El volcán Popocatépetl ha registrado nuevas y vistosas actividades. Este jueves, una columna de 2,5 kilómetros de vapor, gases y ceniza fue vista desde varios Estados aledaños a las faldas del volcán. Debido a la gran actividad registrada en días pasados, el Comité Científico Asesor del Volcán recomendó cambiar la fase del semáforo de alerta volcánica de amarillo fase 2 a fase 3.
De acuerdo con datos del Centro Nacional de Prevención de Desastres, en las últimas 24 horas previas a esta recomendación se identificaron 61 exhalaciones, así como dos sismos volcanotectónicos de 2 grados en la escala de Richter.
Inicio de la actividad del #Popocatépetl a las 6:50 h.
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Fragmentos caen sobre las laderas y columma eruptiva se eleva a más de 2 km sobre el cráter. pic.twitter.com/eVkdW6CPtM
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Pese al cambio en la recomendación, el volcán no ha aumentado su actividad, según confirma a Verne Hugo Delgado Granados, vulcanólogo y director del Instituto de Geofísica de la UNAM. “Se trata de un cambio en el comportamiento del volcán y del estilo eruptivo, pero la energía liberada no rebasa la magnitud registrada en periodos anteriores”, detalla, vía telefónica.
El Popocatépetl es uno de los volcanes más activos del país. Los 25 millones de personas que habitan a menos de 100 km del cráter, lo convierten en uno de los volcanes más peligrosos del planeta. Este coloso reinició su actividad el 21 de diciembre de 1994 y desde entonces es monitoreado constantemente. “En marzo de 1996 emitió por primera vez un cuerpo de lava”, recuerda el investigador. “Desde entonces mantuvo un ritmo constante de construcción de cuerpos de lava sobre el cráter, que después eran destruidos y arrojados al ambiente por la acumulación de gases”, explica.
De acuerdo con datos del Instituto de Geofísica, el Popocatépetl arrojó 82 cuerpos de lava que fueron arrojados a través de diversas explosiones. Sin embargo, en las últimas semanas ha cambiado la forma en que ocurren estas erupciones. “Vemos que ocurren a lo largo del sistema de conductos del volcán y no en el cráter”, detalla Delgado. “Es el mismo proceso, pero con un material [magma] más caliente, por lo que la columna eruptiva es mucho más alta al chocar con el aire frío de la atmósfera”, explica el vulcanólogo.
Delgado, quien forma parte del Comité Científico Asesor del volcán, asegura que el cambio en el nivel de alertamiento no implica que la población modifique sus actividades, sino que es un llamado a aumentar la vigilancia por parte de las autoridades de protección civil. “Algunos se pueden preocupar por la cantidad de imágenes que surgen en redes sociales, pero se trata de una revisión de actividades para las autoridades a nivel municipal, estatal y federal”, asegura. (pincha en la imagen para agrandarla).
El investigador recomienda estar al pendiente de las actividades del volcán a través de los comunicados que emitan las autoridades, pero no caer en alarmismos, ya que hasta el momento solo se habla de un cambio en el comportamiento de las explosiones.
La última vez que el Popocatépetl registró una actividad que obligó a las autoridades a evacuar, fue en diciembre del año 2000, cuando 41.000 personas abandonaron un área de 13 kilómetros alrededor del cráter. Desde entonces, solo se han registrado explosiones constantes que no han requerido la evacuación de personas.
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