El vídeo de Facebook que lee tu mente (bueno, a veces)

No es magia, claro, lo único que ocurre es que somos previsibles

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Este señor te muestra unos carteles en los que te pide que hagas unas operaciones matemáticas sencillas. Al final te dice que pienses en un número. Y acierta. Prueba, prueba.

¿Magia?

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Posted by Emmanuel Pérez on Miércoles, 24 de febrero de 2016

Este vídeo se ha visto 2,3 millones de veces desde el 24 de febrero y lo han compartido casi 50.000 personas. La versión original en inglés se publicó el mismo día y lleva 21 millones de reproducciones habiéndose compartido más de 320.000 veces. El mismo autor subió otra versión algo más breve al día siguiente: se ha visto 24 millones de veces y se ha compartido otras 450.000.

¿Pero cómo lo hace? Primero, una salvedad: si uno se fija en los comentarios, queda claro que el vídeo no acierta siempre. Lo cual es lógico. Pero sí parece que acierta mucho. Más de lo que cabría esperar si fuera solo una cuestión de azar, es decir, una de cada ocho veces.

Y antes de continuar, avisamos: esto es un juego de magia, muy sencillo y no siempre exitoso, pero un juego al fin y al cabo. Es decir, a continuación vienen spoilers. La explicación, aunque es interesante porque explica algo acerca de cómo pensamos, es menos divertida que creer que alguien lee nuestra mente.

Piensa un número del 1 al 10, cualquier número

De entrada, cuando le pedimos a alguien que piense en un número del 1 al 10, es muy fácil que escoja el 7 (o, algo menos, el 3). El 1 y el 10 se suelen descartar de entrada, al estar en los extremos, igual que el 5, al estar justo en el medio. También nos inclinamos a pensar en los impares porque nos parecen menos redondos y, por tanto, más difíciles de adivinar. También influye que el 7 es el número favorito de la mayor parte de la gente, según una encuesta del matemático Alex Bellos. El siguiente es el 3.

A veces los magos condicionan nuestra elección para arriesgarse menos, pidiendo de entrada, por ejemplo, que el número sea impar y añadiendo, como se explica en este blog sobre mentalismo, algo así como: “Puedes pensar en el número que quieras, como el 3 o el 5, pero no en uno par, como el 2 o el 4”. Al haber mencionado esos números, es aún más fácil que los evitemos.

En el vídeo directamente nos impiden escoger el 3, al pedirnos que pensemos en un número entre el 5 y el 12. Además, el hecho de haber realizado operaciones antes de pensar en la cifra, también nos podría condicionar para restar 12-5.

Total, que más que magia es estadística.

Piensa un número del 1 al 50, cualquier número

El juego no funciona siempre, claro. Pero aun así, lo podemos hacer aún más difícil, al menos en apariencia. Citamos Los engaños de la mente, un libro que habla acerca de cómo la magia juega con nuestra forma de pensar y de percibir, escrito por los neurocientíficos Susana Martínez-Conde y Stephen L. Macknik.

Este juego se hace con una sola persona, pero cuando lo pongas en práctica, explícale que suele funcionar mejor si se lleva a cabo con grupos de tres o de siete.

1. Elige un número del 1 al 50. (Algunas versiones arriesgan un poco más y proponen un número del 1 al 100).

2. El número debe ser de dos cifras.

3. Ambas cifras deben ser impares.

4. Una debe ser mayor que la otra.

¿Lo tienes?

¿Ya?

¿Es el 37?

Probablemente has escogido otro porque llevamos un rato hablando del 3 y del 7, pero puedes creer a Martínez-Conde y a Macknick, que explican cómo funciona este mecanismo: “Primero reducimos las posibilidades al pedir que el número tenga dos cifras, lo cual acota el margen entre 10 y 50. Luego pedimos que las dos sean impares, lo que nos deja diez posibilidades, entre el 11 y el 39. A continuación, hemos dicho que no podían repetirse, y eso nos ha dejado solo ocho números posibles”.

Es decir, en realidad no estamos escogiendo entre 50 números, aunque sigamos anclados en esa impresión inicial, sino entre ocho. Por tanto, las posibilidades de acertar son del 12,5% y no del 2%. Pero además la gente suele inclinarse por el 37 porque “la hemos condicionado a pensar en el 3 y en el 7 diciéndole antes de empezar que este truco funciona mejor si se realiza en grupos de tres o de siete personas. Lo cual no es cierto”.

Incluso sin condicionamientos, probablemente hubiéramos escogido el 37. Richard Wiseman recoge en Quirkology el trabajo de John Trinkaus, un profesor de la Universidad de Nueva York que pidió a cientos de estudiantes que le dijeran un número impar entre el 1 y el 50. La mayoría escogió el 37. La segunda opción es el 35. Por cierto, si se pregunta por un número par entre el 50 y el 100, la mayoría dice el 68.

¿Y entre el 1 y el 20, ya puestos? El más popular es el 17, según esta pequeña encuesta publicada en Science Blogs. El 7 viene después.

Si funciona, comparte

El vídeo también juega con que lo compartirá la gente a quien le ha funcionado. En cambio, si no acierta contigo, no lo publicarás en tu muro solo para decir que no está bien. Es decir, si te ha llegado es porque ha acertado con alguien a quien conoces. Hay que añadir que las dos versiones se han compartido más de 800.000 veces. Esos números impresionan.

El efecto recuerda al de una historia que explica Daniel J. Levitin en The Organized Mind. Imagina que un agente de bolsa te envía una carta diciéndote que se acaba de mudar al barrio y que quiere que los vecinos se beneficien de su sistema de inversiones. “No te pido dinero, pero para que veas cómo funciona, te diré que las acciones de IBM subirán durante el próximo mes”.

Las acciones suben y al cabo de un mes te envía otra carta en la que te cuenta que Dow Chemical también subirá. De nuevo, estas acciones vuelven a subir y recibes otra carta. Así durante seis meses. Claro, al final piensas que es un genio: ha acertado seis veces seguidas.

Se trata de un caso real y el agente acabó en la cárcel. Lo que hizo fue enviar mil cartas diciendo que IBM subiría y otras mil diciendo que bajaría. Descartó a la mitad con la que se había equivocado y siguió el mismo proceso con los otros mil: a 500 les dijo que Dow Chemical subiría y a 500 que bajaría. Al final de esos seis meses tenía a 31 personas con las que había acertado siempre y que estaban dispuestas a darle todo su dinero. El truco funcionó (al principio, al menos) porque esas 31 personas solo vieron las seis cartas que ellos recibieron y no todas las que el agente tuvo que enviar.

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