"No parezco yo". Puede que hayas hecho este comentario muchas veces al verte en una fotografía. Por lo que sea, la luz hacía que tu cara tuviese un aspecto diferente al habitual. El juego de luces y sombras puede modificar nuestra percepción. Como ejemplo, este gif que lleva más de 14000 retuits en dos días desde 3 de febrero.
Me flipa este gif de cómo puede cambiar nuestra cara dependiendo de la luz. pic.twitter.com/lrxm3IROqT
— Clara D. (@Watoreon) 3 de febrero de 2018
La tuitera condensa perfectamente la sensación que deja el juego de luces: "Me flipa este gif de cómo puede cambiar nuestra cara dependiendo de la luz". Este gif es un pequeño fragmento del siguiente vídeo de 2013.
Es el teaser con el que se presentaba la canción Sparkles and wine de la banda francoespañola Opale. El videoclip posterior, desarrollado por el mismo estudio cinematográfico también intenta engañar al cerebro (el juego de luces empieza en el minuto 1:15).
El efecto óptico del videoclip captó mucha atención en 2013, cuando se lanzó la canción. Medios de todo el mundo dedicaron artículos al juego de luces de Sparkles and wine, motivo por el que el vídeo acumula más de cuatro millones de reproducciones en Vimeo.
El director del vídeo es Nacho Guzmán, un madrileño de 33 años (de 27 cuando dirigió el vídeo) que se sigue dedicando al sector audiovisual en Londres. "Muchas personas me escriben para preguntarme qué sistema utilicé para conseguir ese efecto", dice a Verne por correo electrónico.
"Las luces lo son todo, ya que la cámara se mantiene completamente estática. Se podría decir que las luces llevan el peso creativo de la acción y la cámara es un mero espectador. Se puede ver en los ojos de Stella, nuestra increíble actriz. Si te fijas bien, o si amplias la imagen, verás que reflejado en sus pupilas se puede observar el truco. No tiene más", dice Guzmán. Fíjate en cómo el punto de luz gira en torno a las pupilas de la actriz, que no cambia su posición en ningún momento.
Guzmán asegura que se inspiró en otras escenas parecidas, concretamente en este homenaje a la película inacabada de Henri-Georges Clouzot El infierno. En la película se utilizaba la misma técnica.
"A mi parecer son las sombras creadas por las luces las que consiguen confundir a nuestros ojos. Logramos lo más difícil a día de hoy, que es conseguir que la audiencia contemple un vídeo hasta el final de su duración", añade.
En internet podemos encontrar otros muchos ejercicios artísticos que buscan mostrarnos cómo la luz puede cambiar cualquier rostro. Un buen ejemplo es la serie fotográfica La realidad es la percepción del artista Sebastian Petrovski. Puedes verla pinchando aquí. En este vídeo se repasan algunas de las técnicas cinematográficas para hacer que un rostro cambie solo con la luz que se le aplica.
Pero bueno. Esto ya lo sabíamos los que nos hacíamos las fotos con flash cuando éramos adolescentes para que no se viera ni un grano.
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