Un grupo de bañistas se organiza para ayudar en un rescate en Torremolinos

Los servicios de rescate recuerdan que hay que no hay que bañarse con bandera roja

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Este domingo ondeaba la bandera roja en el litoral de Málaga. En playa de la Carihuela, en Torremolinos, hubo un fallecido por ahogamiento a primera hora de la mañana y los equipos de salvamento tuvieron que hacer 19 rescates durante la jornada. En uno de ellos unas 25 personas intervinieron de forma espontánea para ayudar a salir del agua a dos socorristas y dos bañistas. Cuando todos estuvieron a salvo en la orilla rompieron a aplaudir, como se ve en el vídeo que grabó una mujer y que ha publicado Cadena SER Málaga.

En realidad en este caso los socorristas no necesitaban ayuda, aunque los responsables de los servicios de emergencia agradecen la buena intención de los ciudadanos. Según fuentes del Ayutamiento de Torremolinos y de Protección Civil, la situación estaba perfectamente controlada y tanto los rescatados como los rescatadores ya estaban saliendo del agua.

El viento de Levante y el fuerte oleaje habían generado corrientes de retorno en la playa. Es lo que se conoce habitualmente como resaca, un fenómeno en el que los bañistas son arrastrados hacía el mar, por más que intenten nadar hacia la orilla.

Sobre las 12 de la mañana los salvavidas llevaban una hora de servicio en la que ya habían hecho tres o cuatro rescates, a pesar de que la bandera desplegada prohibía bañarse. En el caso que recogió el vídeo, después de localizar a los bañistas en peligro, dos socorristas entraron al agua con material de altaflotación. Otro se mantuvo en la orilla, encargado de estar en comunicación con otros trabajadores de emergencia, incluidos los sanitarios. Una moto acuática se movilizó y salió a ayudar.

La situación estaba controlada

"Fue una operación rápida y sencilla", según Jesús de Medinaceli Sánchez, responsable de la empresa de rescate que trabaja para Protección Civil en la playa de la Carihuela. Los rescatados no estaban lejos de la orilla y los socorristas controlaron la situación rápidamente. En cinco minutos ya estaban fuera del agua y la moto se dio la vuelta porque su intervención no fue necesaria.

Cuando estaban saliendo se encontraron con ese grupo de ciudadanos que se habían organizado espontáneamente en la orilla y que les tendía la mano. Otros, que miraban desde más lejos, aplaudieron cuando comprobaron que la situación estaba controlada y los bañistas, a salvo.

"Siempre es de agradecer", afirma Sánchez. Este profesional con más de 32 años de experiencia advierte sin embargo de que uno de los factores de riesgo que más se tienen en cuenta en emergencias son las masas: "La gente, al ver un accidente o ver sangre, se comporta de una manera irracional, a veces atraídos por 'el espectáculo' y muchas veces ponen en peligro a otras personas".

"Me quedo con que los ciudadanos intentaron ayudar a los socorristas, pero no que los salvaron, porque los socorristas no tenían ningún problema", aclara Sánchez. "Nosotros encantados, se agradece la predisposición a ayudar a personas que están poniendo en riesgo su vida para ayudar a otros, pero realmente, no era necesario y tampoco queremos tener más riesgo", insiste.

En conclusión, la ayuda, aunque innecesaria, fue bienvenida. Pero según el experto en salvamento, mejor habría sido que todos hubiesen respetado la bandera roja y nadie hubiese entrado en el agua.

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