“La gente de la península de Yucatán nace, crece, se reproduce y muere en una hamaca”, asegura el doctor Roberto Campos Navarro, un médico cirujano con estudios de posgrado en Antropología Social. Fue él quien puso en marcha, hace más de 20 años, un proyecto de hamacas hospitalarias que ahora se ha retomado en Campeche. La delegación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en ese Estado anunció el 22 de junio que reanudaba esta “práctica de antropología médica” en el hospital rural de Hecelchakán, una comunidad a 72 kilómetros de la capital campechana.
La clínica cuenta con 30 camas de hospital, a las que se añadieron cuatro hamacas color verde elaboradas por artesanos de la zona. “El éxito de este programa, probado tiempo atrás, es parte de la adaptación sociocultural maya, [a los] usos y costumbres que identifican a los habitantes de la región”, se lee en la publicación de Facebook que ha sido compartida más de 5.700 veces en cinco días. Las mujeres que ocupan las hamacas en las fotografías son pacientes que acaban de dar a luz.
Ellas eligieron abandonar la cama hospitalaria cuando se les ofreció la alternativa que les es más familiar, explica a Verne el Delegado Estatal del IMSS en Campeche, Rafael Rodríguez Cabrera. El médico también es originario de ese Estado, en el sureste de México, y cuenta que toda su infancia usó una hamaca para descansar por las noches. “Vivimos en una tierra calurosa”, argumenta Rodríguez Cabrera en favor de esta cama suspendida hecha de hilos de algodón, tan popular en las regiones tropicales.
Muchas personas de esa comunidad -en su mayoría indígenas de la etnia maya- “no toleran la cama porque no están acostumbrados a ella”, dice el médico, quien defiende este programa intercultural por buscar que el espacio hospitalario sea lo más cercano posible a la casa. “Estar en un hospital ya tiene bastantes puntos en contra: la alimentación, el ambiente, el olor... y encima la cama, para los que nunca se acuestan ahí”, comenta Rodríguez Cabrera.
Él siguió los pasos del médico y antropólogo Roberto Campos Navarro, que en 1995 implementó las hamacas hospitalarias en la misma clínica. Pero antes de hacerlo, el también profesor de la Facultad de Medicina de la UNAM llevó a cabo una investigación académica, cuyos resultados se publicaron en un artículo de la Revista Médica del IMSS. En ese entonces, “100% de las pacientes que utilizaron las hamacas estuvieron de acuerdo con la innovación y 96% manifestó mayor comodidad”, se lee en el mismo.
En entrevista con Verne, Campos Navarro aclara que la hamaca solo se puede utilizar en ciertos casos médicos. Su uso no es adecuado para los pacientes que sufren “operaciones grandes, quemaduras de tercer grado o problemas traumatológicos”, explica. Tampoco para los pacientes en coma y, en general, nada que tenga que ver con una situación de emergencia: “son para dar comodidad y para el restablecimiento de la salud”, explica.
En su primera fase, las hamacas hospitalarias se mantuvieron en el hospital de Campeche durante más de diez años. Luego se eliminaron a raíz de un cambio en la administración pública, pero ahora se retoman. De acuerdo con el actual delgado del IMSS en el Estado, habrá un periodo para evaluar la recepción de la iniciativa antes de tomar el siguiente paso.
Un invento de El Caribe
Las hamacas tienen su origen en los pueblos indígenas arahuacos, que se encontraban asentados en las Antillas y El Caribe cuando los españoles conquistaron América. La cama colgante se extendió más tarde por Europa y por el resto de las colonias, incluyendo lo que hoy es México.
El doctor Roberto Campos Navarro también es autor de una investigación histórica y etnográfica de la hamaca, donde comparte una descripción antigua de la misma hecha por el cronista Gonzalo Fernández de Oviedo:
"..bien es que se diga qué camas tienen los indios en esta isla Española, a la cual llaman hamaca; y es de aquesta manera: una manta tejida en parte, y en partes abierta, a escaques cruzados, hecha red (porque sea más fresca) Y es de algodón hilado de mano de las indias [...] son buenas camas e limpias, e como la tierra es templada, no hay necesidad de ropa encima".
La mayoría de los expertos en el mundo maya señalan que las hamacas fueron introducidas por los conquistadores españoles en la península de Yucatán. En la actualidad, todavía son usadas para dormir en esta región, igual que en las costas de Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Veracruz.
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