Nunca nadie ha contado tan bien patrañas como el Dr. Jiménez del Oso. Tenía un no sé qué que qué sé yo: la mirada cansada con la que intrigaba a la cámara, la voz grave con que explicaba lo inexplicable en tono de suficiencia, la frente extensa que denotaba una mente reflexiva, la barba algo silvestre y, sobre todo, esas bolsas bajo los ojos marca de la casa en la que cabían hectolitros de misterio. Jiménez del Oso no miraba al espectador: rebuscaba en su alma. Ahora se pueden volver a ver los capítulos de su serie Más Allá, en glorioso blanco y negro, dentro de esa cueva del tesoro que es el archivo de la web de Radiotelevisión Española.
Aunque Fernando Jiménez del Oso (Madrid, 1941- 2005) provenía de la ciencia, pues era doctor en Psiquiatría, lo que le hacía vibrar de verdad estaba de la pseudociencia en adelante, hasta allí donde el conocimiento pierde su nombre: ufología, astrología, parapsicología, esoterismo, espiritismo y muchas otras disciplinas aún más bizarras. Como tantos investigadores de lo paranormal, este psiquiatra decía seguir métodos rigurosos, separar el grano de la verdad de la paja de la superchería, aunque muchas veces trataba de colártela (o se la colaban a él mismo).
Tal vez una diferencia entre la ciencia pura y dura y la investigación del misterio, es que la primera trata de (y casi siempre consigue) resolver las incógnitas, mientras que la segunda, aún ahondando, suele dejar los misterios en su sitio: ahí, incomprensibles, desafiantes y estimulantes de las imaginaciones. Poco importa aquí el progreso del conocimiento; los misterios permanecen misteriosos por los siglos de los siglos. Sin embargo, por muy escéptico que sea uno, no hay razón para no disfrutar con las historias fascinantes que contaba el doctor (siempre que tenga muy en cuenta lo que son), de igual manera que no hace falta creer en la existencia de Zeus para disfrutar de la mitología griega. También puede suscitar un interés antropológico: conocer las cosas rarunas en las que algunos creen puede también decir mucho de la naturaleza y aspiraciones de los seres humanos.
El programa Más Allá (luego hizo otros como La Puerta del Misterio o La España Mágica, y anteriormente había sido guionista en las Historias para no dormir de Chicho Ibáñez Serrador) era de una sencillez que nos resulta extraña en estos tiempos televisivos. Casi una conferencia: Jiménez del Oso, sentado en su gabinete y delante de su librería de viejos volúmenes, explicaba los casos fantabulosos mirando a la cámara, fumando, con solo algunas imágenes superpuestas en ciertos momentos a modo de explicación de lo que relataba. Y lo que relataba era bien extraño: hibernación, brujería, psicografías, curandería, radiestesia, extraterrestres, etc. Hasta el Yeti se paseó por sus contenidos. Aunque tal vez sus temas favoritos fueron las psicofonías, los ovnis y el estudio de las civilizaciones antiguas de América Latina, Egipto o el valle del Indo.
Una de sus acciones más criticadas fue la emisión del falso documental conspiranoico Alternativa 3, en 1983: la BBC lo había emitido seis años antes y en él se contaba que el hombre ya había llegado a Marte para evitar un futuro apocalíptico, entre otras cosas. La BBC lo emitió como una inocentada, un hoax a la manera de La guerra de los mundos, de Orson Welles, aunque el Dr. Jiménez del Oso no puso tanto énfasis en este punto, según explica en el blog Magonia el periodista Luis Alfonso Gámez, especialista en echar luz sobre fraudes pseudocientíficos.
Lo misterioso sigue en boga. Iker Jiménez sigue disfrutando de su longevo programa y triunfando con sus exposiciones. El estilo es diferente: si las formas de Jiménez del Oso tenían el tono profesoril propio de un doctor, Iker Jiménez tiene un estilo más periodístico y cercano. Si Jiménez del Oso te contaba las cosas desde dentro del misterio, como si se hubiera introducido en la caverna y robado la luz, Iker es alguien que parece estar fuera y, como un igual, te invita a asomarte dentro en su compañía. “Fue un curioso impenitente, un viajero incansable y un psiquiatra que, debido a su formación académica, consiguió aportar al misterio un componente de lucidez y seriedad que todos, sin excepción, valoran hoy de la forma que se merece”, escribió Iker en uno de los homenajes que le rindió como a uno de sus maestros.
De hecho, Jiménez del Oso también fue periodista. Fundó la revista Más Allá de la Ciencia, una de las pocas que mostraba una foto del director en la portada, cosa que solo ha hecho, posteriormente, la revista de Ana Rosa Quintana (y mucho más grande). Allí estaba otra vez el doctor, mirándonos fijamente desde el papel. El gran hit de Más Allá fue su segundo número, aquel en el que regalaban un casete con la psicofonía del fallecido Tierno Galván. Y no: el viejo profesor no decía desde la ultratumba aquello de “rockeros, el que no esté colocado, que se coloque… ¡y al loro!”. De este ejemplar se hicieron dos ediciones de las que se vendieron 200.000 ejemplares. Posteriormente dirigió otras publicaciones como Espacio y Tiempo o Enigmas del hombre y del universo.
Fernando Jiménez del Oso falleció en 2005 víctima de un cáncer de pulmón. Sin embargo, sigue pululando por ahí. Por ejemplo, el año pasado en Albacete se celebró un homenaje al doctor dentro del VII Congreso Internacional Vida después de la vida, uno de tantos que se le han rendido desde su desaparición. Allí, algunos de sus amigos aseguraron recibir su visita incorpórea, sobre todo en momentos de relajación o meditación. Uno de ellos aseguró que llevaba una chaqueta de cuero que no le gustaba demasiado a su viuda Pilar: ahora, pasado el umbral de la existencia, podía utilizarla sin generar la disconformidad de su esposa. Además, ya había avisado en vida de que planeaba ponerse en contacto desde el otro lado. Sobre el Dr. Jiménez del Oso siguen en pie muchos interrogantes, pero sobre todo uno: ¿Por qué siempre durante su programa tenía un cigarrillo en la mano, pero nunca le daba una calada? Eso sí que es un misterio. Aunque más pronto o más tarde todos podremos preguntárselo en persona... más allá.
* También puedes seguirnos en Instagram y Flipboard. ¡No te pierdas lo mejor de Verne!