Spider-Man es ahora negro. El mismísimo Stan Lee ha llorado por la decisión de Marvel (que si no hace falta, que si esto qué es...) pero el venerable autor no debería extrañarse. Esta ha sido solo la punta del iceberg de una oleada de cambios sorprendentes en los personajes clásicos e icónicos de Marvel y DC que está haciendo mutar el género en los comics. Para los más despistados, los que dejaron de seguir los cómics hace años, aquí va una guía con los cambios más significativos:
1. Spider-Man es negro
Como los buenos fans de largo recorrido de Spider-Man saben bien, el bueno de Peter Parker ha sufrido de todo: le salieron brazos extra, ha tenido novias chifladas, su tía May ha estado a punto de casarse con su peor enemigo... Pero últimamente, Marvel parece obcecada en apuntar donde más duele a los fans, la propia identidad secreta de Spider-Man. El propio Peter Parker. Durante todo un año, su archivillano Octopus ha ocupado su cuerpo en la estupenda colección Superior Spider-Man, lo que ha dado pie a una curiosísima situación: un supermalo complejo y con dudas calzándose el pijama de Spider-Man. Por supuesto, volvió el statu quo en enero de 2014 y Peter Parker tras la máscara, pero por poco tiempo.
Miles Morales, el nuevo Spider-Man, no es un recién llegado al Spider-universo. En realidad, lleva cuatro años balanceándose en un universo alternativo, el Ultimate, que nació como un método de Marvel para actualizar sus personajes más populares sin que los lectores tuvieran que estar al corriente de décadas de aventuras pasadas (y no les fue mal, teniendo en cuenta que los Ultimates -la versión Ultimate de los Vengadores- es la inspiración primordial de los Vengadores cinematográficos; un lío). El caso es que en el universo Ultimate, Peter Parker ha muerto y Miles Morales recibió los mismos poderes a causa también de una picadura de araña radioactiva, aunque generada de forma menos inocente. La aceptación del personaje fue considerable, e incluso se rumoreó, medio en broma medio en serio, cuando se habló de una nueva película de Spider-man, de que el protagonista podía ser Jaden Smith, hijo de Will Smith.
Desde 2012, Morales se ha ido encontrando en los comics con el otro Spider-Man, el tradicional, hasta que Marvel ha decidido cerrar la línea Ultimate fusionando ambos universos. Ahora hay dos Spider-Man en Marvel -con diferencias estéticas: el traje de Morales tiene más de negro que de rojo-, pero la editorial acaba de anunciar que a finales de 2015, Morales será el único héroe con ese nombre y protagonizará la cabecera clásica Spider-Man.
No es la única chifladura que ha experimentado el icónico trepamuros por culpa de los universos alternativos. Spider-Gwen es Gwen Stacy (la mítica novia cadáver de Spider-Man, que en las últimas películas interpretó Emma Stone), con los poderes de Spider-Man en un universo alternativo donde quien ha muerto es Peter Parker. Como todo Marvel en este verano, sus peripecias se han cruzado con las del universo Marvel convencional, pero después de este gran evento, volverá a su universo. Aunque seguro que no es la última vez que se cruza con... Ehm... el Spider-Man latino.
2. Thor y Lobezno son mujeres
Uno de los más notorios de estos cambios radicales en los clásicos superheroicos se produjo hace aproximadamente un año, cuando Thor pasó a ser una mujer. El resultado fue un comic aclamado y que demostró que si el tebeo es bueno, las formas dan igual. El guionista Jason Aaron mareó un poco la perdiz afirmando que esta “no es She-Thor. No es Lady Thor. No es Thorita. Es THOR. El THOR del universo Marvel”. Pero es una chica.
En realidad, Thor es quien sea capaz de levantar Mjölnir, el martillo místico del dios del trueno, que tiene una inscripción donde se lee: “Cualquiera que sostenga este martillo, si es digno, poseerá el poder de Thor”. El caso es que Thor ha sido en el pasado una rana y un alienígena, así que tampoco es como para echarse las manos a la cabeza. La identidad de este nuevo Thor ha permanecido en secreto hasta hace apenas un mes, cuando se ha revelado que Thor es Jane Foster, un personaje histórico de la serie, una enfermera que ya en 1962 era el interés romántico del primer alter-ego del dios del trueno, Donald Blake. En las películas es el personaje al que ha dado vida Natalie Portman, así que, eh, nada que no se pueda arreglar con una peluca rubia.
Por supuesto, la ira de los lectores (masculinos) no se hizo esperar, acusando a la editorial de someterse a los dictados de la corrección política. Lo cierto es que por entonces, Marvel hizo públicas unas cifras en las que se desvelaba que el 47% de sus lectores eran lectoras. No se nos ocurre una razón más clara y directa para que una empresa como Marvel tome decisiones de este tipo, muy por encima de guiños de cara a la galería.
Todo este galimatías en Marvel (aunque lo de Thor lleva ya un año) se enmarca en el proceso de reinicio de muchos de sus superhéroes más populares, llamado “All-new, All-diferent”, y que hará que después del verano, cuando acabe el evento Secret Wars, plantee algunos cambios en personajes por todos conocidos. Uno de ellos, oteado en un teaser publicitario, es la transformación de Lobezno en mujer. Después de la muerte de Logan, el Lobezno clásico (ah, que no sabíais que estaba muerto... ehm, sí, en otoño de 2014, lo que condujo entre otras cosas a que Spider-Man fuera profesor de la escuela de mutantes de los X-Men), se creó el grupo Los Lobeznos, que no es un combo ye-yé, sino un supergrupo del que forma parte X-23, un clon femenino y no autorizado de Logan. Es absolutamente imposible que X-23 sea Lobezno de forma definitiva (de hecho, ahí en el anuncio está el que posiblemente sea un Lobezno anciano, que ya debutó en el Universo Marvel hace años) pero de momento el traje y la identidad le sientan estupendamente a esta Lobezna.
