Perfecta iluminación, posición cómoda, móvil en silencio o apagado, temperatura ideal. Es hora de sentarte ante los apuntes. Nada puede desconcentrarte ahora, salvo esa mosca que se frota las manos. "¿Y por qué hace eso? Tendrá restos de comida. ¿Y se habrán acabado las napolitanas de chocolate?", piensas.
Tras un merecido aperitivo, vuelves a tu santuario de estudio. Son las 20:37. Tienes toda una noche por delante. Vas sobrado. "Venga un poco de Instagram y a las nueve en punto me pongo a tope". Cumples con el propósito casi a las 22.00 y, en la media hora que tienes antes de cenar, las ideas de Platón comienzan a entrar en tu cabeza como si estuvieras conversando con él.
"GOOOOOOOL". El grito viene del salón.
Evidentemente, no puedes seguir estudiando en casa con tanto ruido. Mejor que te vayas al día siguiente a la biblioteca, porque nadie entiende lo importantes que son tus exámenes.
Allí encuentras un sitio libre, te sientas, sacas los apuntes y no, no estudias a la primera. Hay personas que le van a dar una paliza a tu concentración.
1. Quienes dejan cosas para reservar un sitio y no se van a sentar en todo el día
Te ha costado encontrar dónde sentarte, pero la biblioteca está medio vacía. Se debe a la antigua costumbre de reservar sitio dejando cosas en la mesa. Los más dignos ponen la mochila o una carpeta grande. Otros reservan con unos pocos folios o incluso con un par de bolígrafos. Tienes derecho a odiarles.
2. Quienes van en busca del silencio y se pone auriculares con a música altísima
Escucha la música con cascos, pero tú puedes oír perfectamente la canción que está escuchando. Dudas entre pedirle que baje el volumen o recomendarle tus listas de Spotify. Al menos no compartís gustos musicales, así que crees que eso te permitirá no prestarle más atención. Cinco minutos después sigues sin estudiar porque estás tarareando Despacito mientras miras hipnotizado un dibujo de Platón.
3. Quienes llevan tacones, suelas de ruido machacón o deportivas nuevas
Pom, pom, pom, pom, pom. Ñic, ñic, ñic. Tap, tap, tap. Esas bombas sónicas son cortas pero intensas. Para cuando te recompongas, aparecerá alguien con más munición.
4. Quienes desconocen que se puede poner el móvil en silencio
Esto no solo va por los que no ponen en silencio el tono de llamada, sino por los del modo vibración que hacen que tiemblen los apuntes de todos los que se han sentado a su alrededor, y por los que, en 2017, siguen sin desactivar el sonido de las teclas al escribir. Taladrear con mensajes es muy año 2000.
5. Quien te mira fijamente
Después de quince minutos de breve pero intenso estudio (¡has dado la vuelta al folio y todo!), levantas la mirada de los apuntes. La tuya es una mirada de concentración, buscando el infinito. Pero te cruzas con la de alguien que te mira directamente a ti. "Pues igual le gusto. Luego me acerco y le digo algo. Si se levanta le dejo mi teléfono entre los apuntes. O no. Solo si sigue mirando en los próximos minutos". Y, con ello, otra hora perdida. Aprovecha para ir al baño ahora que estás desconcentrado.
6. El amigo que te pilla en el peor momento
Te cae bien, pero ahora que habías recuperado la concentración tras el flechazo no era el mejor momento para que apareciera. Te obliga a salir para hacer un descansito, aunque acaba de llegar.
7. Quienes estudian más concentrados que tú
Una forma clásica de desconcentrarte es mirar a los que están más concentrados que tú. Esto no se pega, por mucho que mires. Cuando vuelves de tercer descansito ves a la persona de al lado que sigue horas después sin levantar la vista del libro. "¿Cómo puede estudiar tanto? ¿Cómo me voy a enfrentar a gente como esta en la selectividad? Qué pereza, de verdad", piensas.
8. Quienes hacen esquemas que te hipnotizan
¿Cómo vas a estudiar con tu letra si hay gente al lado garabateando obras de arte o con apuntes que se llevan la poca atención que te queda?
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9. Tú
Todos los elementos que te estaban fastidiando la concentración parecen dejarte en paz. Ahora sí que sí, vas a entender de una vez por todas el mito de la caverna. Entonces se posa una mosca en tus apuntes. "Te imaginas que es la misma que la de mi cuarto. Igual me ha seguido. ¿Si salgo a hacer un descanso se vendrá conmigo?".
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