Cuando el corredor profesional de ultramaratones Dion Leonard se inscribió en la Gobi March, una carrera de 250 kilómetros por etapas, lo único que esperaba ganar era una medalla. Sin embargo, el corredor terminó con una nueva mejor amiga: una perrita que corrió con él cuatro de las seis jornadas de la prueba por el desierto de Gobi, en China.
Leonard, que vive en Escocia pero es australiano, vio a la perrita el primer día de competición, el 19 de junio, cerca de los corredores estadounidenses, según contó a The Washington Post. Al día siguiente, “se sentó a mi lado y me miró como diciendo ¿corremos juntos hoy?", explicó el corredor al diario estadounidense. "No esperaba demasiado del asunto. Me dije: vamos a ver cuánto dura".
Tinto, que después fue bautizada como Gobi, corrió los 23 kilómetros del segundo día junto a él y se tumbó en su tienda para dormir al terminar la etapa. "Yo no hice nada especial para llamar su atención. Fue ella quien me eligió a mí", asegura el australiano.
Gobi pasó el resto de la carrera con Leonard, aunque se convirtió en la sensación de la prueba. Corrió cuatro de las seis etapas con el corredor y los días en que las condiciones y distancias se volvieron muy extremas (las temperaturas llegaban aproximadamente a 50 grados), los organizadores de la carrera la llevaron a la meta de cada tramo, donde esperó a su nuevo mejor amigo.
"Es la mejor perra que te puedas imaginar: no ladra, ni muerde, ni mastica cosas, ni olisquea entre las bolsas o roba calcetines", contó Richard Henson, que compartió tienda con Gobi y Leonard. Si alguno de los cuatro ocupantes se levantaba a media noche, a la perra se le escapaba algún aullido hasta comprobar de quién se trataba. Si el que se ausentaba para ir al baño era Leonard, Gobi le acompañaba.
El atleta quedó segundo pero su mayor premio fue la perrita. En cuanto terminó la carrera y fue a un hotel, llamó a su esposa y decidieron llevársela a casa.
El proceso de adopción y los trámites para llevarla de China a Escocia cuestan aproximadamente 5.000 libras (unos 5.800 euros) e incluyen cuatro meses de revisiones veterinarias y cuarentena. El pasado 1 de agosto, Leonard lanzó una campaña de crowdfunding para recaudar esa cantidad y creó una página en Facebook llamada Bring Gobi Home (Traed a Gobi a casa). En su primera semana ya ha superado el objetivo y lleva sumadas más de 17.400 libras (20.580 euros).
Un amigo de Leonard se ha hecho cargo de Gobi temporalmente en China, según explicó este a la BBC. Si todo va bien, en Navidad podrán volver a reunirse en Escocia.
No es la primera vez que un perro se une a algún corredor en alguna etapa de esta carrera, pero según Mary Gadams, fundadora de la Gobi March, "había algo en esta perrita que nos cautivó a todos". Cuidaron tanto de ella como del resto de corredores. En una ocasión en que llegó exhausta y vomitó en la meta, un médico le hizo una revisión, como a cualquier otro.
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