Estoy sentada encima de un cojín en mitad de una sala espaciosa, junto con una pareja, una chica soltera y un hombre divorciado. Enfrente tengo a Anahí Canela, educadora sexual para adultos, quien imparte la masterclass sobre Punto G y Squirt (eyaculación femenina). Empezamos a hablar sobre anatomía femenina y, tras un breve descanso para retomar energías, damos paso a la parte práctica del curso. Anahí Canela se quita las bragas y nos hace una demostración de lo que es la eyaculación femenina. Nos quedamos mudos. Y el interés incrementa. Uno a uno, nos ponemos unos guantes de látex y un poco de lubricante e introducimos nuestros dedos en el interior de la vagina de la profesora, que nos guía hasta que, finalmente, encontramos su punto G. Tras ese descubrimiento, aprendemos un par de técnicas para estimularlo y lograr así el tan conocido squirt. Más tarde es el turno de las féminas, quienes tenemos que intentar encontrarnos a nosotras mismas el punto G. En mi caso, sin éxito. Hasta que Anahí Canela se pone unos guantes de látex e introduce dos dedos en mi vagina. Un simple movimiento y… “joder”. Es lo único que pude pronunciar. Eso sí, no sin antes plantearme cómo era posible que supiera tan poco sobre mis genitales y mi sexualidad.
Anahí Canela ofrece una gran variedad de cursos donde trata temas como las felaciones o el sexo anal. Y, casi siempre, mediante cursos prácticos como al que asistí. “En mi caso, toco un ámbito muy físico y muy práctico, y me he encontrado con personas bloqueadas que no se aceptan a sí mismas, ni su identidad, deseos o placer”, dice. Ella rompe con todos los esquemas clásicos al dividir sus clases en una parte teórica y otra práctica.
Los cursos son presenciales, tienen una duración de entre 4 y 8 horas y están enfocados a todo tipo de personas, independientemente de su orientación, identidad sexual, edad o estado civil. Rondan los 40-80€ y tratan temáticas tan interesantes como la masturbación femenina y el sexo oral o, el más demandado, el punto G y el squirt. “Las mujeres demandan temáticas como la felación o la masturbación masculina mientras que los hombres prefieren hablar sobre punto G y squirt”, dice Canela. “Aunque lo que me sigue sorprendiendo a día de hoy, es que tanto hombres como mujeres, no saben dónde está el placer en la vagina. No tienen ni idea sobre dónde se puede tocar o cómo se tiene que hacer”, afirma Canela.
En los colegios de Primaria se imparte algo de anatomía sexual. En Secundaria, diferentes ONGs como Cruz Roja desarrollan en algunos centros cursos sobre prevención de embarazos no deseados y ETS, que se pueden resumir en "cómo poner un preservativo a un plátano". Ahí acaba la educación sexual de muchas personas. La sexóloga y terapeuta de parejas María Esclapez, autora del blog Diario de una sexóloga, señala que "la sexualidad está envuelta en mitos, estigmatismos o creencias preconcebidas” y habla de "auge" en cursos para aprender a disfrutar de la sexualidad.
Ese auge que se percibe desde el sector se refleja en proyectos como Sex Academy, la primera academia de sexualidad en España, fundada en 2012 por Laila Pilgren, su gestora de proyectos y actual directora. “En nuestro país lo poco que se educa sobre sexualidad se hace envuelto en un aura de miedo. Por eso llega un momento en la vida de los adultos en el que se dan cuenta de que su sexualidad se ha visto limitada y muchas veces se ha quedado estancada, por falta de información y formalismos sociales”, opina Mireia Manjón, sexóloga y directora adjunta de Sex Academy.
Educación sexual con porno
La pornografía también puede ser otro medio para enseñar técnicas de forma explícita. En España hay proyectos como la web Pornoeducativo, un portal donde se explican, de forma explícita y a través de vídeos, diferentes prácticas sexuales. Nació hace dos años y, desde entonces, afirman que han tenido más de 20.000 usuarios registrados. El equipo está formado por un grupo de sexólogos y psicólogos encargados de guiar el contenido pedagógico y educativo de este portal. Y, por otro lado, encontramos los teachers, aquellas personas que se graban delante de su cámara y ponen en práctica todas las técnicas descritas. Sin olvidarnos de los técnicos de imagen y sonido y de su director de Comunicación, Adrián Pérez, encargado de dirigir, organizar y estructurar todo el proyecto.
Sus contenidos son muy diversos y engloban desde masturbaciones hasta sexo anal, abarcando a todos los colectivos, incluidas las personas con diversidad funcional. Su tutorial más visto trata sobre la eyaculación precoz, una guía paso a paso para tratarla. Este contenido y los relacionados con el sexo anal son los más demandados entre hombres, mientras que sus usuarias mujeres han consultado principalmente vídeos sobre vaginismo y anorgasmia.
El equipo se sigue sorprendiendo cuando realizan las encuestas a pie de calle y la gente no sabe qué es una felación o un cunnilingus. Les asombra, por ejemplo, que la gente no conozca la forma técnica (felación) para nombrar a la práctica. "Esto nos da qué pensar: la educación sexual tiene que normalizarse, y para ello hace falta enseñarlo todo de una vez. Revolucionar la educación sexual tal y como la conocemos hasta el momento”, opina Pérez.
Pero, ¿de qué modo se podría cambiar la educación sexual actual? “Hasta el momento, la educación sexual se ha desarrollado en forma de dibujos animados, textos, frutas u hortalizas donde se utilizan preservativos y cosas por el estilo. Nosotros preferimos enseñarlo todo, tal y como es. Enseñar un pene si hablamos de penes, o una vagina si hablamos de vaginas. El porno también puede ser educativo, siempre que haya un equipo de profesionales detrás que mantenga los contenidos en el ámbito didáctico”, comenta.
Ponte a prueba en este test de conocimientos (teóricos) sobre sexualidad, que proponen en la web de Pornoeducativo.
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