La muralla de Burgos es una edificación defensiva que comenzó a construirse durante la baja edad media. Fue derribada en parte, aunque algunos tramos se conservan todavía en el casco antiguo de la ciudad. Sobre uno de ellos se ha levantado en los últimos días una construcción que cuadra poco con la época de la muralla: un cenador metálico y acristalado de grandes dimensiones.
La estructura, que comenzó a instalarse la semana pasada, se encuentra en un fragmento de la muralla ubicado en calle Trinidad, en el casco histórico burgalés, y ha provocado un debate no solo sobre si es apropiada para el conjunto histórico, sino también sobre la propiedad misma de la muralla.
"Ese fragmento de muralla lo donó al Ayuntamiento un particular en el año 1973", ha contado a Verne por teléfono Ana Bernabé, alcaldesa en funciones y concejala de licencias. "Está inventariada por el consistorio, pero nunca llegó a tramitarse en el registro de propiedad y hace unos años un particular se hizo con la parcela de terreno".
Según Bernabé, el particular –propietario de la vivienda desde la que se accede al cenador– sí tenía permiso para restaurar la muralla, pero no para montar la estructura: "La muralla está incrustada en unas viviendas y, cuando se pidió permiso para restaurar estas, se pidió también para restaurar la muralla". La Comunidad de Castilla y León autorizó la rehabilitación tanto de las viviendas como del muro.
"Hasta ahora la restauración había sido correcta, limpiaron la muralla, la acondicionaron..." reconoce Bernabé. Los promotores, además, cuentan con permiso tanto de la Junta como del consistorio para acceder a la muralla desde la vivienda, ubicada en un segundo piso. "Nuestra sorpresa ha sido cuando hace unos días colocaron el cenador", continúa la concejala, "para el que no hay permiso ni del Ayuntamiento ni de la Comunidad". Para su colocación se ha utilizado incluso una grúa, fotografiada por Diario de Burgos:
Este diario, que publicó las primeras informaciones del cenador, descubrió la existencia del mismo después de una publicación en Twitter de Rodrigo Sáiz, abogado burgalés y responsable de patrimonio de la Archidiócesis de Burgos. "Me topé con el cenador mientras paseaba por la zona, me sorprendí mucho", cuenta el abogado. "La muralla está considerada un Bien de Interés Cultural, y si les han dado permiso para hacer eso es que están locos". Las fotos que realizó el abogado y que publicó en Twitter son algunas de las que ilustran esta noticia.
Bernabé ha explicado a Verne que las obras han sido paralizadas y se va a realizar una petición para la retirada del cenador, aunque primero tendrá que aclararse su propiedad. "Por lo que sabemos", aclara, "la obra es móvil, y se podría retirar sin provocar daños en la estructura de la muralla".
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