Otro modelo de bancos (para sentarse) en la ciudad es posible

Los madrileños pueden votar el diseño de los próximos asientos. Los arquitectos piden que vuelvan a ser lugares para la convivencia y no tan hostiles

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Una de las propuestas finalistas
Una de las propuestas finalistas

Una de las cosas que más valoran los que regresan estos días de la ciudad a los pueblos es ese rato en el que sales a tomar el fresco, generalmente después de la cena, y te sientas en la calle con los vecinos. Mientras que en los lugares más pequeños la calle es un lugar para relacionarse, hablar con los demás y jugar, en las grandes ciudades es casi imposible encontrar un sitio en el que sentarse un rato.

Desde el pasado lunes, los madrileños pueden votar el modelo de los nuevos bancos que tendrá la ciudad. La votación está abierta hasta el 27 de julio en Decide Madrid, la web en la que se han votado los presupuestos participativos. El resultado se tendrá en cuenta en la valoración final del jurado, aunque no es determinante. Hay 12 modelos finalistas del concurso de ideas que se lanzó junto a la campaña Bancos para compartir: desde expendedores de sillas similares a los del sistema de bicicletas a estructuras que van cambiando para sentarse y recostarse. En su página web, el Ayuntamiento explica que aún no se ha decidido el presupuesto ni el número de unidades que se fabricarán.

“Estamos corrigiendo una etapa en la que se interpretó que la calle era principalmente un lugar para que circularan los coches y se reorganizó todo en torno al automóvil. Pero tradicionalmente el espacio público ha sido un lugar de encuentro y descanso”, explica José María Ezquiaga, decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), que colabora con la iniciativa.

Durante años, lo que se conoce como la arquitectura disuasoria se ha instalado en las grandes ciudades, Madrid incluida. Pinchos, sillas individuales, bancos en los que es imposible tumbarse estirados. Este reportaje de EL PAÍS de 2014, titulado Ciudades que pinchan, hacía un recorrido por Madrid mostrando todas estas barreras que han diseñado ciudades hostiles para las personas sin techo y que, por el camino, nos han dejado sin lugares para sentarnos en las calles. [Aquí puedes ver todas las imágenes del reportaje].

“Diseñar una ciudad solo para ser antipática y hostil para las personas sin hogar es una crueldad inhumana. Además, se nos olvida que los mayores beneficiados de que hubiera más lugares en los que sentarse serían aquellos que necesitan descansar, como los ancianos y las familias con niños”, dice Ezquiaga.

En 2014, el COAM hizo un experimento: puso en un banco en la Puerta del Sol para reconocer la reacción de los ciudadanos. Era parte de un proyecto más amplio orientado a repensar la plaza que alberga el kilómetro cero y recuperarla para los ciudadanos. Piensa Sol se quedó en un experimento pero aquellos que probaron el primer banco en 30 años en el corazón de Madrid lo agradecieron. El pasado abril, Madrid eliminó los pinchos que rodeaban la fuente que se encuentra en el centro de Sol y que impedían sentarse cómodamente a su alrededor. Hace un par de semanas, también anunciaron que instalarían dos fuentes públicas en la plaza

La fuente de Sol con y sin pinchos.. Carlos Rosillo / Distrito Centro Madrid

El decano del colegio madrileño, que también es sociólogo recuerda que la Plaza Mayor de Madrid fue un aparcamiento al aire libre. “Estamos a tiempo de revertirlo, de volver a apreciar la ciudad como un espacio de convivencia y civilización, como está pasando en toda Europa: desde las playas a orillas del Sena a la plaza que hay en la cubierta de la Ópera de Oslo". 

Estas son algunas de las propuestas de bancos:

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