El Valle de los Caídos es un monumento polémico porque las tumbas de Franco y de José Antonio Primo de Rivera ocupan un lugar de privilegio junto al altar de la basílica y porque muchos muertos republicanos fueron enterrados ahí contra la voluntad de sus familias. Y porque miles de presos republicanos fueron empleados en su construcción y porque hay unas exhumaciones pendientes que no terminan de concretarse. Y porque a menudo se celebran misas que claman contra el matrimonio homosexual. Pero, ¿son conscientes de todo esto los turistas extranjeros que visitan el Valle?
Para conocer su opinión sobre el Valle -y sobre el franquismo- no hay mejor fórmula que preguntar a los guías turísticos que se ocupan de enseñarles el complejo. Lo primero que aclaran es que la visita al Valle se ofrece como complemento a la visita a El Escorial. Es decir, ninguna de las empresas turísticas consultadas ofrece visitas organizadas exclusivamente para visitar el Valle.
Isabel Hernández, una guía que colabora con la empresa Madrid & You, nos cuenta que, por lo general, los turistas desconocen los detalles concretos sobre el Valle antes de su visita. "Eso sí, generalmente tienen la imagen de que el Franquismo fue una dictadura militar, y creen que no fue buena para España", nos dice. Por supuesto, siempre hay excepciones, como el turista estadounidense que le explicó que Franco fue bueno para España, porque de lo contrario habría llegado al poder alguien como el dictador rumano Nicolae Ceaucescu. "Pero este tipo de opiniones son muy escasas", puntualiza Hernández.
Los guías turísticos coinciden en que la reacción y la actitud de los extranjeros varían según su nacionalidad. Isabel Hernández explica, por ejemplo, que las visitas más delicadas para ella son las que incluyen a turistas franceses, porque entre ellos es probable que haya algún descendiente de exiliados republicanos. "En una ocasión, a una señora francesa se le saltaron las lágrimas en mitad del Valle al acordarse de sus antepasados republicanos. Por eso procuramos ser especialmente cuidadosos con las explicaciones en estos casos".
Sobre las diferencias entre nacionalidades, a Moisés Pérez, guía que también colabora con la empresa Madrid & You, le llama la atención que los turistas estadounidenses suelen interesarse mucho más por los detalles bélicos de la Guerra Civil. "Suelen hacerme más preguntas sobre la duración del conflicto, el número de víctimas, etcétera". De hecho, cuando visitan el Palacio Real de Madrid, nos cuenta, son los únicos que piden visitar la armería.
Pérez comparte la opinión de Hernández y nos explica que los visitantes extranjeros no suelen tener conocimientos previos sobre el Valle de los Caídos, por lo que suelen escuchar las explicaciones sin opiniones preconcebidas. "No ocurre lo mismo en las visitas que incluyen a turistas españoles, porque algunos se niegan a visitarlo. Eso sí, cuando alguien se niega, suele hacerlo de forma educada y respetuosa, sin que se organicen grandes polémicas sobre si el franquismo fue mejor o peor", explica Pérez.
Alfonso Santos, guía en la empresa De madrid al cielo, también nos dice que los turistas no suelen compartir sus opiniones durante las visitas. "Se fijan mucho en la magnitud del monumento: que la basílica se haya excavado en la montaña, que la cruz sea tan alta, que las vistas desde el valle de Cuelgamuros sean tan espectaculares... Pero lo cierto es que no suelen opinar mucho sobre política", nos dice.
Para Santos, su visita más extraña se produjo un sábado. Al entrar en la basílica se encontró con que se celebraba una boda. Durante las ceremonias religiosas no está permitido visitar el crucero, que es donde se encuentran las tumbas de Franco y Primo de Rivera. Se lo explicó a su grupo de turistas y todos abandonaron la basílica. "Lo extraño no era que se celebrase allí una boda, porque las hay a menudo. Lo llamativo es que, según me explicaron ese día los encargados de seguridad del edificio, se estaba casando una descendiente de José Antonio Primo de Rivera, justo sobre la tumba de su antepasado", nos cuenta.
Después de haber realizado la visita, Hernández jamás ha escuchado decir a un turista extranjero que el Valle de los Caídos sea el monumento más hermoso que ha visitado nunca. Sin embargo, por lo general, la mayoría coincide en que la visita ha merecido la pena, por el entorno y porque permite conocer un poco mejor la historia de España.
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