoz de la asociación de consumidores Facua, publica su libro online, gratis y por entregas

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Este miércoles se publica el primer capítulo de Timocracia, el nuevo libro de Rubén Sánchez, periodista y portavoz de la asociación de consumidores Facua. No hace falta que corráis a las librerías: de momento sólo estará disponible en la web Timocracia.com, donde se podrá descargar el libro gratis y por entregas.

Regreso al futuro

Este primer capítulo “tratará sobre los últimos 30 años en los sectores liberalizados”: la telefonía, la electricidad, la gasolina y el gas (tanto natural como butano). Se publica el 21 de octubre de 2015, el mismo día en el que Marty McFly viaja en el tiempo desde 1985, y por eso estará repleto de referencias a Regreso al futuro. También incluirá “una comparativa de precios” que deja de manifiesto “cuántos puntos han subido sobre el salario medio. Y es una barbaridad”. Por ejemplo, el gasóleo cuesta ahora más del triple.

Sánchez apunta que el texto hará un recorrido “en mayor profundidad del sector eléctrico”, sobre todo a partir del sistema tarifario que impusieron Aznar y Rato, que no se ha cambiado desde entonces y que “ha provocado una enorme cuota de pobreza energética, con muchas familias que no pueden pagar la factura de la luz”. Y nos da un ejemplo para comparar: con el sueldo de Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, se puede pagar la electricidad de 17.000 familias. Cobra 44.000 euros diarios.

Gratis y por entregas

Sánchez ya había publicado el año pasado Defiéndete de #101 fraudes, un libro sobre temas similares editado de forma tradicional. Pero aunque contó con “libertad completa en cuanto al contenido”, esta vez ha preferido publicarlo con Facua y online. No sólo para que sea gratis, sino también para ofrecerlo con licencia creative commons: cualquiera podrá reproducir sus textos, citando la fuente.

Además, la publicación por entregas “es una forma de provocar un impacto social sobre un tema en concreto”, tanto en medios como en redes sociales. De hecho, con el libro, Sánchez no sólo quiere aportar datos, sino también “reivindicar la necesidad de cambios y denunciar acciones y políticas”.

Aunque seguro que tratará 300 trampas (lo pone en la portada, vaya), el libro aún no tiene un número definido de capítulos. “Aún no está cerrado”, explica. De hecho, desde Verne le hemos llamado el martes por la mañana y nos ha comentado que está añadiendo los últimos retoques al texto que se publicará el miércoles. La razón es que quiere tener en cuenta “el hilo de la actualidad y alterar el contenido o añadir información”, como en el caso del fraude de Volkswagen, que se llevará, asegura, muchas páginas de alguna de las entregas del libro.

Tampoco hay fecha final prevista, pero sí sabe que al menos seguirá publicando “después de que España haya cambiado de gobierno”. De hecho, está esperando a que pasen las elecciones para tratar temas que podrían cambiar según los resultados.

La presión de las redes sociales

El libro incluirá referencias a películas, cómics y series, como la ya mencionada Regreso al futuro, además de “humor y dosis de ironía, que es la forma que tengo de expresarme, sobre todo en redes sociales”. Con el libro, Sánchez espera que lo pasemos mal “viendo cómo nos engañan y cómo estamos rodeados de timadores”, pero también que nos riamos y abramos los ojos, “al ver muchas conductas que pensamos que son admisibles y en realidad son denunciables”.

Los tres sectores que según Sánchez reciben más quejas de los usuarios son las telecomunicaciones, la energía y la banca. Es decir, “dos sectores liberalizados y la banca, que son los reyes del país”. Las denuncias de consumidores que recoge en su libro se narran con casos reales, conversaciones con teleoperadores y reclamaciones en redes sociales.

En su opinión, las redes sociales son “un arma de denuncia y de comunicación, y pueden ayudar a viralizar denuncias de consumidores y a destapar fraudes sin filtro”. Basta que un ciudadano se queje “para lograr difusión, si sabe comunicar su mensaje”.

