El cine de terror mexicano tiene momentos que todo fanático de este género recuerda. Algunos no nos dejaron dormir durante semanas y todavía nos provocan escalofríos. Otros permanecen en nuestra memoria porque no cumplieron con su cometido y en lugar de asustarnos nos hicieron llorar, pero de risa. Hicimos una lista de nuestros favoritos y los volvimos gifs para verlos una y otra vez.
Los que casi nos matan del susto
1. La posesión en el taxi de Cañitas (2007). Las posesiones son recurrentes en esta película que narra los sucesos paranormales ocurridos en una casa ubicada en la calle de Cañitas, en la Ciudad de México. Sin embargo, una de las que más recordamos es aquella en donde un niño es poseído mientras viaja en un taxi. El conductor (interpretado por Roberto Sosa) se percata de que algo no anda bien y pregunta a los pasajeros por el menor. De repente, el niño comienza a cuestionarlo sobre sus actos en latín. Solo un chilango podría cuestionar al mismo diablo. Puedes ver la escena completa aquí.
2. La aparición de La Llorona en el Km 31 (2006). Esta taquillera película cuenta la historia de Ágata, una mujer que, después de atropellar a un niño en el kilómetro 31 de una carretera solitaria, también es arrollada. La protagonista queda en coma y atrapada entre el mundo de los vivos y los muertos. Para ayudarla, su hermana regresa al lugar de los hechos y descubre que el de Ágata es uno de muchos accidentes provocados por el fantasma de una madre (La Llorona) que perdió a su hijo tiempo atrás. A lo largo de la cinta aparecen y desaparecen varios fantasmas, pero uno de los que más miedo provocan es el de la famosa de La Llorona.
3. El descubrimiento de la joven colgada en Hasta el viento tiene miedo (1968). Protagonizada por Marga López y Maricruz Olivier, la película cuenta la historia de un fantasma que ronda las instalaciones un exclusivo internado femenino. El alma en pena es de Andrea, una alumna que cometió suicidio en las instalaciones del internado y que ahora acosa a Claudia (López), otra chica que estudia ahí. El momento en el que Claudia se topa con el cuerpo de Andrea colgado de una viga es escalofriante.
4. La risa de una niña cuando una estatua le habla en El libro de piedra (1969). Esta cinta dirigida y escrita por Carlos Enrique Taboada se centra en Silvia, una niña que tiene un amigo imaginario a quien llama Hugo, una estatua de piedra en el jardín de la hacienda familiar. Poco a poco, los habitantes del lugar comienzan a creer que Hugo es en realidad un espíritu maligno que causa desgracias a la familia de Silvia. Hugo habla con la niña y la hace reír todo el tiempo, o al menos eso es lo que ella le dice a los adultos. La risa de la pequeña Silvia da más miedo que la propia estatua encantada.
5. La sombra de una bruja en Veneno para las hadas (1984). Verónica es una niña que asegura ser bruja y así se lo presume a su amiga Flavia. Esta última es incrédula, pero después de una serie de eventos desafortunados comienza a dudar de su criterio. En algún punto de la película ambas pequeñas viajan al rancho de la familia de Flavia, pues Verónica asegura que preparará veneno para las hadas. Cuando la niña lleva a cabo la fatal poción, la sombra de una bruja aparece y se escucha una risa macabra. Puede que ahora no te provoque tanto miedo, pero este fue uno de los momentos más terroríficos en la infancia de muchos mexicanos.
6. La visita de la tía en Más negro que la noche (1975). Después de la muerte de su tía, Ofelia hereda su vieja casa con la condición de cuidar al gato de la difunta. La mujer se muda a la casa junto a sus amigas Aurora, Pilar y Marta. Días después, el gato aparece muerto en el sótano y cosas extrañas comienzan a suceder en la casa. Una de ellas es la visita de la tía muerta.
7. El nacimiento de La llorona (1933). A pesar de ser una película de los años 30, ese momento en el que una mujer de nombre Zea se quita la vida y se transforma en fantasma es inolvidable. Viejita, pero terrorífica.
8. La tumba sangrienta en Alucarda, la hija de las tinieblas (1977). Cuando mueren sus padres, Justine es enviada a un convento de monjas que también es un orfanato. Ahí conoce a Alucarda, una huérfana que ha vivido ahí toda su vida. Los intereses y deseos de Alucarda van en contra de los mandatos de la iglesia y afectan a Justine y a todo el convento. La cinta presenta orgías, misas satánicas y otros momentos muy extraños y perturbadores. Uno de ellos es cuando una monja abre un ataúd y encuentra a Justine en su interior bañada en sangre.
9. Los ojos rojos de un gemelo diabólico en El extraño hijo del sheriff (1982). Esta película trata de dos siameses unidos, Fred y Eric, que nacieron en un pueblo de México. Su madre murió en el parto y al considerarlos una aberración, su padre, quien es el sheriff del pueblo, decide ocultarlos. Años más tarde los intenta separar con una cirugía negligente y uno de los niños muere. Sin embargo, regresa a vengar su muerte. Sabes que algo malo sucederá cuando a Eric, el gemelo diabólico, se le encienden los ojos.
Los que casi nos matan de risa
10. La transformación de hombre a murciélago en El Vampiro (1957). Películas de vampiros hay muchas, pero muy pocas incluyen una transformación de hombre a murciélago con ningún efecto especial más que la magia de la edición. Esto sucede en El vampiro, una película de 1957 dirigida por Fernando Méndez. Seguramente en ese año la escena causó gran sorpresa, hoy nos da cierta... ternurita.
11. La tacleada en El santo contra las momias de Guanajuato (1972). Nada se compara con ver al Santo tirar de un brinco a una momia mala copa. Sí, son torpes, caminan lento y pareciera que la acción no tiene mérito, pero el acompañamiento musical y la cara del personaje que presencia la pelea entre el superhéroe luchador y el monstruo hacen de este momento algo mágico.
12. El faje sangriento de Pedrito Fernández en Vacaciones de terror (1989). En esta cinta, una familia viaja al campo para conocer una propiedad que les fue heredada. Lo que no saben es que la zona en la que está ubicada fue maldecida por una bruja años atrás y su espíritu vive en una muñeca que provoca episodios paranormales. Uno de ellos ocurre cuando Paulina y su novio Julio (Pedrito Fernández) están en pleno faje y las paredes empiezan a sangrar. Julio no lo nota, pues él está concentrado en la pasión del momento. Paulina no tanto. Pobre Pedrito.
13. La desintegración de Tatiana en Vacaciones de terror 2 (1991). La secuela de Vacaciones de Terror nos regala uno de los mejores momentos de humor involuntario en la historia del cine de horror nacional. En esta ocasión la muñeca diabólica se convierte en demonio y se lleva al personaje que interpreta Tatiana a otra dimensión. Ver a Pedrito tratando de evitar esta desgracia no tiene desperdicio.
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