Del yacimiento a Wallapop: así funciona el menudeo ilegal de bienes arqueológicos

Ya no hacen falta intermediarios ni vendedores para que un expoliador coloque su mercancía

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Lote de diez sestercios a la venta en Wallapop. El usuario vendía el paquete por 60 euros
Lote de diez sestercios a la venta en Wallapop. El usuario vendía el paquete por 60 euros

Benito vende su detector de metales por Wallapop. También muchas monedas romanas de antes de Cristo que ha conseguido con él. No es el único: hay cientos de perfiles en la aplicación que venden ilegalmente bienes arqueológicos, desde medallones a fósiles o puntas de flecha, que ellos mismos han encontrado. Wallapop se ha convertido en un nuevo mercado donde cualquiera que realice un pequeño descubrimiento puede venderlo de forma ilegal. Solo se necesita conexión a internet.

Desde un perfil falso en Wallapop, Verne se puso en contacto con varios piteros (nombre con el que se conoce a los expoliadores que utilizan detectores de metales, por el pitido que emiten) que vendían sus tesoros. Hemos comprobado lo fácil que es hacerse con un souvenir de hace miles de años: por menos de 20 euros pueden adquirirse packs de monedas romanas, puntas de sílex, trilobites fosilizados… Y por lotes un poco más grandes, hasta te lo mandan gratis a casa. 

Conversación con un vendedor para la "compra" de un lote de 10 monedas romanas sin catalogar. Su precio eran 70 euros

No notificar a las autoridades un hallazgo de este tipo tiene responsabilidades administrativas e incluso penales. Cualquier descubrimiento arqueológico debe ser comunicado, pero hay quien los pone directamente la venta en internet para sacarse unos euros extra. Algunos vendedores están incluso profesionalizados: “Hay familias enteras que viven de esto”, cuenta a Verne Alberto Rodao, jefe del Grupo de Patrimonio de la Guardia Civil. Sin embargo, la mayoría son amateurs, y algunos ni siquiera saben qué es lo que venden. Este, por ejemplo:

Primero dime si es un fósil y luego te lo vendo

“Obviamente, hay un mercado de arqueología ilegal que funciona y que la gente intenta explotar desde hace cientos de años”, cuenta a Verne Luis Lafuente, director general de Bellas Artes y Patrimonio Cultural. Sin embargo, el negocio ya no es el que era. Se ha agravado: “Es difícil localizar tanto los objetos como a los vendedores en las ventas online”, lamenta. En la misma línea se manifiestan desde Guardia Civil: “Internet lo ha cambiado todo”, cuenta Rodao. “Siempre ha habido una cadena formada por expoliadores, intermediarios, vendedores y coleccionistas. Ahora, cualquier pitero puede vender directamente”.

Lafuente reconoce que la mayor preocupación de su departamento no son las pequeñas ventas en plataformas de segunda mano, sino los grandes movimientos que sacan el patrimonio fuera del país. Sin embargo, estos menudeos son, en ocasiones, la punta del iceberg de operaciones más amplias: el pasado noviembre, Guardia Civil detuvo a una pareja que tenía a la venta más de 1.200 piezas online. Como recogía EL PAÍS, habían obtenido más de 100.000 euros vendiendo lotes en el extranjero. Como Wallapop solo opera en España, las ventas internacionales se realizan a través de otras plataformas, como la página de subastas Ebay o Facebook Marketplace.

Un paseo por el Wallapop arqueológico

En España, buena parte del negocio de los piteros se concentra en el sur de la Península. “Es donde hay mayor cantidad de yacimientos”, afirma Rodao. Las búsquedas en Wallapop aparecen geolocalizadas, y la mayoría de los vendedores con los que ha contactado Verne se encontraban en Andalucía, Murcia y Castilla-La Mancha. Las monedas antiguas, por la facilidad de localizarlas con un detector de metales, son la pieza más ofrecida.

