Cámaras de seguridad grabaron el pasado mayo la agresión a un español en Bournemouth (costa sur de Reino Unido) que han sido difundidas ahora, una vez que el agresor ha sido juzgado por pegarle con un tablón de madera después de gritarle que hablara en inglés. Ha sido condenado a trabajos sociales y a pagar una compensación a la víctima de 800 libras (unos 900 euros) y 12 meses de cárcel que evitará. El agredido, Tomás Gil, valenciano de 27 años, cuenta por teléfono a Verne que llevaba cuatro años viviendo allí y hasta entonces no había presenciado ni sufrido ninguna agresión racista.
Estaba con unos amigos en un pub y, sobre las cinco de la mañana del 19 de mayo, salió con su acompañante, Silvia, para irse y se pararon a hablar. El agresor "vino desde el otro lado, gritando lo de fucking Spanish, speak English (puto español, habla inglés) y medio me encaré un poco. Silvia me dijo que lo dejara estar. Y luego ya... pues lo que se ve en el vídeo: hace como que se va, coge el palo y... acierta", relata Gil. Silvia se enfrentó al atacante y varias personas acudieron a ayudarle, como muestra la grabación, y otra logró retener al agresor, que estuvo custodiado por personal de seguridad hasta que llegó la policía unos minutos después.
Durante una semana tuvo hinchada la cara, especialmente en la zona de la mandíbula, pero, afortunadamente, ningún hueso roto ni otro tipo de lesión. La policía le llevó hasta un centro sanitario. "Me echaron un vistazo y luego, después de dos horas esperando, decidí irme a casa. Me duró [el hinchazón] una semana", señala.
La policía, que le había tomado los datos, le llamó una semana después para prestar declaración. Allí le enseñaron el vídeo de la agresión. "Les comenté que me volvía a España y que aquí cambiaría de teléfono, y les di el email", dice, pero no ha recibido ninguna notificación de la sentencia ni de la compensación de 800 libras que le deberá pagar el agresor tras la condena.
Tras ser publicado en el diario local Bournemouth Echo, el vídeo saltó a la prensa generalista británica (empezando por los sensacionalistas como The Sun, Daily Mail o Mirror, que identifican a Gil como turista) y de ahí ha llegado a medios españoles. Gil cuenta a Verne que el mismo se enteró por la prensa -un amigo posteó en su Facebook el link- y así conoció que le corresponde una compensación económica. Sin embargo, no ha tenido notificación judicial sobre ello y está intentando contactar con las autoridades para conocer el procedimiento.
"[El agresor, Daniel Way, de 37 años] Me ha hablado por Facebook pidiéndome perdón, imagino que se lo habrá recomendado su abogado. Y me ha dicho que tiene que empezar [a pagar] su compeción el mes que viene… Sé más por él que por la policía o los juzgados", dice, aunque destaca que la sentencia aún no es firme.
La defensa del agresor argumentó que Way desconocía que la medicación vinculada a un reciente diagnóstico de Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad no debía mezclarse con alcohol y que además estaba pasando por una situación personal difícil tras la ruptura con su pareja. El agresor está muy "avergonzado" de las expresiones racistas y no puede llegar a entender por qué hizo lo que hizo, señaló la defensa en el juicio, según recoge el Daily Echo. Este diario de Bournemouth publicó además que Way se desmayó fuera del juzgazo después de conocer la sentencia y que fue atendido antes de regresar a su casa.
Gil está de vuelta en España, pero no es una decisión que tomó a raíz de la agresión. "Ya lo había decidido antes", afirma el valenciano, que ahora tiene un empleo de asistente social a una persona con discapacidad.
"Me fui a buscarme la vida", dice. En los cuatro años que vivió en Reino Unido para aprender inglés -trabajando en cocina, en una fábrica, de comercial, de camarero- no considera que sufrió racismo pero sí cierta "superioridad porque eres extranjero". "En Bournemouth hay gente de todos los lados, hay muchas universidades, hay gente de todas partes, hay mucho mix…", añade sobre una experiencia de la que dice guardar sólo buenos recuerdos. "Ahora tengo amigos de todo el mundo", comenta.
Esta misma semana se hizo viral en redes otro vídeo de una agresión racista, en el metro de Londres, en el que la pareja de la víctima persiguió al agresor gritándole en español. Tras el Brexit, que se votó en junio, han tenido repercusión varios casos de agresiones a extranjeros en Reino Unido, donde viven unos 200.000 españoles.
* También puedes seguirnos en Instagram y Flipboard. ¡No te pierdas lo mejor de Verne!