Las últimas elecciones presidenciales en la India han estado rodeadas de cifras astronómicas: 6.400 millones de euros de gastos, 900 millones de electores, un millón de colegios electorales habilitados… y un gran aumento aumento de las noticias falsas.
Los comicios en la democracia más grande del mundo se consideran los más caros de la historia -más que las presidenciales y al congreso de EE UU a pesar de que la economía india es un sexto de la estadounidense. Según datos de Facebook, Google y Youtube, los partidos invirtieron unos 7 millones solo en anuncios en esas plataformas.
La ausencia de rigor en la política india es la norma. Pocos meses antes, el propio Narendra Modi, Primer Ministro desde 2014, afirmó que las penas de muerte por casos de violación, una lacra en el país, aumentaron durante su mandato, cuando no ha habido sentencia alguna desde 2012. Un desdén por la veracidad que se multiplicó exponencialmente en internet durante unas elecciones con las redes sociales como testigo. Modi ganó las elecciones y tomó posesión del cargo el jueves 30 de mayo.
Según medios locales, las noticias falsas aumentaron en un 40% durante las seis semanas que duró el largo proceso electoral en India. WhatsApp incluso creó un número para autentificar mensajes. Acabados los comicios, la plataforma afirmó haber respondido a más de 75.000 solicitudes de verificación, según recogió el Economic Times.
Antes de las elecciones: fake news sobre terrorismo
“Refutamos unas 160 mensuales durante los casi tres meses del proceso electoral. Un trabajo de 24 horas diarias, sin precedentes”, cuenta a este diario, Karen Rebelo, adjunta de BoomLive, otra red de verificación de datos. “Se han creado pequeñas industrias de fake news que compiten por mentir. Los políticos son los peores infractores”. Nada de extrañar, teniendo en cuenta que el 19% de los candidatos de estas elecciones estaban acusados de delitos, según datos la Asociación para las Reformas Democráticas (ADR).
Un mes antes de las elecciones, una bomba mataba a 40 militares indios en Cachemira. Menos de 24 horas después, BoomLive refutaba una decena de noticias relacionadas. Entre ellas, una en la que el terrorista suicida aparecía junto al líder del partido de la oposición, Rahul Gandhi. La foto original fue tomada por la agencia Getty en 2014 y se puede ver que la persona junto a Gandhi en la foto sin retocar no es el terrorista.
El atentado originó una escalada militar aérea sin precedentes en décadas entre India y Pakistán, donde tenía base el grupo que ideó el ataque, y concluyó con la devolución de un piloto indio apresado en el país vecino. Considerado héroe nacional, Abhinandan Varthaman también fue usado por los creadores de fake news. Durante las elecciones, BoomLive desmintió una noticia falsa en la que un hombre de parecido razonable posaba con una bufanda del partido del gobierno, informando que el famoso piloto había votado por Modi. En realidad se trataba de otra persona.
Durante las elecciones: una industria informal de fake news
“Hubo un incremento enorme de fake news. Su circulación fue constante durante mes y medio”, explica a este periódico, Pratik Sinha, fundador de AltNews, otra plataforma que estudia y combate este fenómeno en India. “El problema no sólo fue el número de noticias falsas, sino la organización detrás de un esfuerzo sistemático por desinformar”, dice Pratik, destacando la actividad del nacionalismo hindú vinculado al partido de Modi; como también lo denuncia un informe de BBC [PDF]. No obstante, este partido tiene el doble de financiación y una maquinaria propagandística acusada de silenciar incluso a medios tradicionales.
Durante las elecciones, las noticias falsas contra la oposición política se multiplicaron; nuevamente con el enemigo número uno de India, Pakistán, como protagonista. Así, AltNews refutó un post en Facebook compartido más de 4.500 veces en el que se mostraba una foto de varios líderes de partidos indios de la oposición sentados detrás del primer ministro y el jefe de las fuerzas armadas pakistaníes, en primer plano. La fotografía, trucada de una publicación de abril, acompañaba al texto: “Si votas por el [Partido del] Congreso, votas por Pakistán. Mira como los esclavos de Pakistán aparecen en la esquina de la habitación”.
Según los expertos, la difusión de fake news continúa incluso a nivel institucional. Así, la mano derecha de Modi y presidente del partido del Gobierno dijo que la victoria electoral se debía a que los Estados indios gestionados por su grupo no sufren violencia religiosa. FactChecker, el tercer equipo indio de verificación de datos, demuestra más de 80.000 disturbios en los últimos 15 años en tres regiones gobernadas por ellos y casi 200 en un sólo Estado en el último año. Tras la publicación de la portada de la revista Time en la que se titulaba: “Modi, Jefe de la India dividida”, el mismo político afirmó en una entrevista televisada que el autor era pakistaní, cuando se trataba de un reportero británico. La mentira no solo fue reproducida por portavoces del partido, sino que la página de Wikipedia del periodista fue falsamente modificada durante horas.
El fenómeno de las fake news trasciende la política y, hace un mes, los bulos del movimiento anti-vacunas llegaron por redes al país asiático, que acoge a casi un tercio de la población infantil global no vacunada.
Cuando las fake news se cobran vidas
“La dimensión de las noticias falsas en India no se ve en otros países y la violencia de 2018 fue un ejemplo global del daño físico que pueden desatar”, confiesa Karen Rebelo. Hace justo un año, los linchamientos a causa de un vídeo en redes sociales causaron 20 muertos en toda India. Las imágenes, de una campaña de sensibilización de una ONG pakistaní, mostraban a un adulto secuestrando a niños. Pero en la versión india un texto alertaba a los usuarios de WhatsApp de la presencia cercana de los secuestradores. El resultado fue una oleada de ataques por parte de aldeanos de la india rural contra inocentes que estaban de paso.
A petición del Gobierno indio, Facebook, propietario de la red de mensajería instantánea, habilitó la función 'reenviado' para informar sobre la procedencia de los envíos. Días después, la medida se implantó en todo el mundo. “El problema es muy grave. Nunca pensé que el vídeo sería reenviado un año después y causaría esa violencia. Lo que demuestra que las fake news mutan como un zombi difícil de parar”, analiza Karen; primera en informar de la falsedad del bulo ya en 2017, mediante la plataforma BoomLive.
La gravedad de la situación ha forzado a que medios tradicionales como Times of India, periódico decano en el país asiático, dispongan de equipos de comprobación de datos dentro de su plantilla. Pero el problema tiene unas raíces más profundas, según Pratik Sinha: “La reacción violenta por ignorancia se concentra en clases bajas de la india rural, que ni atienden a medios tradicionales ni a los alternativos. Necesitamos una respuesta más activa por parte de las compañías propietarias de las redes sociales”.
En dos años, India ha conectado a más de 250 millones de personas más a Internet (un total de 500 millones) gracias a la llegada de la red a los rincones desconectados de su geografía, principalmente aldeas sin educación digital. A diferencia de Facebook, donde el contenido público puede ser supervisado, los más de 200 millones de usuarios de WhatsApp indios tienen libertad total para compartir contenidos. Según BBC, el 72% de estos tienen dificultades para diferenciar información falsa en la red de mensajería por excelencia.
* También puedes seguirnos en Instagram y Flipboard. ¡No te pierdas lo mejor de Verne!