Un grupo de refugiados construye maquetas de los hogares que dejaron atrás

El proyecto 'Casa Mia' es finalista del premio Beazley de diseño

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Una de las reconstrucciones en miniatura que forman parte del proyecto 'Casa Mia' © Fred Moeseley
Una de las reconstrucciones en miniatura que forman parte del proyecto 'Casa Mia' © Fred Moeseley

Osama, de 29 años, construyó la reproducción en miniatura que puede verse en la imagen superior. Es una mezquita que se encuentra en el que era su barrio en Damasco (Siria). Pasaba cerca de ella casi a diario. Aunque es ateo, sintió la pérdida del que considera un bien cultural de su ciudad cuando quedó destruida por la guerra que le hizo huir de su país. Llegó a Berlín en 2013 y en la actualidad se prepara para cursar un máster de arquitectura.

Durante unas semanas en verano de 2017, Osama fue uno de los refugiados que participaron en los talleres que Schelische 27 (S27), una asociación de jóvenes artistas y arquitectos, impartió en ocho barrios de Berlín.

"Invitamos a un grupo de refugiados entre 17 y 29 años a que construyeran una ciudad en miniatura. Se trata de una franja de edad de jóvenes que no tienen por qué estar escolarizados, así que decidimos buscar una actividad que los mantuviera ocupados mientras encontraban salidas a su nueva situación. Les pedimos que recurrieran a sus recuerdos y sus deseos para crear los edificios", cuenta a Verne Matze Göring, responsable del proyecto Casa Mia. La mayoría de ellos eligieron reconstruir a pequeña escala los hogares que dejaron atrás.

Otros recrearon edificios que había en sus barrios, como Osama, y algunos decidieron imaginar casas inventadas. Los artistas y arquitectos invitados que ayudaban a los refugiados a crear sus piezas montaron un almacén con materiales donados o encontrados en la calle. "Para los participantes era como un supermercado donde podían encontrar todo lo que necesitaban", explica Göring por teléfono.

Un joven refugiado trabajando junto uno de los arquitectos que impartieron los talleres de 'Casa Mia' ©Fred Moeseley | S27

Son 150 jóvenes procedentes de países como Egipto, Líbano, Pakistán o Ucrania. Juntos han creado una minúscula ciudad ficticia llamada Weltstadt (Metrópolis), que se ha convertido en una exposición itinerante por distintos puntos de Alemania. "Es un lugar creado a partir de los recuerdos de su hogar perdido, sus experiencias durante su viaje a Europa occidental y las incógnitas sobre su futuro", describe el responsable de Casa Mia.

El proyecto es uno de los candidatos al Beazley Design of the Year que otorga el Museo de Diseño de Londres y que expone en su sede hasta el 28 de enero de 2018. En la capital británica se muestra una de las casas de esta ciudad, junto al resto de finalistas. En la edición anterior, el galardón fue a parar a un vídeo de la artista española Yolanda Domínguez, en el que niños describen imágenes publicitarias.

"A medida que iban trabajando en su pequeño edificio, algunos de los refugiados se iban abriendo y contando su historia personal. Así que decidimos grabar algunas entrevistas en las que relatan sus vivencias. Esas grabaciones ahora forman parte de la exposición", comenta el alemán. De esta forma, S27 busca "abrir los ojos de aquellas personas que se sienten incómodas al hablar del conflicto que viven los refugiados".

A pesar del tiempo que ha pasado, Göring sigue escuchando a gente sorprenderse porque algunos refugiados llegaran a Europa con un smartphone en la mano. "Con Casa Mia queremos recordar que no hay un estereotipo de refugiado. Son personas con infinidad de orígenes. Unos son médicos y otros agricultores, pero en ningún caso vienen a robar nuestro dinero. Solo quieren vivir en un lugar seguro, algo que no encontraban en su lugar de origen", defiende.

Así era la casa de Ahmad en Afganistán ©Fred Moeseley | S27

Este edificio de tres plantas nos recuerda que los refugiados no solo han dejado pobreza tras de sí. Era la casa a las afueras de Kabul (Afganistán) donde vivía Ahmad, de 23 años, con su familia. Construyó la réplica compartiendo recuerdos con su padre a través del teléfono y de Skype. "Tenían apasionadas discusiones sobre dónde debería colocarse cada pilar", recuerda Göring. Ahmad se está preparando para convertirse en mecánico.

Una de las construcciones que componen la ciudad en miniatura Weltstadt ©Fred Moeseley | S27

Materiales donados y recogidos en la calle sirvieron para crear estas casas ©Fred Moeseley | S27

150 refugiades de 20 países del mundo participaron en el proyecto ©Fred Moeseley | S27

Fábrica destruida ©Fred Moeseley | S27

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