De todas las tradiciones navideñas del mundo, no hay duda de que algunas catalanas se cuentan entre las más llamativas. No hablamos de costumbres como la de tomar canelones en San Esteban, el 26 de diciembre, sino de aquellas que tienen un componente escatológico que las hace únicas: el caganer y el tió.
Lejos de ser parte de una idiosincrasia particular solo comprendida por aquellos de cuya cultura lleva formando parte desde siempre, cada vez son más populares en lugares insospechados: el más notorio, como reseñaba el diario Ara, Estados Unidos.
“Empezó en 2008. Con las elecciones de Barack Obama salimos en mucha prensa internacional y la gente lo fue conociendo”, cuenta a Verne Sergi Alós, director de www.caganer.com. No es extraño que con las primeras elecciones que ganó Obama -en las que uno de los aciertos fue convertir al candidato en una suerte de icono pop- la representación del presidente “cagón” protagonizase numerosos artículos de prensa y, de rebote, ayudase a popularizar la tradicional figura catalana del pesebre.
“A fecha de 1 de noviembre través de la web, el 5% de ventas son a nivel estatal y el resto, el 95%, internacional. Y de esas ventas, el 48% van a Estados Unidos”, continúa Sergi. Pero la aparición de un artículo en The New York Times, el lunes 5 de diciembre, ha aumentado considerablemente el porcentaje de ventas a ese país. “Calculo que ahora es un 62-65%. El efecto ha sido inmediato”, responde Sergi, que nos explica que en estos dos días han enviado 200 paquetes a Estados Unidos, con unos 600 caganers aproximadamente.
El comprador internacional medio de estas figuras no es un catalán que vive en Estados Unidos, sino un local que conoce la figura por prensa o a través de Internet. Sergi cree que sí se comprende la figura y que los que la adquieren no lo hacen por mofa. “No me gastaría 16 euros y 20 o 20 de transporte para una pieza de alguien al que odio. De hecho, me preguntó el reportero de The New York Times por las elecciones, y le dije que no lo sabía pero que el caganómetro indicaba que Hillary empezó muy fuerte, Trump fue adelantando y el día antes, con respecto a ventas, ganaba Trump. Solo puedo decir eso”.
Sobre la elección de qué figuras se incluyen en el catálogo de caganers, nos explica Sergi: “Tradicionalmente lo hacíamos durante la comida de Reyes, con el pastel. Elegíamos 5, 6 o 10 novedades entre la familia. Ahora lo hacemos por lo que nos pide la gente aquí o a través de los buscadores de Internet”. Este año las figuras más demandadas son Trump, Hillary y Puigdemont, además de las ubicuas estrellas del fútbol Messi o Ronaldo y Pikachu y figuras de videojuegos como Zelda o del Minecraft para niños. En Estados Unidos, por supuesto, repiten los candidatos a las elecciones y se suman figuras genéricas de jugadores de béisbol o fútbol americano. “Pero también se ha ido algún pastor catalán en alguna caja”, añade Sergi.
Y junto al cada vez más popular caganer, asoma el humilde tió, otra costumbre navideña catalana no tan conocida, tampoco en el resto de España. Claro que esto podría empezar a cambiar, ya que en el programa de Seth Meyers en la NBC Kate McKinnon, estrella del Saturday Night Live y una de las protagonistas del reboot femenino de Los cazafantasmas, relataba entre fascinada y divertida sus peculiaridades:
Como explica la actriz, se trata de un tronco al que hay que ir alimentando hasta que en Nochebuena se le golpea repetidamente –con cánticos de “Caga tió” o sin ellos- y acaba “cagando” regalos. Teniendo en cuenta que McKinnon había acudido para promocionar la película Fiesta de empresa, basada en otra tradición navideña mucho menos simpática, comprendemos que haya recurrido añadido la historia del tió para sazonar la lista de cosas extrañas que se hacen en Navidad. En los próximos años veremos si el furor por los troncos con cara sonriente que cagan regalos se une al de los –ya casi tradicionales- caganers.
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