Cosas que no se te olvidan si estudiaste en la URJC

Los conejos de Fuenlabrada, el ping-pong de Vicálvaro, el drama de dormirse en Metrosur y dar la vuelta a la línea...

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La Universidad Rey Juan Carlos, en una imagen de su vídeo promocional.
La Universidad Rey Juan Carlos, en una imagen de su vídeo promocional.

Las amistades, las colas eternas en secretaría, los dramas preparando exámenes, las horas en la cafetería, las bromitas sobre tu carrera o máster... Pablo Casado afirmó que no recuerda si acudió a clase o no, pero hay cosas que es difícil olvidar si has pasado un año de tu vida –como poco– acudiendo a la universidad. Hemos preguntado a 15 antiguos estudiantes de distintos campus de la Rey Juan Carlos qué es lo que más recuerdan de su paso por esta institución. Una cosa está clara: si ibas en transporte público, lo pasaste regular.

Vida universitaria

–"Apuntarse en grupo al gimnasio para rascar algún crédito de libre elección. Había competiciones de spinning entre nosotros".

–"La poquísima vida extracurricular que había en el campus de Móstoles. Había pocas fiestas, y las que había no tenían mucho éxito..."

–"Siempre había gente de clase que vivía cerquísima del Campus de Vicálvaro porque los pisos por allí eran algo más asequibles. Era genial tener una casa tan cerca para no ir a ciertas clases o para desayunar. O para hacer los trabajos porque NUNCA HABÍA SALAS DE ESTUDIO".

–"El nivel de virus y malware de los ordenadores públicos de la biblioteca de Fuenlabrada. Estaban a la altura del ébola. Meter un pendrive era un riesgo altísimo".

–"En Vicálvaro había unas pistas de fútbol cerca en las que se echaban partiditos, pero el deporte rey del campus era, sin duda, el ping-pong. Había una mesa al lado del césped, pedías las palas y la bola a los conserjes y a jugar. Hacíamos incluso competiciones entre clases".

–"La cafetería del campus de Vicálvaro era un caos, y como siempre estábamos jugando a las cartas, prohibieron (con carteles) jugar a las cartas de 13:00 a 16:00. Todo sea por cumplir las normas: dejamos de jugar a las cartas y nos llevamos el parchís o el Monopoly".

La fiesta, antes y después de la "ley seca"

–"Un clásico de las fiestas que se montaban en la cafetería de Fuenlabrada (hasta que prohibieron beber en el campus), era el Gochotrón. Un bidón de calimocho del que salia una goma a modo de serpentín que engullías hasta que se te acababa el oxígeno al módico precio de 1 €."

–"A principios de los 2000 el Campus de Fuenlabrada era muy pequeñito, una cosa a medio construir a las afueras. No había nada y se podía beber a lo loco por todo el césped y la cafetería".

–"En Vicálvaro son muy recordadas las comidas populares (paelladas, para ser exactos) que se hacían para recaudar fondos. Venía un montón de gente mayor del barrio, con sus mejores galas a comer".

Las paelladas organizadas por los candidatos a rector son uno de los actos más recordados por los alumnos.

–"Las fiestas en el parking antes de que prohibieran beber en el campus. En Vicálvaro se hacían dos al año, y la más popular era la de primavera. Por aquel entonces [a principios de los 2000] había un edificio prefabricado llamado Edificio Jovellanos, y solíamos decir que solo se abría cuando había fiesta para poder entrar al baño".

Comer y (no) beber en los campus

–"Un camarero de la cafetería de Vicálvaro tenía su propio jingle: ¡MARCHA MIXTO! Los bocatas de calamares con mayonesa eran una absoluta delicia".

–"Si has estudiado en Fuenlabrada, recuerdas a Sebas. Era un camarero mítico, muy simpático y que hacía los mejores cruasanes mixtos".

–"Ponme una de (patatas) mixtas pero con solo lo blanco. Nunca supimos muy bien qué era exactamente esa salsa blanca que ponían a las patatas en Vicálvaro, pero estaba riquísima". 

–"Los días que había promoción de pizzas pequeñas a 1 € en Telepizza y todo el campus de Vicálvaro acababa comiendo pizza en el patio". 

–"En Fuenlabrada decíamos que había dos tipos de personas según su comportamiento en la cafetería: los que recogían las bandejas y los que no".

–"El supermercado de enfrente del Campus de Vicálvaro, que nos cubría las necesidades básicas".

Arquitectura y fauna de Fuenlabrada

–"El campus es inmenso, con los edificios lejísimos unos de otros. Como tuvieras que ir a dos edificios, hacías una kilometrada diaria".

–"Había que pensarse mucho lo de ir a la cafetería sobre todo en invierno porque el paseo era considerable. Y a la biblioteca, ni te cuento".

–"Todo parecía un zoo: se escuchaban gallos, en las fuentes había patos y había muchos conejos".

Dramas del transporte

–"Que cada dos por tres la línea 9 de metro no funcionara y tocara hacer excursión hasta Renfe. Y al revés, que tuvieras que apañártelas para llegar allí en Cercanías, aunque te viniera mal, porque la línea 9 estuviera estropeada".

–"El miedo a dormirte en Metrosur. Te podías quedar dando vueltas hasta el infinito si te se te iba de las manos".

–"Cómo mejoraba tu vida cuando al fin conocías a alguien que podía llevarte en coche".

–"El parking de Vicálvaro, que siempre ha sido enano, y ya se convirtió en ínfimo cuando construyeron la residencia de estudiantes".

La población no estudiantil del campus de Vicálvaro

–"Señoras que cruzaban el campus con el carrito de la compra para ir al supermercado que había al otro lado". 

–"Importantísimo, los señores y señoras jubilados del barrio, que venían a comer a la universidad porque el menú era barato y estaba bueno".

–"La foto de Rodrigo Rato Honoris Causa en la puerta del salón de actos de la biblioteca incluso después de ser imputado".

La URJC retiró el título a Rodrigo Rato en 2015, y quitó el cuadro.

–"Salir a las 7-8 de la tarde y ver cómo las señoras del centro de mayores que hay frente al campus bailan sevillanas".

El archienemigo de muchos universitarios: el papeleo

–"Que la intranet se cayera desde el minuto uno el día de las matriculaciones".

–"Da igual el trámite que fueras a hacer, la cola en secretaría era siempre de una hora. Y en registro, lo mismo".

–"Según a qué horas, la reprografía de Fuenlabrada podía ser un infierno".

–"La ineficiencia de secretaría. Para cada cosa había que ir tres veces, y aun así había veces que no me podían ayudar". 

Elaborado con los testimonios de G.E (28 años, Ciencias Económicas, Vicálvaro), C.G. (32 años, Derecho, Vicálvaro), A.B. (29 años, Comunicación Audiovisual, Vicálvaro y Fuenlabrada), A.E (29 años, ADE bilingüe, Vicálvaro), B.C. (31 años, Comunicación Audiovisual, Fuenlabrada), S.G. (35 años, Comunicación Audiovisual, Fuenlabrada), J.N. (33 Años, Ingeniería Química, Móstoles), E.S. (27 años, Periodismo, Vicálvaro), A.L. (28 años, Comunicación Audiovisual, Vicálvaro), D.B. (24 años, Economía, Vicálvaro),  J.M (27 años, Periodismo, Vicálvaro), C.L. (29 años, Comunicación Audiovisual, Vicálvaro), V.M. (27 años, ADE bilingüe, Vicálvaro), P.C. (Publicidad y Relaciones Públicas, Fuenlabrada), A.G. (31 años, Comunicación Audiovisual, Fuenlabrada).

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