En Verne pasamos mucho tiempo navegando por las redes sociales. En ellas, encontramos a menudo historias relacionadas con la donación de médula: hemos seguido la historia de Pablo Ráez, que lleva desde 2015 luchando contra leucemia y que intenta alcanzar el millón de donantes en España con su #retounmillón. También contamos en primera persona la historia de Juan Antonio Martín, que explica que donar médula es de lo que más orgulloso se ha sentido en la vida. Nosotros también queríamos sentirnos orgullosos: el 10 de enero acudimos a apuntarnos en el registro de donantes.
"Para ti es un pinchazo y para ellos la vida", contaba el usuario de Facebook Daniel Vélez en un post en el que buscaba donantes para su novia, Estíbaliz. Es cierto: para registrarse es necesario solo un pinchazo, aunque antes hay que dedicar un rato a informarse en la página de la Fundación Josep Carreras.
Esta asociación es la fundadora de REDMO, el Registro de Donantes de Médula Ósea, y en ella se encuentra toda la información necesaria para donar: lo que tienes que saber antes de pedir cita, dónde están los centros más cercanos, las respuestas a las preguntas más frecuentes...
Después, en el centro, el proceso es rápido y sencillo. Tanto, que nosotros lo contamos en Instagram Stories mientras lo hacíamos. Puedes ver cómo nos fue a nosotros dando play en el vídeo de arriba.
¿Y qué ocurre después?
La probabilidad de que algún día aparezca un paciente compatible con el donante es baja, tal y como reconoce la Fundación Josep Carreras en su Guía del Donante de Médula Ósea. En caso de que aparezca, se realiza una nueva extracción de sangre para confirmar que paciente y donante son disponibles.
En caso de serlo, existen dos métodos de extracción: de sangre periférica (el más común, con extracciones de sangre) y de médula ósea. Esta no tiene nada que ver con la médula espinal: es un tejido que se encuentra en el interior de los huesos. La extracción necesaria para la donación se realiza mediante punciones en las crestas ilíacas, en la parte superior de la pelvis. Este proceso es algo más complejo, se realiza con anestesia y con un ingreso hospitalario de 24 horas. Juan Antonio Marín, el donante que contó en Verne su experiencia, se sometió a este procedimiento, y tampoco fue para tanto. Lo cuenta aquí.
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