Espejos en el suelo

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Todos tenemos un par de fotos tomadas con nuestro teléfono de las que nos sentimos especialmente orgullosos; son fruto de un disparo hecho en un momento de inspiración durante unas vacaciones y que nos cuesta volver a crear. Pues Guido Gutiérrez Ruiz tiene centenares de ellas. Y está convencido de que nosotros también somos capaces de tenerlas.

Él se dice aficionado, pero muchos otros ven en sus fotografías la obra de un artista. Lo que es innegable es que Guido encuentra oportunidades creativas donde a casi ninguno se le ocurriría buscarlas. Es hispano-canadiense, adicto al viaje y a inmortalizar sus destinos con una cámara no profesional. El resultado es impactante. Su teléfono y un par de herramientas de Instagram, con las que juega ligeramente con el contraste y el brillo, le son suficientes para crear estas imágenes que colecciona en su cuenta de esta red social, @guigurui.

Como te contábamos el domingo pasado, cada semana dedicaremos nuestras cartas a un tema. Una vez al mes te traeremos algo tan visual y bonito como esto.

Este español, criado en Canadá y de regreso a Madrid desde hace tres años en busca de sus raíces, nos invita con sus trabajos a que “entrenemos el ojo creativo”, dice cuando le pregunto, verdes de envidia, cómo lo hace. “No hace falta una cámara costosa. Hay que jugar con los elementos naturales, con la luz, los pájaros, las nubes y el agua”, recomienda.

Por si a estás alturas todavía no te has dado cuenta, una de sus obsesiones son los charcos. Donde los demás vemos un peligro a evitar, él logra un aliado. Esos efímeros espejos en el suelo, a Guido le dan mucho juego: “Despiertan mi curiosidad acerca de un mundo paralelo que permanece escondido casi todo el tiempo”.

Puede que sus herramientas sean básicas y al alcance de todos, pero con ellas Guido Gutiérrez es capaz de engañar nuestro ojo. Aunque aparenten tener el tamaño de un lago, muchos de esos charcos no ocupan más que la palma de su mano. Simplemente acerca mucho el objetivo del teléfono para que la composición gane en profundidad.

En su perfil digital tiene más de 900 fotografías recopiladas, pero, como los grandes fotógrafos, calcula haber realizado muchas más que no pasaron el corte: unas 40.000, asegura. “Me gusta construir relatos, pero desde lo cotidiano, para que quien mire la foto pueda relacionarlo con algo de su vida y pueda transportarse a ese lugar”.

En ese sentido, él, que se empeñó en abandonar América y vivir en Madrid en plena crisis, encuentra en España una geografía llena de historias (y charcos) por descubrir e imaginar. “No sabemos lo que tenemos. Aquí hay de todo: bosques, montaña, playa… Es todo un continente en miniatura”.

Ha estudiado Sistemas de Información Geográfica, “una cosa que va de estadísticas, hacer mapas y construir redes de transportes”, intenta explicar. Aunque él no lo crea, lo cierto es que su formación ha influido en muchas de sus imágenes, en las que se percibe una mirada especialmente sensible al urbanismo y la arquitectura.

Te recuerdo que Guido se empeña en autodenominarse amateur, pero su galería de arte personal ubicada en Instagram cuestiona si solo es artista aquel del que muestran sus obras (él ya ha protagonizado exposiciones) o quien vive de ello (cada vez más marcas comerciales le invitan a colaborar con ellas). Ya existen concursos que premian las fotografías hechas con un teléfono móvil, incluso los drones son capaces de ganarlos, así que todo esto del arte empeiza a ser más relativo de lo que simpre ha sido.

De hecho, los mapas son muy buen material en el área más hedonista del diseño. En Mujumaps, un estudio de diseño de Ámsterdam, te permiten crear tu propio mapa a medida. Eliges la ciudad, el color, el tamaño, el encuadre, la composición...

Mujumaps

Algo más cerca, en Madrid, Maria Ramos y Cinta Arribas conforman la mitad más creativa de estudio Crispis. Entre otros muchos proyectos, las dos ilustradoras crean mapas que transitan los terrenos abstractos de la imaginación en vez de la realidad geográfica.

Estudio Crispis

Selección del contenido y redacción de la carta: Héctor Llanos Martínez @HLMartinez2010

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