'Previously on… Mad Men': el fenómeno de los 'recaps'

El recap es el nuevo cineclub

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La noche del 19 de julio de 2007, la televisión estadounidense presentaba por primera vez la silueta de espaldas del protagonista de Mad Men. Un Jon Hamm por entonces casi desconocido fumaba con tanta clase como no se hacía en la pantalla desde los tiempos de Bogart. Concentrado en una campaña para una marca de cigarrillos, pide un old fashioned y conversa con un camarero con la intención de hallar un eslogan. Unos segundos antes, los títulos de crédito, que revisitaban la angustia de películas como Vértigo, habían mostrado al personaje precipitándose desde los rascacielos neoyorquinos, tatuados aquí con carteles de publicidad.

Era el mítico comienzo de una de las puntas de lanza de la llamada época dorada de las series de televisión. Hoy, ningún fan pone en duda que, de todas las que se han emitido en los últimos años, esta ha sido la más esteta, orquestada como está a la manera de una cabalgata de arte. El montaje, el sonido, la música, el vestuario… adquieren aquí la categoría de protagonistas, a lo largo de una trama cuajada de enormes momentos, con un guión en ocasiones irregular -según la temporada-, criticado por su lentitud pero habitualmente excelso.

Aquella primera secuencia se cerraba con un plano subjetivo en el que vemos a una época fumar, beber y divertirse a través de los ojos de Don Draper. Este domingo se emite el episodio octavo de la séptima temporada, dando inicio a la segunda mitad de la tanda final de episodios en la que los espectadores tendrán que despedirse de los reyes de la avenida Madison para siempre.

Ocurre que esta coyuntura de oro de la televisión es también la de internet y las redes sociales. Un tiempo en el que no se es nadie si no se tiene un mínimo conocimiento de productos catódicos como Mad Men. Hasta la fecha, tal vez sólo la música había despertado tal fervor popular. Hoy interpretamos el mundo a través de las series, el arte que, por derecho, más pertenece a los espectadores. Queremos tener el garbo de Joan Holloway, deseamos en bajito cometer alguna burrada tipo Heisenberg contra nuestros enemigos, no podemos evitar pensar en mundos paralelos y en islas purgatorio cuando desaparece un avión y nos gustaría tomarnos un whisky con Tony Soprano en la trastienda del Bada Bing!

Por eso, a rebufo de Mad Men y de estas otras producciones, surgieron como setas webs y blogs dedicados a su análisis, portales que pusieron a circular en nuestro vocabulario palabras como sneak peek, review, finale… y que incluso llevaron a la prensa tradicional a asumir como natural la advertencia: “Atención, spoiler”. Grupos en las redes que hablan de una nueva forma de consumo de los textos audiovisuales y en los que se producen animados y eternos debates en torno al por qué de cada giro en la historia.

Entradas que intentan descifrar lo que sucederá, que adelantan contenido filtrado en internet, despliegan guías de episodios, dan alas a la fanfiction, organizan eventos populares y, sobre todo, publican recaps. La web Basket of Kisses, que presta estos días toda su atención a Mad Men, es un buen ejemplo de algunas de estas funciones. Al cabo, las series funcionan como una herramienta de socialización, nos recuerdan que no estamos solos, dinamitan las salidas ciegas de las conversaciones, liberan la tensión del cruce de palabras en el ascensor y funcionan como un bálsamo escapista para la rutina de pareja. Como los viejos cineclubes, pero a todas horas. “¿Has visto el nuevo de Mad Men?”, se pronunciará este lunes en miles de puestos de trabajo del mundo.

El pasado 29 de septiembre se publicó la última entrada de Lostzilla.net hasta la fecha. Los creadores de este portal, otrora la biblia de los yonquis de Perdidos (losties), celebraban el décimo aniversario de la emisión del primer capítulo. En el ámbito hispanohablante, acudir a leerla después de cada episodio o cometer la temeridad de hacerlo antes del visionado era el pan de cada día en un momento en el que los supervivientes del Oceanic 815 reinaban en la audiencia. Ninguna otra producción ha despertado un fenómeno como esta, tan capaz de avivar los ánimos masoquistas del spoiler, como de generar teorías conspiranoicas de toda índole, especialmente en lo que atañe a su finale. La estatua, la cabaña, los esqueletos, Némesis… una simbología propia que en su día nos dio no pocos quebraderos de cabeza y que nos los volvería a dar si no fuera porque tenemos otras series con las que derrochar neuronas y salir a la caza de seguidores en Twitter.

