“¿Puede realizar un cambio de sentido en un lugar donde esté prohibido adelantar?”. 12 alumnos de la Autoescuela Balmaseda de la calle de la Institución Libre de Enseñanza (Madrid) cuchichean sobre la pregunta que aparece en la pizarra. Tres tienen 18 años. “Hace 10 años, la mayoría tenía esa edad. Las autoescuelas estábamos hasta arriba de gente que acababa de cumplir los 18”, cuenta José Manuel Granada, profesor de autoescuela desde hace tres décadas.
Las tres alumnas de 18 años son Sara Hernández, Andrea Rosales y Patricia Ruiz. Lo que dicen sobre sus amigos que no se sacan el carnet es parecido. “Yo me lo estoy sacando porque me gustan los coches y el carnet te hace la vida más fácil. A mis amigos no les llama tanto”, dice Rosales. “Hay muchos que podrían pagárselo, pero de momento no se lo quieren sacar. Están concentrados en sus estudios o prefieren tener más tiempo libre”, añade Hernández. “En mi grupo somos 15 o así y solo me lo estoy sacando yo”, comenta Ruiz.
Los datos dan la razón al profesor de esta autoescuela, cuya percepción es que cada vez hay menos alumnos de entre 18 y 20 años. En 2017, 195.072 personas en esa franja de edad se sacaron el carnet de tipo B. Es el más común, el que permite conducir turismos. El primer dato segmentado por edades de la DGT es de 1998. Desde entonces, ni una sola vez se había bajado de 200.000 carnés expedidos de este tipo en esa franja de edad en España. Y hace 10 años, en 2007, se sacaron el carnet 325.114 personas de entre 18 y 20 años. En la última década, la tendencia es a la baja.
En la Dirección General de Tráfico (DGT) “hace tiempo” que son conscientes del creciente desapego de los jóvenes hacia el carnet de conducir, según María Lidón, subdirectora de Formación y Educación Vial. “En los últimos 10 años es cuando estamos notando una tendencia a la baja en este colectivo”, añade. Coincide con Rubén Castro, miembro de la junta directiva y portavoz de la Confederación Nacional de Autoescuela de España: “Tener el permiso de conducir ya no es una prioridad para los jóvenes”.
La bajada en los permisos de conducir del tipo B no solo se registra en el tramo de 18 a 20 años. También se aprecia en el de 21 a 24. En el de 25 a 29 hay un ligero incremento en los últimos años, pero aún lejos de las cifras anteriores a la crisis. “Quizá tenga que ver con el primer trabajo estable”, comenta Lidón.
La bajada del número de permisos de conducir es una tendencia general: la cantidad total de carnés expedidos del tipo B alcanzó su pico histórico en 2006, con 828.949. En 2017, la cifra era de 424.625. Aunque se aprecie una bajada general, la que afecta a los jóvenes es la que más llama la atención de autoescuelas y DGT. “Parece que estamos en un cambio de paradigma en la movilidad. Y los que más están propiciando ese cambio son los jóvenes”, añaden desde la DGT. ¿Y por qué cada vez se sacan menos el carnet?
"Mis padres no me lo podían pagar"
“Yo no me lo he sacado antes por dinero. Hasta que no me he puesto a trabajar no me lo he podido permitir. Mis padres no me lo podían pagar”, dice Borja Culebras, otro de los alumnos de la autoescuela Balmaseda. A sus 21 años trabaja en Correos. El motivo por el que Culebras no había empezado a sacarse el carnet hasta ahora, el económico, es el que mencionan DGT y autoescuelas de forma automática para explicar la bajada en el número de jóvenes.
Según el portavoz de la Confederación Nacional de Autoescuelas, el coste medio de sacarse el carnet en España ronda los 600 euros. Tres de cada cuatro familias españolas tienen problemas para llegar a final de mes, según un informe de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Y el poder adquisitivo de los españoles sigue sin alcanzar los niveles previos a la crisis económica.
