El Objetivo demuestra que los políticos llevan cuarenta años haciendo de todo en la tele

El programa de La Sexta ha recuperado imágenes que incluyen a Lola Flores entrevistando a Fraga y a Ana Botella echando de menos “una noche loca”

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En esta campaña electoral estamos viendo de todo: a Soraya Sáenz de Santamaría bailando, a Pedro Sánchez jugando al ping pong, a Pablo Iglesias cantándole a María Teresa Campos, a Albert Rivera hablando con hormigas de peluche y a Mariano Rajoy comentando partidos de la Champions.

Pero El Objetivo nos ha recordado la noche del domingo que esto no es tan nuevo como parece y, como mucho, solo se está intensificando una tendencia que ya veíamos en elecciones pasadas.

En las imágenes recogidas por el programa de La Sexta vemos por ejemplo imágenes de Tariro, Tariro, el programa del trío de humor La Trinca, donde aparecieron Julio Anguita y Manuel Fraga, que se animó a bailar un chotis. Mari Carmen (la de sus muñecos) entrevistó a José Luis Corcuera, exministro del Interior, a Alberto Ruiz-Gallardón y a José María Aznar, cuando este tenía 39 años.

También aparece Mercedes Milá preguntándole a Adolfo Suárez si no se aburre al vestir siempre igual (por lo que parece, Suárez anticipó a Barack Obama y a Mark Zuckerberg a la hora de reducir el número de decisiones a tomar por día, comenzando por la ropa). Milá también preguntó a José María Aznar por su bigote y arrancó a Ana Botella un: “Sí, hay veces que podría echar de menos una noche loca”. Pero la estrella de esta antología es Lola Flores, que llamó "volcán" a Fraga.

Estas escenas fueron comentadas, con nostalgia y sorpresa, por muchos tuiteros.

Normal que en otra pieza el programa se pregunte si realmente han cambiado tanto las campañas.

Los hobbies de los políticos de la transición

El Objetivo también recuperó un segmento del NODO (sí, el NODO) en el que se preguntaba a los políticos por sus aficiones. Todos incidían en lo mismo: que tenían muy poco tiempo para todo lo que no fuera el trabajo, en una tendencia que se mantiene hasta nuestros días, en los que parece que sea un pecado tener un rato para descansar y distraerse, a pesar de que es indispensable para poder rendir de forma mínimamente aceptable.

Descubrimos a un Carrillo al que le gusta caminar, a un González que echa de menos la lectura, a un Suárez que reconoce su afición al mus y a un Fraga rodeado de cabezas de cabras montesas a las que ha cazado él mismo.

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