Estoy escribiendo este texto con un ordenador. Es cómodo, es rápido y es práctico. Me gusta el sonido del teclado y me gusta aún más poder borrar, cambiar párrafos de orden sin problema y compartir el documento para que lo lea mi jefa y haga los cambios que considere oportunos.
Pero escribir a mano no está obsoleto. Al contrario, tiene muchas ventajas, como mínimo, en algunos ámbitos. Te sugerimos estos tres, con el objetivo de que que el retorno a la rutina de septiembre sea algo menos rutinario:
1. Tomar notas
Tomar notas a mano -ya sea en clase, en una conferencia o en una reunión- nos ayuda a comprender y a recordar mejor.
Según un estudio de los psicólogos Pam Mueller y Daniel Oppenheimer, escribir a mano es un proceso más laborioso y no podemos anotar todas las palabras. Por tanto, tenemos que procesar y reinterpretar toda la información para resumirla de modo adecuado. Es decir, prestamos más atención al contenido. En cambio, cuando tomamos notas a ordenador tendemos a transcribir de modo casi literal.
Hay quien sugiere que el hecho de poder escribir más rápido y de modo casi automático debería dejarnos más tiempo para pensar, pero los estudios apuntan que no es así. Suena paradójico, pero precisamente al ser un proceso más lento, la escritura a mano refuerza nuestro recuerdo tanto a corto como a largo plazo. Supone lo que estos psicólogos llaman una “dificultad deseable”.
Además de todo eso, al trabajar con el ordenador tenemos acceso a aplicaciones que pueden distraernos, sobre todo si tenemos wifi, por lo que puede resultarnos más difícil concentrarnos en un tema.
2. Planificar
Ya sea con una libreta, con una agenda o con el más elaborado sistema del bullet journal, planificarse escribiendo a mano tiene sus ventajas: es más fácil anotar una tarea nueva (sobre todo en comparación con el móvil) y además es un sistema más flexible y, por tanto, más fácil de adaptar a nuestras necesidades.
A muchos también nos resulta más cómodo tener la agenda o la libreta sobre la mesa que tener que dejar abierto el calendario de Google o Evernote.
Esto no quiere decir que sea necesariamente el mejor método para todo el mundo: los sistemas y aplicaciones electrónicos de organización son muy útiles para automatizar la entrada de tareas recurrentes o si necesitamos compartir la agenda con más gente o con más dispositivos, por ejemplo.
3. Anotar y desarrollar ideas
Al escribir a mano tenemos más libertad gráfica, como recoge The Guardian. Podemos poner notas al margen, escribir pequeños esquemas y diagramas, enlazar ideas con flechas y otros recursos… El papel en blanco ofrece una mayor flexibilidad que “anima a ampliar tu campo visual y a expandir tu imaginación”, apuntan en Science of Us. De este modo podemos ampliar nuestras ideas gracias a diferentes formas de representarlas: una frase, un esquema, un garabato e incluso las correcciones que hayamos hecho y que dejan el rastro de cómo han evolucionado.
Recordemos también que la escritura a mano es un proceso más lento. Esto significa que podemos ir pensando sobre la idea mientras la vamos anotando. En cambio y como recoge Scientific American, escribir con teclado “ofrece una velocidad que para alguna gente es más cercana al pensamiento que a la escritura”. El ordenador facilita un proceso casi automático en el que se escribe casi al mismo ritmo al que se piensa, cosa que va muy bien si tenemos la idea clara, pero que quizás sea peor si esta idea está en su estadio más inicial.
En el caso del bullet journal y gracias a su índice de temas, se conserva incluso gran parte de la organización de un sistema electrónico, sin perder la posibilidad de hojear el cuaderno y encontrarnos con notas e ideas que no recordábamos o que habíamos descartado, pero que nos pueden volver a parecer interesantes o sugerirnos nuevas posibilidades.
* También puedes seguirnos en Instagram y Flipboard. ¡No te pierdas lo mejor de Verne!