¿Cuánto podemos gastar en monedas? Lo que queramos: los piteros ofrecen desde ases –la moneda romana de menor valor– por un euro a denarios –la de más valor– por cerca de mil euros. También packs de monedas y “lotes sin limpiar ni catalogar”:

Los vendedores rara vez ponen dificultades ni piden información al comprador. En menos de dos mensajes, algunos ofrecen su teléfono para seguir hablando por WhatsApp o se ofrecen a quedar para ver la mercancía en persona.

Además de dinero, muchos piteros buscan intercambiar sus tesoros por detectores de mejor calidad para hacer búsquedas más exhaustivas. “Con uno de 200-300 euros te dejarías la mitad de las monedas aunque pases por encima de ellas”, cuenta uno de ellos que tiene, al menos, tres detectores: dos a la venta en Wallapop y un tercero que utilizaba actualmente en sus búsquedas. “Salgo casi todos los fines de semana”, dice.

Anuncio de uno de los piteros que intercambia sus hallazgos por un nuevo detector

Un problema casi imposible de detectar

Wallapop no se pone en contacto con Guardia Civil cuando localiza un anuncio que puede ser ilegal, aunque procede a controlarlo y eliminarlo. “Tenemos un equipo de moderación de productos ilícitos”, explican desde su departamento de comunicación. “Hay una lista de palabras [antigüedad, s.XVII, reliquia…] que, cuando se utilizan en un anuncio, pasa a análisis de los moderadores”. También los propios usuarios pueden denunciar anuncios sospechosos.

Si hay sospecha de que los productos son ilegales, el anuncio se elimina, según aseguran desde la plataforma. Uno de los piteros con los que ha contactado Verne explica que le ocurre a menudo, aunque lo achaca a las fotografías: “No hago más que poner y quitar fotos porque Wallapop no me deja poner imágenes de algunas monedas”, cuenta. Una semana después, prácticamente todos los anuncios de su perfil habían desaparecido.

Aunque el usuario piensa que es por las fotos, los anuncios borrados se deben a las palabras utilizadas

Desde Wallapop explican que no contactan con las autoridades cuando localizan este tipo de anuncios porque no pueden comprobar si las piezas se han conseguido de forma ilícita o no. A la Guardia Civil, en ocasiones le pasa lo mismo: “La ley de Patrimonio Histórico se publicó en 1985, así que lo que se obtuviera antes de su entrada en vigor es legal”, cuenta Rodao.

Hay muchas colecciones legales obtenidas antes de la entrada en vigor de la Ley. Los piteros lo saben, y se aprovechan: “Para poder acusar a alguien de expolio tenemos que conseguir vincular el objeto a la venta con el yacimiento del que ha sido expoliado”, explica Rodao. “Es muy complicado a menos que los pillemos in fraganti”. Si no, el vendedor puede alegar que son piezas heredadas o que las encontró antes de 1985. Algunos vendedores en Wallapop avisan de que sus piezas son herencias:

Negociando por un fósil de trilobite, "perfecto para decorar o de pisapapeles", según la descripción. El coste eran 25 euros

Por lo legal también hay recompensa

No hace falta recurrir a la venta ilegal para obtener una recompensa por un hallazgo fortuito. “El descubridor tiene derecho a un premio en metálico”, cuenta el director general de Bellas Artes y Patrimonio Cultural. Para recibirlo, hay que notificar el descubrimiento a las autoridades autonómicas. En Andalucía, por ejemplo, puede hacerse a través de un formulario online.

“Una vez avisadas las autoridades competentes”, explica Lafuente, “debe entregar el hallazgo o mantener la custodia legal, asegurando su conservación”. Una junta de valoración analiza y tasa entonces el objeto. “El premio es de un 25% del valor con el que se tase”, cuenta. El propietario del terreno en el que se ha encontrado recibe otro 25%.

Tanto Wallapop como Guardia Civil recomiendan que, en caso de que un usuario encuentre un anuncio sospechoso, se ponga en contacto con las autoridades. “Recibimos bastantes avisos, tanto de particulares como de historiadores o investigadores”, cuenta Rodao. "Y ojalá fueran más". Este tipo de ventas no solo son ilegales, sino que pueden ser fraudulentas. “Hay un gran mercado de imitaciones”, advierte. A lo mejor ese fósil de trilobite no es más que un pisapapeles muy caro.

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