¿Será la banda sonora de 'Trainspotting 2' tan icónica como su antecesora?

Del dance de 'Born Slippy' (Underworld) a los ritmos oscuros de 'Silk' (Wolf Alice)

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La semana pasada se dio a conocer el tráiler de la secuela de Trainspotting, una película de culto que cumple ahora 20 años. Con el paso del tiempo, su banda sonora se ha convertido en igual de icónica, con el tema Born Slippy de Underworld a la cabeza. Silk, de los londinenses Wolf Alice, toma el testigo como canción bandera de esta segunda parte de la historia. Nos preguntamos si esta nueva propuesta musical causará la misma impresión en el público como lo hizo su antecesora.

La intensa relación entre música y cine que puede apreciarse en Trainspotting (1996) es especialmente celebrada entre los seguidores de la cinta y también entre la crítica. Esta banda sonora, que conforman artistas como Blur, Iggy Pop, Pulp y Underworld, se considera una de las mejores de la historia por revistas como Rolling Stone y TIME

El disco de Trainspotting : un monólogo en forma de canciones

Pocos directores del cine actual son tan musicales como Danny Boyle. Lo fue al narrar las desventuras de Leonardo DiCaprio en La Playa (2000) acompañándolas de la conocida Porcelain de Moby. También cuando contó con el más destacado compositor de Bollywood, A. R. Ahman, para hacer más auténtica la historia de Slumdog Millionaire (2008).

Años antes, se enfrentó al reto de traducir en imágenes la novela Trainspotting, de Irvine Welsh. Se trata de un sórdido relato sobre nihilismo y adicciones en la Escocia de finales de los 80, tras varios años de gobierno de la conservadora Margaret Thatcher. Sus personajes, enganchados a la heroína, rechazan pertenecer a una sociedad que no les estimula. El director británico se apoyó en las melodías casi tanto como en su audacia visual para mostrar en pantalla lo que su compatriota había descrito en palabras.

Al trasladar la historia a mediados de los 90, Danny Boyle necesitaba actualidad sonora. Recurrió entonces a las recién llegadas estrellas del britpop (Elastica, Blur, Pulp) y a los maestros a los que imitaban (Lou Reed, New Order, Iggy Pop).

El tema más recordado de la banda sonora es el Born slippy de Underworld, que era en ese momento un himno de la cultura de club. La canción ayudó a Boyle a definir en apenas unos minutos la realidad que a la generación que comparten espectadores y personajes de ficción les había tocado vivir.

Para Danny Boyle era muy importante contar con el tema de Underworld. En un principio, ellos declinaron la oferta del director, hartos de que se asociara la música dance con la violencia, como explicaron en su momento en la revista Q Magazine.

El cineasta insistió y, cuando les mostró 15 minutos de lo que había rodado, logró que cambiaran de opinión. Tanto impactó lo que habían visto que dieron carta blanca para que el británico hiciera lo que quisiera con su canción. Juntos iniciaron una serie de colaboraciones que se mantiene en la actualidad.

Pero no solo esta canción fue responsable del éxito del disco. La inmediatez de Iggy Pop para acompañar ese monólogo inicial que pronuncia Ewan McGregor -Renton en la película- y la melodía de Brian Eno en la surrealista escena del retrete también forman parte de la memoria colectiva.

Otro ejemplo de esta simbiosis es el Perfect Day de Lou Reed, que suena mientras el protagonista sufre una sobredosis. Aunque siempre se ha relacionado a la canción con la droga, el músico nunca admitió que esa fuera su inspiración. La composición describe en realidad una historia de amor intensa, urbana y sin dobleces, como la que vive Renton con la heroína.

Recopiladas en un mismo disco, este conjunto de canciones se convirtió por tanto en un álbum-concepto muy apreciado por aquellos que en ese momento no podían crear listas de Spotify: era un monólogo en forma de canciones.

Contextos diferentes

Poco se sabe de la banda sonora de Trainspotting 2, salvo que Silk, la canción de Wolf Alice, estará en ella. El batería del grupo, Joel Amey, opinó la semana pasada en NME sobre cómo puede sonar este nuevo recopilatorio de canciones. "Han cambiado mucho las cosas desde el primer disco. Incluso la cultura de club, tan importante entonces, ahora no existe. ¿A qué sitios vas si el Gobierno los está cerrando todos? La música en directo y las sesiones de DJ tienen una entidad muy diferente ahora", dijo.

La banda Wolf Alice. Doug Peters/EMPICS

El escritor Irvine Welsh está muy involucrado con el proceso de traslación de su novela al cine. "Nos están llegando muchas propuestas musicales para acompañar a la película. Ahora mismo estamos ordenando ideas. A veces son grandes canciones, pero no encajan en el conjunto. Quien sí espero que pueda entrar en la banda sonora es el grupo Young Fathers, porque han creado su propio género. Suenan a Edimburgo", comentó el pasado mes de septiembre al medio especializado Gigwise.

En principio, parece difícil que Wolf Alice repitan la gesta de Underworld y su canción se convierta en un himno generacional, porque el contexto social y cultural en el que llega es muy distinto.

No solo el britpop colocó a Reino Unido como primera potencia mundial en cuestiones musicales durante los años 90. La electrónica heredera del fenómeno Madchester, que lideraron unos años antes Happy Mondays y New Order, también lo hizo. El boom pop de Spice Girls y grupos similares remató la jugada: lo británico era sinónimo de moderno y divertido. Todo ello se concretó bajo el paraguas de la llamada Cool Britannia. En la actualidad, esa etiqueta se ha diluido. Más todavía en los tiempos del Brexit. Ni los londinenses Wolf Alice ni el resto de bandas que vayan a aparecer en la banda sonora de Trainspotting 2 forman parte de un movimiento cultural pionero, como sí ocurría en aquel momento.

Born Slippy. NUXX, como se llama en realidad el clásico de Underworld, no era un tema inédito, pero no había estado expuesto al público masivo. Apareció como cara B del tema original, entre muchos otros remixes. Solo era una canción de culto en las discotecas, no en las radiofórmulas. Al aparecer en cine y televisión con motivo del estreno de la película, dio el salto al mainstream.

En cambio, el tema de Wolf Alice que abandera esta secuela se publicó en verano de 2015 dentro del álbum de la banda titulado My love is cool. Todos los medios de comunicación han reseñado este disco y lleva meses disponible en Internet, sin que la canción haya generado una gran repercusión.

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