"Cuando estás en turno de noche, sacrificas los días que trabajas en todos los aspectos: el sueño, las comidas y la vida social. Intentas compensarlo el resto del tiempo", cuenta Usue a Verne sobre sus jornadas nocturnas como camarera en bares y discotecas de Pamplona. Los horarios de estos trabajadores, además de ir al contrario que la del resto, suelen ser caóticos.
El 13,2% de los trabajadores en España lo hizo en jornada nocturna en 2018: son 2,55 millones de personas (frente a las 2,3 de 2017). La mitad de ellas lo hizo ocasionalmente y el resto en más de la mitad de los días que trabajó, según la Encuesta de Población Activa del Instituto Nacional de Estadística (INE). Recopilamos algunos ejemplos de personas con distintas edades, profesiones y situaciones familiares.
Adrián / camarero / 35 años / soltero
"Cada compañero lo hace como puede. Hay quien llega a casa y se echa a dormir y hay quien tiene que atender obligaciones familiares, como es mi caso, y tiene que esperar a la tarde a poder descansar", dice Adrián. Vive en León y trabaja como camarero en un hotel de la provincia de Valladolid. A su jornada laboral tiene que añadirle más de una hora de viaje de ida y otro tanto de regreso. Intenta dormir 7 horas.
Elena / sanitaria en un geriátrico / 47 años / madre de hijos independizados
Los ritmos de trabajo en turno de noche difícilmente cumplen los ritmos habituales de lunes a viernes. Tampoco suelen estructurarse en cinco días de jornada laboral seguidos de dos libranzas. Elena cubre turnos de cinco o siete días seguidos en un geriátrico de Madrid y luego encadena varios días de libranza. "Los días laborables, se vive para trabajar. Se necesita una disciplina férrea. Incluso si haces ejercicio, tienes que pensar en que sea moderado; lo justo para mantenerte activo sin que tu descanso se resienta por la noche", comenta la sanitaria. "Cuando mis hijos vivían conmigo, mi horario era todavía más complicado". Intenta dormir entre 4 y 8 horas.
Cristina / policía / 41 años/ madre soltera
Lo que cuenta Elena sobre conciliar su vida como madre y trabajadora nocturna en el pasado, lo vive Cristina en la actualidad. Para poder compaginar sus obligaciones laborales en Madrid con el cuidado de su hija de cuatro años, tiene que pedir a sus padres que duerman en su casa las noches que trabaja. "Prefiero librar los días de diario, porque el tiempo que está la niña en clase es tiempo que gano para mí", confiesa esta policía. Intenta dormir 4 horas los días que trabaja.
Usue / camarera / 26 años / soltera
"Como salgo con la adrenalina, luego tengo que hacer tiempo para poder conciliar el sueño. Reservas unas horas al día para intentar dormir, pero eso no significa que vayas a poder dormirlas todas. Por eso, los días que he trabajado por la noche prefiero quedarme en casa descansando y estar tranquila sin gente", dice esta camarera de Pamplona, que trabaja tres noches por semana. Intenta dormir 5 horas por las mañanas y descansar por las tardes.
Carmen / enfermera / 57 años / viuda con hijos independizados
"Además del sueño, el ritmo de comidas también se altera. Yo me despierto a las dos de la tarde y solo tomo café con leche y algo ligero. ¿Te meterías una ensalada y un filete por las mañanas, nada más levantarte de la cama?, cuenta Carmen, que trabaja en un hospital de Madrid.
Los días que termina su jornada laboral a las ocho de la mañana, hace su primera comida en condiciones entre las cinco y las seis de la tarde. "A no ser que salga a comer con amigos. Y, aun así, siempre es algo ligero", explica. Su turno es a días alternos: un día trabaja y al siguiente libra e intenta cumplir con un horario diurno. Lleva 28 años haciéndolo así y ya tiene práctica para cambiar completamente de vida cada 24 horas. Intenta dormir 5 horas los días que sale de trabajar por la noche y 8 los días que libra. Así de rotativos son tres de sus días:
* También puedes seguirnos en Instagram y Flipboard. ¡No te pierdas lo mejor de Verne!