El austriaco Peter Handke, Premio Nobel de Literatura 2019, ha dejado su huella en la cultura popular como uno de los guionistas de la película de Wim Wenders El cielo sobre Berlín (1987), también conocida como Las alas del deseo.
Peter Handke, Nobel de Literatura 2019, fue el guionista de 'El cielo sobre Berlín', de Wim Wenders. https://t.co/bEw1A38JW5 pic.twitter.com/nTwNR5i24W
— verne (@verne) October 10, 2019
En ella, dos ángeles observan la deriva que ha tomado el mundo desde el cielo de una ciudad dividida como el Berlín de posguerra, mientras velan por el lugar y por sus habitantes. Solo son visibles para los niños y los adultos de corazón puro.
Uno de los recursos narrativos más recordados de la película, el que marca su ritmo, es el poema escrito por el propio Handke para este proyecto. El ángel Damiel interpretado por Bruno Ganz lo recita en varios momentos de la cinta: La canción de la infancia (Lied vom Kindsein).
Damiel, cansado de observar en la distancia, desea ser humano tras enamorarse de una de las mujeres a su cargo. La nostalgia por los deseos y sentimientos infantiles que a menudo olvidan los adultos es uno de los temas que tratan la película de Wenders y el texto de Handke. Cineasta y escritor han colaborado juntos en varios filmes a lo largo de su carrera.
Aquí puedes leer el poema al completo:
Cuando el niño era niño,
andaba con los brazos colgando,
quería que el arroyo fuera un río,
que el río fuera un torrente,
y este charco el mar.
Cuando el niño era niño,
no sabía que era niño,
para él todo estaba animado,
y todas las almas eran una.
Cuando el niño era niño,
no tenía opinión sobre nada,
no tenía ningún hábito,
frecuentemente se sentaba en cuclillas,
y echaba a correr de pronto,
tenía un remolino en el pelo
y no ponía caras cuando lo fotografiaban.
Cuando el niño era niño
era el tiempo de preguntas como:
¿Por qué yo soy yo y no soy tú?
¿Por qué estoy aquí y por qué no allá?
¿Cuándo empezó el tiempo y dónde termina el espacio?
¿Acaso la vida bajo el sol es tan solo un sueño?
Lo que veo oigo y huelo,
¿no es sólo la apariencia de un mundo frente al mundo?
¿Existe de verdad el mal
y gente que en verdad es mala?
¿Cómo es posible que yo, el que yo soy,
no fuera antes de existir;
y que un día yo, el que yo soy,
ya no seré más éste que soy?
Cuando el niño era niño,
no podía tragar las espinacas, las judías,
el arroz con leche y la coliflor.
Ahora lo come todo y no por obligación.
Cuando el niño era niño,
despertó una vez en una cama extraña,
y ahora lo hace una y otra vez.
Muchas personas le parecían bellas,
y ahora, con suerte, solo en ocasiones.
Imaginaba claramente un paraíso
y ahora apenas puede intuirlo.
Nada podía pensar de la nada,
y ahora se estremece ante a ella.
Cuando el niño era niño,
jugaba abstraído,
y ahora se concentra en cosas como antes
sólo cuando esas cosas son su trabajo.
Cuando el niño era niño,
como alimento le bastaba una manzana y pan
y hoy sigue siendo así.
Cuando el niño era niño,
las moras le caían en la mano como sólo caen las moras
y aún sigue siendo así.
Las nueces frescas le eran ásperas en la lengua
y aún sigue siendo así.
En cada montaña ansiaba
la montaña más alta
y en cada ciudad ansiaba
una ciudad aún mayor
y aún sigue siendo así.
En la copa de un árbol cortaba las cerezas emocionado
como aún lo sigue estando,
Era tímido ante los extraños
y aún lo sigue siendo.
Esperaba la primera nieve
y aún la sigue esperando.
Cuando el niño era niño,
tiraba una vara como lanza contra un árbol,
y ésta aún sigue ahí, vibrando.
* También puedes seguirnos en Instagram y Flipboard. ¡No te pierdas lo mejor de Verne!