Las reclamaciones más habituales incluyen clásicos como “intentar cobrar deudas que no existen, el spam telefónico, no cumplir con las condiciones de una oferta o intentar darse de baja y encontrarse con una amenaza de penalización de la que no se había informado”.

Sánchez explica que gracias a las redes, los consumidores también hacen llegar a la propia Facua información nueva, como en el caso “de las subidas de tarifas de telecomunicación que se han dado justo después de que Movistar y Vodafone compraran otras empresas pequeñas del sector y formaran lo que ya es cada vez más un oligopolio”. La asociación cuenta con 174.000 seguidores en Twitter (y Rubén Sánchez, con casi 80.000).

Siempre en público

Sánchez apunta que muchas veces las empresas no saben tratar de forma correcta las quejas de los consumidores, llegando a amenazar o insultar al consumidor. Y nos recomienda que tratemos los asuntos en público, sin ceder a la clásica petición de hablar del asunto por mensaje directo o correo electrónico, ya que en ocasiones, esto es una excusa para olvidarse de nuestra petición.

“Hay que seguir insistiendo hasta provocar una crisis de reputación” y que nos solucionen el problema “aunque sólo sea para que nos callemos”, asegura. Por si alguien no le sigue en Twitter, hay que apuntar que Sánchez es muy combativo en esta red (sin renunciar al humor), en la que ha ayudado a promover campañas como #McBlock, después de que un usuario se quejara porque su hamburguesa no se parecía a la del anuncio. También hay empresas que ofrecen “un buen servicio al cliente -aclara-. No es una utopía. Pero generalmente son empresas pequeñas”.

La timocracia

Para Sánchez, la timocracia del título resume perfectamente cómo actúan las grandes compañías. “Las macroempresas a menudo se ponen de acuerdo para cometer los fraudes. Lo hemos visto por ejemplo con las dobles comisiones que pretendían cobrar los bancos en los cajeros. Los bancos estaban esperando esa oportunidad”. En su opinión, ninguna gran empresa “intenta ser diferente ofreciendo un mejor trato al cliente. Consideran que nos tenemos que aguantar".

A esto hay que añadir que “los gobiernos no actúan” y “no dan importancia a los fraudes”, ya sea porque comparten intereses o, simplemente, “porque se venden con las famosas puertas giratorias”. Y recuerda cómo muchos de los políticos que han liberalizado los grandes sectores económicos han acabado de consejeros de estas empresas.

Las compañías se sienten impunes en este contexto, como recuerda al hablar de Volkswagen: la empresa no cumplió los límites de contaminación durante años, cosa “que no controló ningún gobierno”. Volkswagen no temía que llegara un pequeño estudio "y destapara el fraude”.

Sánchez pone otro ejemplo, en este caso español. Facua ha llevado a los tribunales a las compañías eléctricas por cobrar el alquiler de sus contadores un 50% más caros, “como si hicieran la lectura online, aunque mayoritariamente aún no la están gestionando de este modo”. La única administración que respondió positivamente fue la Junta de Andalucía, que después de un recurso, abrió expediente de sanción a Endesa.

“La Junta -lamenta Sánchez- en seguida se puso en contacto con la prensa para advertir que esto no significaba que se fuera a multar a la empresa. Es decir, en lugar de decir que está investigando y velando por los intereses de los ciudadanos, prefiere defender a la compañía”.

En su opinión, la solución pasa por “la autoorganización”. Y pone el ejemplo de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, impulsada en su día por Ada Colau, alcaldesa de Barcelona: “Han sido ellos, saliendo a la calle y parando desahucios, los que han provocado el debate social y las reacciones de los ciudadanos”, además de haber sido quienes han llevado el tema a las portadas de los periódicos. “A esto nos tenemos que dedicar -insiste Sánchez-, a la movilización social”.

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