"Cuatro minutos de contacto visual acercan a la gente más que cualquier otra cosa". Con estas palabras del psicólogo Arthur Aron arranca el experimento que Amnistía Internacional Polonia ha realizado para su última campaña de sensibilización hacia los refugiados.
Un vídeo en el que sientan frente a frente - e invitan a mirarse a los ojos - a ciudadanos europeos de distintas edades con refugiados llegados de Siria y Somalia. No se conocen y no son actores. Sus respuestas, explica a Verne Natalia Węgrzyn - responsable de Medios en la ONG - no fueron guionizadas: "Solo les explicamos que iban a pasar cierto tiempo con otras personas, pero sus reacciones fueron naturales y espontáneas".
"Bonito bigote", le dice un señor a otro para romper el hielo. "¿Eres nuevo en Berlín?", pregunta una chica a su interlocutor con lágrimas en los ojos "Sí... Ocho meses", responde él antes de explicar que está solo, sin familia, porque "La vida, a veces... Es linda... A veces... no es buena". Unas palabras que hacen que su compañera rompa la distancia entre ellos y agarre sus manos para reconfortarle. Mientras, dos niñas - una polaca y otra siria - se sonríen tímidamente antes de retarse a jugar al pilla-pilla.
Look Beyond Bordes (Mira más allá de las fronteras) - fue lanzado en el canal de YouTube y la página de Facebook de Amnistía Internacional Polonia el pasado 17 de mayo. Cuatro días después, la delegación de la ONG en Argentina, seguían la sugerencia lanzada por sus compañeros, y subtitulaban el vídeo en español.
"La idea del experimento nació aquí en Polonia", recuerda Węgrzyn, "y después nuestra Secretaría Internacional en Londres, además de otros países, se unieron a la iniciativa". Su objetivo: evidenciar que detrás del millón de refugiados que ha entrado en Europa en el último año hay algo más que una cifra.
Según explica Draginja Nadażdin - directora de Amnistía en Polonia - "cuando se habla de refugiados y otros problemas, se utiliza un lenguaje deshumanizado, que reduce la tragedia a meros números. Pero esto es el sufrimiento de gente real que, como nosotros, tiene familias, amigos, sus propias historias, sueños y metas".
El vídeo fue grabado en Berlín - bajo la dirección de la agencia DDB&Tribal Warsaw - y para encontrar a las 10 parejas participantes pidieron ayuda a polacos residentes en la ciudad - "Ania Alboth, por ejemplo, responsable del blog Family without borders" - y a organizaciones que trabajan en la acogida de los refugiados.
"En un principio queríamos hacerlo en Polonia", señala Węgrzyn, "pero era crucial para nosotros la participación de gente que acababa de llegar a Europa. Así que decidimos llevarlo a cabo en Berlín - una ciudad que simboliza la superación de las divisiones y que es vista como el centro de la modernidad europea".
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