3. El Capitán América es ahora un anciano y su sustituto es negro y lleva alas
Steve Rogers, el Capitán América original, lleva un tiempo dando tumbos por las entrañas de ese extraño universo paramilitar en el que se han convertido los círculos cercanos a los Vengadores (ha sido director de SHIELD y ha comandado los Vengadores Secretos). El caso es que tras una batalla con Iron Nail, el suero de supersoldado que lo mantenía joven desde la Segunda Guerra Mundial es neutralizado, y su cuerpo envejece recuperando el tiempo perdido y convirtiéndolo en un anciano de noventa años. Esa cuestión lo aleja definitivamente del campo de batalla.
Su sustituto es nada menos que Sam Wilson, conocido por los marvelitas como Halcón, un viejo compañero del Capi que ahora muta en un hombre abanderado, con... bueno, con alas, porque no puedes hacer que el Halcón deje de ser el Halcón, al fin y al cabo. Un Halcón con escudo. A ver cómo funciona esto, pero yo diría a los marvelzombis enfurecidos que estén tranquilitos: es poco probable que Steve Rogers permanezca eternamente en estado nonagenario.
4. El Motorista Fantasma conduce un coche
Toda esta oleada de cambios recientes vino precedida por un par de años de reformulaciones, cambios y reinicios en personajes clásicos de Marvel. Dos oleadas de lanzamientos y una puntilla llamada All-New que propuso cambios más o menos radicales en héroes de toda la vida. Una de ellas afectó al Motorista Fantasma, que dejó de ser Motorista. Vale, la trampa es que en EE.UU., el Motorista Fantasma se llama Ghost Rider, que es cualquier tipo de piloto o incluso jinete de caballo, camello o acémila, que es lo que fue, en realidad, en su primera encarnación (de caballo, esto es).
En este caso, el latino Robbie Reyes es el último recipiente humano del llamado Espíritu de la Venganza, que tuvo ya varias encarnaciones humanas con anterioridad. Es decir, no es raro que cambie el humano muerto que presta su cráneo en llamas al demoniaco vengador ultraterreno, pero sí que haya un nuevo vehículo. En este caso, un clásico Dodge Charger americano tuneado para la ocasión y de cuyo tubo de escape sale un familiar aroma a azufre.
5. Y en DC: Batman no es Bruce Wayne, Robin son muchos Robins...
DC nunca se ha caracterizado por la estabilidad de sus universos. Antes de la mítica macrosaga Crisis en Tierras Infinitas, más de los ochenta que los dibujos animados de los Masters del Universo, DC creaba tierras paralelas sin parar. ¿Que había que enfrentar a Batman a un gorila que hablaba -poca broma con los gorilas que hablaban en los años cincuenta-? No hay problema, está en una tierra paralela. El galimatías se solventó, a grandes rasgos, con la citada Crisis, que redujo todas las Tierras a una (y mató a Flash). Pero DC siempre ha sentido la necesidad de marear la perdiz. La última vez, hace apenas cuatro años, con el relanzamiento de absolutamente todas sus series -salvo Batman-, con el evento llamado The New 52, que mandó al número uno de nuevo a todas las colecciones, enfrentándose a la ira de los fans debido a la bajísima calidad de las colecciones relanzadas.
La campaña The New 52, no obstante, ha finalizado, y DC se plantea de nuevo cambios radicales en sus héroes. Por ejemplo, la identidad de Clark Kent como Superman es pública. Y en cuanto a Batman, agárrate, Bruce Wayne ya no es Batman. Esto no es la primera vez que le pasa: cuando Bane le partió en dos y lo mandó a una silla de ruedas, un pseudo Batman psicótico se encargó de vigilar Gotham City. Pero con este reboot, el nuevo Batman es nada menos que el Comisario Gordon, que tradicionalmente nunca se ha enterado de que Wayne era Batman. “Tradicionalmente”, esto es. Se enteró, se cabreó como una mona, pero ha recapacitado tras la muerte de Wayne -y del Joker, ojo-: Gotham City necesita un símbolo en el que confiar y por eso se pone una armadura con orejas de conejo (a mí no me miréis), y ese es el nuevo Batman. La marca “Batman” forma ahora parte de una corporación, y el héroe no es un vigilante nocturno, sino una especie de guardia jurado al servicio de la ley. Un Concejal de Porrazos.
¿Y qué piensa Robin de todo esto? Bueno, tras la muerte del último Robin (Damian Wayne, hijo de Bruce Wayne, esto ya lo sabías, ¿no?), DC lanza We Are Robin, una colección en la que varios adolescentes de Gotham se lanzan a la calle a suplir al compañero de Batman en una aventura que la editorial describe como una mezcla de V de Vendetta y El Regreso del Señor de la Noche, nada menos. El protagonista de la serie, el cabecilla de todos estos Robin, se llama Duke Thomas y es... negro. ¡Santo Todo-cambia-para-que-todo-siga-igual, Batman!
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