Entre los síntomas más comunes de las personas que tienen covid-19, médicos y pacientes han descubierto que se encuentran la pérdida del sentido del gusto (ageusia), el olfato (anosmia) o los dos a la vez. Según una investigación publicada en la revista Rhinology este verano, el coronavirus reduce la capacidad de distinguir los olores y sabores hasta el punto de no poder distinguir entre el dulce y el amargo.
Algo similar le sucedió a Ulises Gutiérrez, de 32 años. Entre las primeras cosas que sintió además de un malestar generalizado en el cuerpo, fue que la comida no le sabía a nada. “Perdí el olfato, el gusto y con el picante tenía la sensación como si te quemaras la lengua”, explica a Verne. Acostumbrado a comer chile, Gutiérrez que vive en Michoacán pero que es de Tampico, sentía que la salsa no le sabía a nada, sin embargo, su cuerpo seguía reaccionando al picante con una sensación de dolor muy fuerte.
"Si tienes Covid y pierdes el gusto y el olfato, ¿aún puedes enchilarte?", preguntaba el periodista Rafael Cabrera en redes sociales. Esta extraña sensación le ha ocurrido a más personas que se han contagiado del virus. "No percibes el sabor, pero sí tienes sensaciones en la lengua y las papilas gustativas. Probé una salsa verde que venía con unos tacos y las lágrimas brotaron de mis ojos no acostumbrados al chile", dice Borja González, español viviendo en México.
En Verne consultamos a un especialista por qué nuestro cuerpo reacciona de esta manera. "La capsaicina, la sustancia responsable del picante, estimula en la lengua y en la boca unos receptores específicos que son distintos de los receptores que perciben los sabores", explica Mauricio Rodríguez, profesor de la Facultad de Medicina y portavoz de la UNAM para covid-19.
Estos son los receptores de potencial transitorio V1 (TRPV1, por sus siglas en inglés), unas proteínas encargadas de la transmisión y modulación del dolor que alertan a nuestro cerebro si algo está muy caliente, sensación que provoca la capsaicina químicamente en nuestro cuerpo. Al entrar en contacto con el picante, los receptores literalmente avisan de que nuestra boca está ardiendo. "El picante se percibe con los mismos elementos que se percibe el jengibre, el ajo y la mostaza", agrega el doctor Rodríguez.
El doctor de la UNAM señala que el picante y la sensación de enchilarse está asociada más con el dolor que con el sabor. "Es un mecanismo de defensa. Cuando percibes mucha cantidad de chile, tu cuerpo te avisa de que eso te hace daño, aunque hayas perdido el gusto. Un poco de picante pica rico pero mucho te puede quemar y provocar una reacción inflamatoria", advierte Muricio Rodríguez. Una experiencia similar a cuando experimentamos el efecto de un chile que es pura capsaicina, como el habanero. "Cuando alguien refiere que le baja la sensibilidad de otros sabores y no del picante, puede ser porque las vías nerviosas de conducción del picante no se ven afectadas por el virus, mientras que las otras sí", apunta.
El doctor de la UNAM explica que existen dos hipótesis sobre la pérdida del olfato y el gusto en personas con el virus. La primera tiene que ver con una inflamación en la mucosa que modifica las condiciones locales de sensación y detección de estos sentidos. Y una segunda línea de investigación apunta hacia un posible daño neuronal que lastima temporalmente la recepción de olores y sabores.
"La pérdida de olfato y gusto son muy importantes porque podrían ser un dato de detección temprano de covid, más allá del dolor muscular, la fiebre o la tos. La gente podría tener una rutina en la mañana de oler y probar cosas para asegurarse de que siguen manteniendo estos sentidos", sugiere el médico.
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