Por otra parte, autoescuelas y DGT aluden a la bajada en la natalidad: “Cada vez nacen menos niños”, dice Castro. Es verdad, pero los datos de natalidad no parecen los más importantes para este análisis. Según el Instituto Nacional de Estadística, en el año 1989 nacieron casi las mismas personas que en 1999, alrededor de 400.000. Sin embargo, en 2007 (18 años después de 1989) unas 325.000 personas se sacaron el carnet, frente a las menos de 200.000 de 2017.
A todos lados en transporte público
“Ahora hay formas de transporte alternativas y colaborativas, una movilidad sostenible. Cada vez más jóvenes optan por el uso de bicicleta, por ejemplo. Y el transporte público de las ciudades también va mejorando. Estas generaciones, además, están más preocupadas por el medio ambiente”, dice Lidón.
Elena Puertas, alumna de 20 años de la autoescuela Balmaseda, cree que el transporte público de su ciudad, Madrid, "funciona muy bien". “Tengo amigos que prefieren salir de fiesta antes que sacarse el carnet”, añade. Su compañero de clase Dodi Sthill Kote, de 21 años, está de acuerdo: “Entre comprarte el iPhone y el carnet… Si encima luego no vas a tener coche, la elección está clara”.
Uno de los motivos por los que Noemí Rubio, de 22 años, no había empezado a estudiar para sacarse el carnet hasta ahora es que, antes, no habría tenido coche que conducir. Es una de las alumnas de la autoescuela Bros, de Coslada (Madrid). “Conducir ya no se ve como algo necesario”, considera Alberto Lara, profesor de esta autoescuela. “No hay dinero para todo. Y las familias priorizan”, añade.
Andrés Ruiz, de 18 años, se está pagando el carnet con lo que gana como entrenador de baloncesto, mientras cursa estudios universitarios: “El coche te da bastantes facilidades, pero no es tan necesario”. Quizá no en las ciudades, pero en muchos pueblos el transporte público funciona bastante mal. “No tenemos datos por zonas, pero creemos que, en las zonas rurales, los jóvenes se sacan más el carnet que en las ciudades”, añaden desde la DGT.
La vicepresidenta de Formación y Educación Vial de la DGT considera “positivo” que cada vez más jóvenes opten por medios alternativos de transporte, en vez del coche: “La movilidad tiene que ser eficiente y sostenible. El sistema tiene que cambiar para que las ciudades sean cada vez más accesibles”. Asegura que esta tendencia a la baja en los permisos de conducir no es exclusiva de España: se da en otros países europeos y en Estados Unidos. Asimismo, el portavoz de las autoescuelas asegura que esta tendencia está afectando “negativamente” a su sector. En su organización no tienen claro cuántas autoescuelas han cerrado en los últimos años, pero reconoce que “se ha perdido pulmón de negocio”.
Por otro lado, los permisos para motocicletas y ciclomotores, los del tipo A, han caído respecto a 2007, pero no tanto como los de turismos. Es más, a diferencia de los permisos tipo B, los de motos crecen desde 2011, con una ligera caída en 2017.
Alejandro Hernández, alumno de 18 años de la autoescuela Calderón en la calle de Etruria de Madrid, resume la situación con sus análisis: “Creo que la gente no se saca el carnet por una mezcla de factores: por pereza, por falta de dinero, por trabajo, por estudios, porque prefiere gastar de otra manera… Son muchas cosas. Yo estoy en ello porque vivo en otro barrio, mis amigos son de esta zona y no están bien comunicadas. En vez de venir andando, prefiero hacerlo en coche”. El carnet es cuestión de necesidad. Y no todos los jóvenes de hoy lo encuentran tan necesario como Alejandro.
Las estadísticas recogidas en este artículo son de permisos expedidos. En ese concepto entran tanto los carnets de nuevos conductores como las renovaciones o las expediciones tras la pérdida del carnet. Los permisos A y B no se renuevan hasta que han pasado 10 años, así que, como nos explican desde la DGT, la diferencia entre los datos de carnets expedidos y de carnets de nuevos conductores en la franja de edad de 18 a 29 años es ínfima.
Sí utilizamos el total de carnets expedidos en una ocasión, pero sin diferencia por edades, para mostrar la gran diferencia entre las cifras de 2007 y 2017.
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