Se acabó la clásica distinción de falda para las niñas y pantalones para los niños. 80 centros públicos del Reino Unido -entre ellos 40 escuelas de primaria- permitirán a sus alumnos elegir la prenda del uniforme con la que se encuentren más cómodos.
La medida, que algunos centros ya han comenzado a instaurar, forma parte de una campaña liderada por el gobierno británico para eliminar cualquier referencia de género en la vestimenta oficial. Con ello pretenden evitar que los estudiantes vivan la elección de la ropa como un conflicto.
"Se trata de reconocer los derechos de los estudiantes que sienten que no se incluyen dentro de los géneros binarios", explicaba al periódico The Guardian la directora de uno de los centros que ya ha puesto en marcha la iniciativa. Liana Richards, responsable de Uplands Community College, señalaba que este curso aún no han notado una gran diferencia, pero sí que "algunas chicas han tomado la decisión consciente de usar los pantalones como uniforme, una prenda que debe llevarse con corbata".
Pero no solo están cambiando sus normas los centros públicos. El pasado junio la prestigiosa escuela privada Brighton College, con más de 140 años de historia, modificaba su reglamento para adaptarse a las necesidades de una alumna que no se sentía cómoda con la distinción de género que implicaba el uniforme. El director del centro explicó entonces a The Independent que "si algunos niños y niñas son más felices con un género distinto al de su nacimiento, mi trabajo es asegurarme de que estén cómodos. Mi único interés como director es su bienestar y felicidad".
La iniciativa de instaurar uniformes sin género ha sido aplaudida por los colectivos LGTBI locales, quienes desarrollan a menudo campañas con los menores para educarlos en igualdad y evitar conductas de discriminación en las aulas. Natalia Aventín, presidenta de la Asociación de Familias de menores transexuales Chrysallis, explica a Verne por teléfono "que la vestimenta es una de las formas que utilizamos para presentarnos a la sociedad y, en ese sentido, es importante que los niños tengan libertad para utilizarla".
En España, señala, los uniformes no son, por lo general, obligatorios en los colegios públicos, pero sí podría darse el caso en los centros concertados. Sin embargo "casi todos ofrecen la opción de utilizar un prenda unisex, que sería el chándal o traje de deporte".
En Chrysallis disponen de una lista de centros Trans-friendly en los que se abordan de forma positiva los procesos de tránsito social. "La diferencia está en la información", explica Aventín, "si las familias se asesoran previamente y llegan al centro con documentación sobre la legislación vigente; si facilitan ejemplos exitosos de transición desarrollados en otros colegios; vídeos, fichas didácticas o cualquier otro material que sirva para explicar esta realidad a los alumnos... la comunidad educativa suele responder".
Algunas comunidades autónomas como Extremadura o Andalucía disponen ya de normativas que recogen la adaptación natural a las necesidades de los estudiantes transexuales. Entre ellas que elijan el modo en que deben referirse a ellos por escrito y verbalmente, y que el acceso a los aseos o vestuarios sea acorde a su sexo sentido.
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