Abdul Halim al-Atta es un refugiado sirio al que se le fotografió vendiendo bolígrafos en las calles de Beirut (Líbano) con su hija a cuestas. Hace tres meses, una vez que la imagen se hizo viral y apareció en los medios de todo el mundo, se organizó una campaña de crowdfunding con la que se reunieron más de 200.000 euros.
Ese dinero ha servido para que este padre de familia abriera un restaurante, un puesto de kebab y una panadería, con los que da empleo a otros 16 refugiados sirios. La imagen que le hizo famoso en redes sociales hizo que el islandés Gissur Simonarson fuera en busca de Abdul y que creara la campaña de Indiegogo para él. Su meta inicial era de algo más de 5.000 euros, pero la cifra definitiva fue muy superior, superada en un 3.778 por ciento.
Simonarson, fundador de la publicación especializada en conflictos bélicos Conflict News, también creó una cuenta de Twitter para apoyar a este refugiado. En solo tres meses ha obrado el milagro: Abdul Halim al-Atta ha pasado de vendedor ambulante a empresario.
Gotten a lot of requests to help this man and his daughter. Anyone know people in Beirut able to locate him? #BuyPens pic.twitter.com/KOz4mjW1rd
— Gissur Simonarson CN (@GissiSim) agosto 25, 2015
"He recibido muchas peticiones para ayudar a este hombre y a su hija. ¿Alguien conoce a gente en Beirut capaz de localizarlos?", escribía Simonarson en un tuit el pasado mes de agosto. Al final dio con ellos gracias a la ayuda recibida en redes sociales.
Tras lograr una cifra muy superior a la esperada, BBC preguntó al islandés si había pensado en dividir el dinero entre otros refugiados. "Lo había pensado, pero la gente envió el dinero para esta persona en concreto", respondió el impulsor de esta iniciativa.
Una de las primeras cosas que hizo el ciudadano sirio fue dedicar cerca de 25.000 euros para ayudar a sus familiares y amigos, declaró a la prensa. Luego montó sus negocios y se mudó de la casa de una habitación en la que vivía toda su familia a una algo más grande, también en Beirut.
Indiegogo y Paypal tuvieron que utilizar cerca de 20.000 euros del dinero donado para pagar las comisiones bancarias necesarias a la hora de realizar los ingresos a su destinatario, informa el diario británico The Independent.
Un caso similiar fue el de Osama Abdul Mohsen, el refugiado sirio al que una periodista húngara le puso la zancadilla cuando corría con su hija en brazos. Las imágenes de la patada y la caída dieron la vuelta al mundo y Osama, que tenía experiencia como entrenador de fútbol, recibió una oferta de trabajo del Getafe C.F. Junto a uno de sus hijos llegó el pasado mes de septiembre a España para empezar una nueva vida junto a su familia, aunque en internet sería recordado también por los bulos que surgieron sobre su pasado.
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