El mundo anglosajón fue el primero en desarrollar este tipo de portales centrados en la quality television, a menudo gestionados por críticos amateurs, como la profesora de teología Donna Bowman, que cada domingo durante la emisión de Breaking Bad subía su esperada disección del último capítulo. Como la opinión en los periódicos, sus textos funcionan como una información extra sobre la actualidad que nos ayuda a descodificar lo sucedido en la trama, a posicionarnos de cara al debate de la mañana siguiente.

Se trata de anticiparse y de responder a las preguntas que miles de internautas tendrán tras los títulos de crédito. Sus autores son perfectamente conscientes de que después de cada capítulo, su imaginación, intuición y un buen uso del SEO les hará posicionarse en los primeros puestos de los buscadores. Son líderes de opinión que, si bien despertaron los temores de algunos productores, hoy son estudiados al dedillo y hasta lisonjeados por todas las cadenas. Con frecuencia, estos resúmenes de episodios les dan la pista para saber si el texto se ha entendido correctamente o para ver qué interesa a la audiencia de cara a futuras producciones. Tal es el poder de un buen recapper, que muchos ya han logrado vivir de ello o dar el salto a la prensa.

En el caso español, el bloguero Pedro J. García, conocido en la red como Fuertecito, es uno de los líderes de los seriófilos. En su opinión -según se lee en su web-, además del sentimiento de pertenencia que generan estos portales, su éxito reside en que se habla al lector de tú a tú, en que se le invita a formar parte de un diálogo lejos de las atalayas de la crítica tradicional. Su audiencia le ha llevado incluso a asociarse con empresas para celebrar concursos publicitados en su web, como el que estos días premiará con “un lote madmeníaco” al lector que mejor responda a la pregunta: "¿Cómo te gustaría que terminara Mad Men?". Últimamente, el fenómeno trasciende de lo digital a lo presencial, como sucede con Birras y Series, una comunidad de 250 bloggers de todo el país que celebra un evento mensual para debatir sobre teleficción.

Los creadores de Recapblog, un portal en crecimiento exponencial integrado por varios redactores nacidos entre finales de los ochenta y principios de los noventa, añaden el elemento generacional como otra característica de esta nueva forma de crítica: “Suelen cuajar mejor entre la gente más joven. El estilo directo, ágil y ameno de nuestros textos apela con mucha facilidad a ese espectador que pertenece a los fandom de las series y que tiene la necesidad de leer la opinión de otras personas sobre el capítulo que acaba de ver”. Cuantas más series se estrenan, más redactores integran sus heterogéneas filas: “Lo que nos diferencia es que bebemos de fuentes muy diversas, desde Alberto Nahúm hasta Buzzfeed, siendo webs internacionales como Entertainment Weekly o TVLine las que más nos han influido”. Para ellos, el recap es tanto un subgénero de la crítica como un formato para su desarrollo, como explica a Verne David Valverde, uno de sus fundadores.

Y aunque los recaps existen desde los noventa, los últimos años hablan de cambios vertiginosos. Mejores series, aumento del número de producciones y nuevas plataformas para su visionado. Netflix, por ejemplo, que cuelga temporadas enteras, ha roto con la habitual periodicidad semanal para estos escritores. De este modo, el género de los recaps se ha disparado y hoy el autor tiene que batirse en duelo con una competencia atroz de la que debe ser capaz de diferenciarse. Es posible que algunos seguidores de Draper, Peggy, Roger y los demás puedan sentirse decepcionados al no ver cumplidas sus expectativas a lo largo de esta última temporada de Mad Men. En ese caso, ahí estarán los recappers para darles la razón o para cambiar su punto de vista. A fin de cuentas, para acompañarnos en el sentimiento.

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