Robin Wright acaba de ganar una nueva batalla en la lucha por la igualdad de género en Hollywood. La actriz obtiene ahora el mismo sueldo que su compañero de reparto, Kevin Spacey, por su participación en la serie House of Cards. Aunque tuvo que pelear por ello, como le ocurre a su personaje, Claire Underwood. Así lo ha contado en un coloquio en el que participaba el pasado martes, Insight Dialogues, organizado por la Rockefeller Foundation.
"Era el paradigma perfecto. Hay muy pocas películas y series de televisión en donde el hombre, el patriarca, y la matriarca sean iguales. En House of Cards sí que ocurre", dijo la actriz, en declaraciones recogidas por The Huffington Post. En su momento, TV Guide informó que Spacey cobraba 500.000 dólares (443.000 euros) por capítulo, mientras que ella percibía 420.000 dólares por capítulo (372.000 euros), según Forbes.
Wright se apoyó en la elevada popularidad de su personaje dentro y fuera de la ficción para argumentar su aumento de sueldo y amenazó con hacer pública la situación si los responsables de la serie no atendían a sus demandas. Finalmente, logró que su petición fuera aprobada, relataba ella misma en este encuentro público con activistas y líderes de opinión organizado en Nueva York.
A pesar de ser uno de los temas más comentados en Hollywood en los últimos meses, la brecha salarial entre hombres y mujeres no es la única muestra de desigualdad de género en la industria estadounidense.
A las protestas habituales de Jennifer Lawrence por culpa de la diferencia de salarios entre hombres y mujeres, se suman las del actor Daniel Radcliffe. El protagonista de la saga Harry Potter aseguraba recientemente en un diario australiano no entender cómo a estas alturas sus compañeras de profesión no cobran lo mismo que él simplemente por ser mujeres.
Muy comentadas fueron las palabras de Patricia Arquette tras recoger su Oscar a Mejor Actriz Secundaria por Boyhood en 2015. En un apasionado discurso, recordó que las mujeres han luchado históricamente por los derechos de todos los demás colectivos, pero que había llegado el momento de luchar por la igualdad salarial y la igualdad de derechos.
La propia Robin Wright, quien ha tenido dos hijos con Sean Penn, explica, bajo su experiencia, por qué las mujeres de Hollywood se encuentran en posición de desventaja con respecto a los hombres. "Al no trabajar a tiempo completo, yo no construía mi categoría salarial. Si no construyes eso con notoriedad y presencia, te quedas fuera de juego. Te convierte en actor de categoría B y no te consideran apto para reventar taquillas", comentaba esta semana la protagonista de Forrest Gump y La princesa prometida en Nueva York.
Hace justo un año, Salma Hayek relataba que a lo largo de su carrera ha perdido grandes papeles por culpa de una práctica muy habitual en Hollywood que pocos conocen. Los actores protagonistas suelen tener derecho a aprobar o rechazar a la actriz que les acompaña en el rodaje, aseguraba la mexicana. Cuando la película funciona en taquilla, es común atribuir el mérito a los hombres: "Los ejecutivos de los estudios sufren de amnesia en lo que respecta a éxitos pilotados por mujeres", protestaba Hayek en un coloquio organizado por Variety durante el Festival de Cine de Cannes.
La actriz fue más lejos y llegó a asegurar que "el único tipo de películas en las que las mujeres están mejor pagadas que los hombres es en las pornográficas". Convertida en productora de sus propios proyectos, como el biopic de Frida Kahlo con el que obtuvo una candidatura al Oscar como mejor intérprete, Salma Hayek apuntó que las mujeres compran la mitad de las entradas de cine en Estados Unidos.
Las actrices Jessica Chastain, Queen Latifah, Juliette Binoche o Freida Pinto han decidido involucrarse en We do it together (Lo hacemos juntos), una nueva productora sin ánimo de lucro que planea atacar a esta brecha de género y en la que las actrices forman parte de su consejo asesor.
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