A menudo encontramos titulares sobre la mala competencia matemática de los escolares que nos sorprenden y nos rasgamos las vestiduras, pero ¿y la nuestra? No digo la capacidad de utilizar una calculadora -aunque sea la del móvil- para hacer una operación. Me refiero a la de resolver las situaciones problemáticas más allá de aplicar la suma o la división. Las matemáticas no consisten solo en aplicar operaciones: aunque en la escuela le dediquemos casi todo el tiempo al cálculo, las matemáticas se basan en pensar.
Lo más bonito que me han dicho nunca en clase fue cuando un alumno de secundaria para adultos comentó con su compañero: “Aquí es que hacemos las matemáticas pensando”.
Os traigo este examen de matemáticas de pensar, a ver qué tal se os da. Muchos de los problemas ya han aparecido por mi blog, en la sección de problemas que planteo a los niños. De hecho, en alguno -como el del tren- fueron los niños los que me enseñaron lo interesante de su solución (¿o debería decir soluciones?)
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