Sonia Castedo ha anunciado su dimisión como alcaldesa de Alicante a través de Facebook. Esto no es tan extraño como podría parecer: hoy en día las redes sociales son una forma de comunicación muy eficaz, aunque sólo sea porque gracias a los móviles todos las llevamos continuamente en el bolsillo y las consultamos siempre que tenemos un rato muerto. Y tampoco es nada nuevo: en 2009 Tom Watson dimitió como secretario de Estado británico con un tuit en el que enlazaba a su carta de dimisión. En primicia para sus seguidores en esta red social.
http://bit.ly/PKFl0 I promised, Twitter friends, you'd get it first.
— tom_watson (@tom_watson) June 5, 2009
De hecho, podemos ofrecer las nueve formas más usuales de anunciar una dimisión en redes sociales, con sus correspondientes ejemplos.
1. Quiero agradecer vuestro apoyo, amigos. Se trata de aprovechar el marco supuestamente más personal de las redes sociales y utilizar un lenguaje cercano. Como cuando Esperanza Aguirre dejó caer este tuit un 17 de septiembre de 2012. No hacía falta que explicara a qué hacía referencia: sus seguidores ya lo sabían.
Gracias a todos. Un fuerte abrazo.
— Esperanza Aguirre (@EsperanzAguirre) September 17, 2012
2. Vuelvo a mi verdadera vocación. Alfredo Pérez Rubalcaba anunciaba en junio de 2014 y en un mensaje de Facebook que volvía a dar clases: “Dejé el aula y el laboratorio movido por unos principios y unos valores…” De hecho, en su perfil de Facebook aparece como “profesor”. Es otro clásico: la política es una ocupación temporal. Rubalcaba apenas le dedicó 32 años, desde 1982 a 2014.
En una línea similar, Esperanza Aguirre dio más detalles en Facebook acerca de su dimisión y dijo aquello tan típico de: “Nunca he querido ser un profesional de la política”. Es posible. Pero tampoco se resistió mucho, sobre todo teniendo en cuenta que hoy, 23 de diciembre, Aguirre se ha ofrecido (aunque no en redes) a ser la candidata del Partido Popular a la alcaldía de Madrid.
3. Con un haiku. Jonathan Schwatz anunció su dimisión como consejero delegado de Sun Microsystems con un tuit que incluía un haiku, poema japonés sin rima y con tres versos de cinco, siete y cinco sílabas. “Crisis financiera / Demasiados clientes encallados / Ya no soy CEO".
Today's my last day at Sun. I'll miss it. Seems only fitting to end on a #haiku. Financial crisis/Stalled too many customers/CEO no more
— Jonathan Schwartz (@OpenJonathan) February 4, 2010
4. Bailando. Marina Shrifrin dejó su empleo vía Youtube, con un vídeo publicado en septiembre de 2013 en el que bailaba en la oficina y que ya suma casi 19 millones de visionados. Su jefe y sus compañeros respondieron unos días más tarde con otro vídeo que se quedó en los 4,5 millones de visionados porque -seamos sinceros- irse dando un portazo a ritmo de Kanye West sigue molando mucho más que quedarse trabajando.
5. ¡Cierro mi cuenta y borro todos mis tuits! Un clásico de Twitter es enfadarse mucho y cerrar la cuenta, para abrirla dos días más tarde. Salvando las distancias, algo parecido ocurrió cuando Benedicto XVI renunció al pontificado el 28 de febrero de 2013: el Vaticano borró todos los tuits enviados durante su papado. Francisco I mantiene la misma cuenta, cambiando foto y nombre. Eso sí, es fácil encontrar pantallazos del último tuit del papa anterior.
6. La dimisión breve. El lunes 22 de diciembre dimitieron tres parlamentarios italianos del Movimento 5 Stelle de Beppe Grillo por desacuerdos con la organización. Uno de ellos, Cristian Iannuzzi, se conformaba con un tuit: “Hoy he dimitido del parlamento con otros dos portavoces de Latina. El respeto a los principios y a las reglas vale más que una poltrona”.
oggi ho rassegnato dimissioni dal #Parlamento con gli altri 2 portavoce di #Latina.il rispetto di principi e regole vale più di una poltrona
— Cristian Iannuzzi (@CrippoX) December 22, 2014
7. La dimisión larga. Otro de los compañeros de Ianuzzi, Giuseppe Vacciano, no tenía suficiente con los 140 caracteres y prefirió explicar los motivos de su renuncia en un largo post en Facebook. Son más de 7.500 caracteres, contando espacios. Hubiera necesitado unos 54 tuits.
8. La dimisión intensa. La de Castedo es un ejemplo de esta forma de dimitir. Un texto de cuatro párrafos con las palabras PUEDEN, DEBEN y QUIEREN en mayúsculas, además de dos fotos dignas de Instagram: una mirada (recordemos: los ojos son el espejo del alma) y unas manos. Es la clásica publicación en Facebook que va en busca de los "me gusta". Sin embargo, hay que tener cuidado porque ¿qué significan los centenares de “me gusta” que lleva esta dimisión? ¿A sus amigos les gusta que la ya exalcaldesa haya tenido que dejar su cargo imputada por dos cargos de corrupción urbanística?
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