La familia de Mónica Timón (25 años), residente en Madrid, se compró una casa en Prellezo, un pequeño pueblo de Cantabria, justo antes del confinamiento. La idea era reacondicionarla durante los primeros meses del año para disfrutarla como segunda residencia, pero las restricciones de movilidad por la crisis sanitaria se lo impidieron. Hasta ahora, que ya han podido desplazarse. "La casa está todavía a medias pero aun así estamos disfrutando de ella", asegura Mónica. Esta madrileña, como muchos otros propietarios de viviendas vacacionales, tiene previsto sacarle un partido especial este verano....
INICIA SESIÓN PARA SEGUIR LEYENDO
Solo con tener una cuenta ya puedes leer este artículo, es gratis.
Regístrate Iniciar sesiónGracias por leer EL PAÍS